Capitulo 3: Un loco impulso

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Amanda Bachmann

— Amanda..., ¡Amanda!

— Eh..., ¿Que?

Nicolás arquea una ceja

— ¿Todo bien?

Asiento con la cabeza guardando el móvil.

— Es un mail del trabajo, digo de la universidad. En fin, no es nada importante.

Nicolás cierra la puerta de la casa y Caramelo corre por todos lados feliz por estar de nuevo en su hogar. Dejo las maletas en la habitación y Nicolás aún está en la casa sentado en el sofá. Me cruzo de brazos y pregunto

— ¿Piensas quedarte ahí?

— Sería un placer quedarme

— Pero es mi casa..., sabes que yo no...

— Si, se que en tu casa no te gusta traer a nadie porque es donde único tienes tu espacio a solas. Pero hoy, hoh estaré solo porque a parte de ti Amanda, a parte de ti y Kate no conozco a nadie en Alemania. Entonces pensé que podríamos no se..., cenar algo y luego pues me iré si así lo quieres.

La verdad es que también estaré sola con Caramelo, y si algo necesito ahora es distraerme para no pensar en el correo de Sergey. Lo agarro de la mano y lo llevo a la cocina y le pido que me ayude hacer la cena. Su idea de pasta en salsa blanca me hace la boca agua y entre los dos la preparamos. El me cuenta sobre sus vivencias allá en España, de una mujer que el fotografiaba a escondidas porque su belleza era otra sin igual. Bueno, según el hasta que me conoció.

— ¿Que pasó con esa mujer?

— Eh..., es algo complicado en realidad. Ella se dio cuenta un día de que la fotografiaba y me busque una bofetada.

Rio sorprendida

— ¿En serio?

— Si, pero fue esa misma mujer la que me enseñó el valor tan inmenso que es el amar a otra persona. Ella..., ella fue todo para mí hasta que— Baja la mirada — Hasta que la vida decidió que no podíamos estar juntos.

— ¿Te dejo?

Traga saliva

— No, ella murió de cáncer hace cinco años. Desde entonces he estado solo, hasta ahora que te cruzaste en mi camino. Y si, ya se que diras que sólo me ves como un amigo pero yo..., yo no Amanda.

La sonrisa del rostro se me esfuma y la preocupación me invade. He sido clara con el muchas veces y parece que de nada ha servido. Sigo preparando la cena y seria digo

— Nicolás, creo que hay que ponerle fin a esto. No quiero lastimarte pero la realidad es que jamás te voy a ver cómo algo más que un amigo.

— ¿Por qué?

Tartamuda replico

— A nadie puedo verlo como algo más Nicolás. Entiende eso de una vez.

— ¿Tu corazón le pertenece a otro hombre, cierto?

— Eso es algo que no viene a la conversación. Independientemente si haya alguien o no, yo tomé una decisión y es no tener ninguna relación con nadie.

Asiente con la cabeza y sigue rebanando las patatas y no vuelve a decir nada más. El silencio se torna molesto y hasta incómodo. Lo miro de reojo y su mirada es triste. Me duele hacer que se sienta así pero no es mi culpa, yo siempre fui clara con él.

— Si amé alguna vez, hace dos meses casi tres, pensaba que era la mujer más dichosa del mundo. Entregue todo de mí a una persona que sólo pisoteo y jugó con lo que yo sentía. Después de eso, después de eso me he prometido a mi misma no dejar entrar a nadie más. Lo siento Nicolás.

En Jaque (PRIMEROS OCHO CAPÍTULOS DE MUESTRA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora