Historia de una mujer "común" que conoce al hombre de sus sueños, sin imaginar que en realidad puede volverse el de sus pesadillas.
Una protagonista atípica, no es la victima inocente y locamente enamorado, y un galán principal que esta mas loco que...
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Prologo
Esta es mi historia, la verdad no estoy segura porque voy a contarla, pero siento que si no lo saco de adentro mío voy a explotar.
Mi nombre es Amanda, en el momento de los hechos que voy a relatarles tenía 28 años, era soltera, y no tenía ningún apuro por contraer matrimonio o algo por el estilo. Nunca fui de las mujeres que atraen y enloquecen a los hombres, más bien los asustaba o no les inspiraba seguridad para intentar un acercamiento, solo los más valientes se aventuraban a intentar seducirme, y los que lo consiguieron se pueden contar con los dedos de la mano. A pesar de este hecho, me consideraba atractiva y si bien no era la reina de la simpatía, tampoco me veía como una bruja. Podría decirse que soy una mujer inteligente, tengo dos títulos universitarios (que ahora no sirven mucho para algo) y tenía un trabajo por demás satisfactorio. Desde joven fui muy perfeccionista, me gustaba que todo salga muy bien o mejor y por ello no le caía simpática a mucha gente, pero no era mi problema si yo siempre sabia la mejor manera de hacer las cosas ¿verdad?
Vivía sola desde los 18 años, jamás conocí a mi padre y con mi madre y hermana teníamos una relación casi nula, éramos tan opuestas y contradictorias que ni siquiera podíamos encontrar un tema de conversación para tomar un café.
Nunca tuve muchos amigos, pero los que tenía valían por mil, por lo menos la mayoría de ellos, nos veíamos de vez en cuando y tratábamos de mantener el contacto lo más que se podía, pero cada uno tenía una vida por demás ajetreada y nuestros momentos libres no siempre coincidían. Mi mejor amiga se llamaba Cecilia, una ex compañera de la secundaria, que a pesar de que en esa época no nos hablábamos, cuando nos encontramos de adultas en la misma ciudad comenzamos una inesperada amistad. Con ella nos veíamos casi todos los días y lo compartíamos todo. Cecilia era todo lo opuesto a mí, yo sumamente organizada y ella un desastre, yo no practicaba el sexo casual ni tenía parejas porque si, ella vivía para eso, un hombre diferente cada semana, incluso en la misma semana tenía más de uno, pero a pesar de las diferencias nos entendíamos, nos cuidábamos y cada una servía de apoyo a la otra, ahora ya hace mucho desde la última vez que la vi, pero no voy a olvidarla jamás, a pesar que al final demostró no ser tan buena amiga, pero ese es otro tema.
Mi vida sentimental no tenía muchos capítulos hasta esa tarde de abril que conocí al hombre que cambiaría por completo mi vida y mi manera de ver las cosas, con solo una mirada puso mi mundo patas para arriba y rompió con todos mis esquemas, y me dejó sin aliento, literalmente hablando...
Pero no les adelanto más, comencemos por el principio...
