Cigarrillos

Querido fumador.

Al término de esta historia, espero que ya hayas entendido el mensaje que intenté dejar.

Si eres fumador, este mensaje es exclusiva y especialmente para ti.

Espero que lo tomes en cuenta.

Esto fue mi vida durante casi tres meses.

Tres meses y me destruí tanto.

Es difícil salir de esto.

Las personas creen que logran entender todo.

Pero no es así.

Así que no intentaré decirte que dejes de fumar porque te hace daño y que poco a poco acaba con tu vida.

Porque ya lo sabes.

Simplemente quiero hacerte ver, que fumar o no, destruirte o no, quedarte en el hoyo o salir de él, es completamente decisión tuya.

Y ya lo sabes.

En el fondo lo sabes.

Pero decides ignorarlo.

Yo sé cuán difícil es dejar de fumar.

Yo sé cuán difícil es dejar esos cigarrillos que tanta calma te traen.

Yo sé cuánto estás sufriendo.

Cuánto te está doliendo.

Pero no es tan difícil dejarlo.

Solamente está en que te decidas, te pongas límites y te quieras.

¿Y por qué no te querrías?

Mírate, eres increíble.

Tan increíble que sigues en tu difícil y complicada situación siendo fuerte.

Eres fuerte simplemente por soportarlo.

Si fumar, sufrir o deprimirte intensamente es gracias a alguien, ¡ya basta!

Nadie vale tanto como para sufrirle a ese grado, como para terminar con tu vida, o como para dejarla ir.

El tiempo corre.

Y te estás perdiendo de muchas cosas por estar clavado en tu almohada llorando.

Aprovecha tu vida, y para de ahogarte en humo, lágrimas y gritos de dolor.

Comencé a ver la vida de distinta manera desde que dejé de fumar y de llorar.

Y así pasa.

Llega un día en el que te despiertas sin ganas de sufrir, sin ganas de destrozarte en lágrimas, y te das cuenta que sufrir no ha servido de nada.

Un día en el que dejas de pensar en darte por vencido y comienzas a recordar el por qué antes te mantuviste de pie tanto tiempo, aguantando golpe tras golpe.

Y espero, que ese día para ti, llegue pronto.