Capitulo 6

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-¡Alicia, Alicia, Alicia!, Alicia!-gritaba-

Me lanze al lago con desesperación y solo pensaba en qué se había ahogado, cuando escucho una risa.

-Jajajaja, pensaste qué me había ahogado, soy una experta nadadora, primero te ahogas tu qué yo.

-¿Estas tonta o qué?, me has dado un susto de muerte. Estúpida.

-Oye, ya, solo era una broma-seria-

-Se qué si,bonita.

Bese a Alicia, y me sentía tan bien. Nos besábamos como si fuéramos novios, fue un momento muy bonito, hasta qué vimos una luz alumbrando a nuestras caras.

-Eh, no pueden estar hay.

Salimos enseguida corriendo, huyendo de ese oficial anciano, qué ni se molestó en seguirnos, cuando al fin llegamos al auto un poco agitados, iba a subir al asiento del conductor..

-¿A donde piensas subir mojado?-dijo-

-Al auto..-conteste-

-No, primero te quitas la ropa, y luego subes.

-No me quitaré la ropa, Alicia.

-Pues querido Stephen me temo qué tendrás qué quedarte.-sonrió-

-Y pues, ¿tu no piensas quitártela?

-Claro qué lo haré, pero también te la tienes qué quitar tu.

-Vale, pero primero tu.

-¿Y por qué tengo qué ser primero yo?

-Por qué las chicas van primero..

-Ya..., pues me la quitaré yo, y guarda tu ropa en el baúl, cuando te la quites.

Solo pensaba, ella no se la quitará, y se quito su blusa blanca que decía "stay alive", y se quedo en sostén y shorts, el sostén era negro por cierto, y le quedaba muy bien. Mientras se va quitando la ropa, no deja de mirarme fijamente a los ojos.Cuando ya estaba en ropa interior, vi qué su mirada, era de vergüenza, así qué me voltee, sin decir nada.

-Gracias.-dijo-

-¿Y por qué?

-Solo, gracias.

Se qué lo dijo por qué me voltee.

-Si quieres, puedes usar mi chaqueta qué está en el auto.

-Y tú, ¿qué te pondrás?

-Si no te molesta, ¿me puedo quedar en calzoncillos?

No dijo nada, pero tomé su silencio como un si. Me volteo, y ella estaba volteada, completamente desnuda e intentaba ponerse mi chaqueta.

-¿Te ayudo?-dije-

No respondió, pero cómo se quedó sosteniendo la chaqueta me supuse qué si. Me acerco lentamente, y me quedo de pie justo detrás de ella, y con mi manos la rodeó, y le quitó la chaqueta, levante su brazo izquierdo muy lentamente, le puse la chaqueta.

-¿Donde están las llaves del auto?-pregunto-

-No se, tu las tenias-dije-

-No yo te las di a ti, para qué te fueras.

-Ya, pero tu las lanzaste, no me las distes.

-Como puedes ser tan imbécil, de no cogerlas.

-Pero ya deja de pelearme, no es mi culpa.

-Solo, ¡cállate y ayúdame a buscarlas!

Comenzó la búsqueda de las llaves, y no se por qué todo eso me dio mucha risa.

-¿Y ahora de qué te ríes?

-Es qué, apenas te conozco, y lo único que has hecho es discutir conmigo.

-Discuto mucho con las personas qué no quiero.

-Eso significa qué cuando me quieras, ¿no me pelearas?

-Y quien dijo ¿qué llegare a quererte?

-Se qué lo harás, al principio querrás esconderlo, luego querrás gritarlo a los cuatro vientos.

-Ya, no lo digas mucho qué después me lo creo-sarcastico-

-¿Qué?, ¿no soy suficiente para ti?-pregunté-

-No lo se, no te conozco.

-Tienes todo el tiempo del mundo.

Y toda esta conversación pasaba mientra buscábamos las llaves. Hasta qué por fin las encontró.

Con las ganasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora