— Pero Froze, ¡Ya es como la octava carta!
— ¿Y? — La demonio hizo una expresión de exasperación.
— ¿Cómo que "y"? — Tomó al ángel por los hombros y la sacudió—, ¡Al menos lee la carta de tu admirador secreto y responde!
Froze suspiró mientras Yosafire la seguía zamarreado. Ella, a toda costa, quería que respondiera a las cartas de ese tal "Admirador secreto", el cual hacía una semana y algo que estaba mandándole cartas, como también flores. Cada día una distinta. La rubia pensaba que más que ser un admirador era un acosador. En sus cartas, redactaba el amor y admiración que sentía hacia ella, mientras contaba alguna de las actividades que solía hacer la de ojos claros en su vida cotidiana.
Ya harta de su amiga, la detuvo, esta vez, tomándola ella por sus hombros.
— Escucha, Yosaf. Prefiero no leer las cartas para no darle ilusiones que leerlas, responderle, y que piense que tiene oportunidad— La peliverde bufó—. Así, al menos no le dolerá tanto como le dolería si le hago la ilusión y después le rompo el corazón. ¿Entiendes?
Hizo puchero mientras fruncía el ceño y balbuceó un tanto sonrojada.— Yo preferiría que me ilusiones...
La rubia negó con la cabeza y apretó la mejilla con tintes rojos de la demonio.— Lo que pasa es que tú eres una idiota.
— ¡Hey!
Al entrar al salón saludaron a sus amigas, pero luego se tuvieron que sentar ya que Greif había llegado. Y si ella llega, es mejor que te sientes enseguida si no quieres un castigo. Al poco tiempo la clase comenzó, la peliverde intentó prestar atención, pero su esfuerzo fue inútil. Ideas de cómo convencer a Froze de que lea esas cartas albergaban por su mente, sin embargo sabía que no las iba a leer por más que la molestara. Ella sólo había leído las primeras tres y luego no leyó más. Molesta, dio un resoplido y se recostó en la pequeña mesa.
— Si tan aburrida le parece mi clase Srta. Yosafire, puede irse si quiere— Se escucharon un par de risitas que callaron al instante cuando la profesora miró. La demonio se puso roja de vergüenza, aun así le respondió a Greif.
—N-no Señorita Greif, lo siento...— Miró de reojo a Froze, quien negaba con la cabeza.
—Más te vale prestar atención de ahora en adelante.
— ¡S-seguro!— Con la vergüenza a flor de piel, le sonrió nerviosa. Greif clavó sus ojos grises en ella y los achicó, como diciéndole "si no lo haces tendrás otro castigo, otra vez". Yosaf tragó duro.
La clase siguió normal y esta vez ella prestó atención. La esperada por todos "Hora del recreo" llegó y los alumnos salieron disparados por la puerta, recibiendo un regaño por parte de la profesora. Cada uno fue por su lado. Como siempre, Yosafire se sentó con Froze y sus demás amigas: Macarona, Rawberry, Dialo y Chelan.
Si bien entre toda la animada charla se tocó el tema de las cartas, el mismo fue dejado a los diez o quince minutos.
El resto del día transcurrió igual que siempre.
— ¡Adiós Froze!
— Hasta mañana Yosaf — Agitó su mano en despedida y fue por comino contrario a su amiga demonio.
Al ver que se iba, exhaló y unos cuantos pasos bastaron para que llegara a su hogar. Cerró la puerta tras de sí y colgó el gorrito que tapaba su cuerno roto. Su mirada se posó, cuando ya estaba en su dormitorio, en el escritorio de madera. Sobre ella había tres cosas: una lámpara que iluminaba en la oscuridad de la noche, un cuaderno de hojas rayadas y un bolígrafo rojo carmín. Aún con su mirada clavada allí, no se inmutó sino que, comenzó a preguntarse sobre algo. Algo como, ¿debería seguir escribiendo aquellas cartas? Froze no las leería.
— Comienzo a creer que sí soy una idiota — Rió.
Terminó por sentarse en la silla y escribir la carta. Qué mas daba si ella no la leía, porque al menos podía expresar su amor al papel a través del bolígrafo, que fue un regalo de su amada. Qué mas daba si nos las leía, porque tampoco es que pensara que todo fuese color rosa y ella viniera y dijera "yo también te quiera Yosaf", con esa sonrisa que solo ella sabía hacer mientras sus mejillas adquirían color rosados y sus ojos se achicavan. No, no esperaba que fuese así para nada...bueno, quizá en lo profundo de su mente lo deseaba. Pero ahí quedaba.
Cuando terminó la carta, se fue a dormir.
Cuando despertó —más temprano de lo que debía — recogió una linda flor de un color que le recordaba a los bellos ojos de su amada. Sonrió, hoy pondría esa misma con la carta. Pero cuando se dirigió al colegio pensó que nada cambiaría si la dejaba así, tirando a la basura sus pensamientos de "no me importa si no las lee". Yosafire quería que Froze le dijera algo al respecto, así tuviera que soportar el rechazo, así tuviera que distanciarse de ella.
—Hola Yosaf.
La miró y, decidida, estiró su mano que agarraba temblorosa a la carta y a la flor, frente a la rubia. La misma quedó muda, mirando aquello y a los ojos llorosos de la demonio. Froze rió, dejando a su amiga confundida.
— ¿En serio creíste que no lo sabía? —Yosaf la escuchó con atención, aún sin entender — ¡Por Etihw, reconocería tu horrorosa caligrafía donde fuere!
— E-entonces... —La demonio ni siquiera sabía qué decir, no comprendía si se burlaba o qué.
—Leí cada una de las cartas, puse en agua cada una de las flores — y en ese momento, sonrió como ella sola podía hacerlo —. Yo también te quiero Yosaf, lamento no haberlo dicho desde el principio...pero quería que me lo dijeras en persona.
La demonio, llorando de alegría y alivio, abrazó a su ángel.
Al final, sí había sido todo color de rosas
●○●
— ¿Lo recuerdas, Froze? Desde ese día fuimos felices.
Esperó respuesta, pero sabía que los muertos no hablaban.
Así que, con una sonrisa amarga que ocultaba sus ganas de llorar, dejó la carta y la flor en la tumba que tenía escrito el nombre de su amada:
Froze.
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Me aman, ya sé.Espero les haya gustado gg♡
Y a esperar otros doscientos años pa' el siguiente one-shot ♡
Sí, estaba re al nepe e hice el gif xdd
Bai♡
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Mogeko/okegom One-shots [Cancelado y desactualizado]
RomantikVolvé a leer el título y sabrás 《Cancelada y desactualizada/mal escrita, la vuelvo a publicar por nostalgia》