Capítulo XV

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La silueta de ese ángel de negras alas nos observó detenidamente y después desvió su vista a la bestia tras de nosotros que solo observaba al recién llegado, el emprendió su camino lentamente pasando por un lado de nosotros se detuvo a unos cuantos metros de esa gran bestia extendiendo su brazo derecho una luz rojiza aparecía y desaparecía rápidamente dejando ver una gran espada reluciente al contacto de los rayos de luz de la luna llena. No sé cómo ni cuándo aparecieron cuatro bestias más rodeándonos pero todos querían un objetivo en ese momento; el ángel.

- ¡Cuidado! - grite al ver que una de esas bestias se abalanzaba al ángel, me di cuenta que estaba lesionado ya que su movimiento de esquivarlo fue algo lento y torpe y fue golpeado por una de las garras de la bestia en su brazo, yo me quede congelada y Edmon solo me sostuvo del brazo para no hacer una locura; él se incorporó y tomo a una de las bestias que corría en grandes zancadas a él tomándole del cuello observándole para cerrar su mano en un puno matándole al instante, otro de ellos corría hacia nosotros pero una daga le atravesó el pecho haciéndole caer al suelo, nosotros estábamos petrificados hasta ver como una sombra saltaba del gran árbol al centro del enfrentamiento ahí mismo, era la silueta muy estilizada de una mujer de cabello obscuro con mechones blanquizcos, giro su rostro al ángel quien solo la observo.

-Parece que necesitas ayuda-su voz era entre los gruñidos de las dos bestias que quedaban-llévatelos, yo me hare cargo de ellos- sentencio para adentrarse al bosque llamando la atención de las bestias que gruñeron fuertemente y la seguían.

El ángel quien desapareció su espada como la había aparecido minutos antes caminaba hacia a nosotros, nos tomó de la cintura fuertemente para saltar agitando sus alas, a lo lejos el grito de agonía se escuchó emprendiendo el vuelo sobre los árboles. No se por cuánto tiempo habíamos estado volando, quizás fueron más de diez minutos, no lo sé. Arribamos en una vieja y destruida cabaña abandonada, entramos por una ventana dejándonos caer al suelo el camino unos cuantos pasos y se recargo en una de las paredes cruzando sus brazos. El silencio reinaba en el lugar, solo eran cruces de miradas entre el Edmon y yo quienes nos veíamos y observábamos a ese majestuoso ángel frente a nosotros por momentos.

- ¿Qué era esa cosa? -escuche a Edmon romper el silencio cuestionando al ángel de alas negras las cuales habían desaparecido, el solo abrió sus ojos color carmesí manteniendo el silencio.

-Eran hombres lobos- su voz era profunda e imponía presencia, a la vez que era fría y un poco rasposa- bestias que solo actúan salvajemente.

-Tu eres...- comencé dudosa pausando mi hablar un momento-un ángel caído- termine mi oración y el solo me observo y asintió en silencio.

- ¿Por qué querían atacarnos? -cuestiono Edmon para ver como el ángel soltaba un suspiro cansado y se incorporó un poco de la pared.

-Porque la quieren a ella- la voz fría y sensual de una mujer se escuchó en el lugar, al girar a donde procedía la voz vi que se trataba de la misma mujer del bosque, me observo un momento y sus ojos color ámbar brillaban en la obscuridad- ella es la llave, la que nos llevara hasta nuestro amo- sentencio para caminar un poco más adentro y observo al ángel y sonreía divertida- al parecer no puedes cuidarte solo, tu herida se abrió de nuevo- dijo al ver la seriedad del ángel.

-Hugana minanta gananu- contesto el ángel en un dialecto que pude entender, al bajar un poco la vista pude ver una herida en su costado izquierdo, observe como la herida se curaba rápidamente y confirme lo que él había dicho "Nosotros sanamos rápidamente".

-Mokta laita- "Eso veo" respondió la mujer al ángel y nos giró a ver- tuvieron mucha suerte- hizo una pausa viendo el lugar- ¿Dónde se habrá metido? - cuestiono un poco molesta.

La hija de un demonio. "Destino" #1(Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora