Muy vulgar.

966 157 18
                                    

Sus labios se separaron mientras bostezaba ruidosamente. Había terminado de limpiar la cocina y ahora estaba sentado frente al padre de JongIn, escuchando lo que harían en los próximos días, donde supuestamente ¨Lo haría mejor esposo¨. Asintió sin escuchar lo que él le decía, en ese momento tenía mucho sueño y le quedaban veinte minutos para ir a trabajar. Un segundo bostezo lo arropó, siendo reprendido en ese instante. 

—¡Do KyungSoo! Cubre tu boca si vas a bostezar de esa forma. —

Hizo un ademán, restándole importancia mientras su boca volvía a su forma original. Joder, ahora no podía bostezar tranquilamente. 

—Lo siento,  HeeChul, pero tengo que ir a trabajar en este momento. — Se excusó rápidamente antes de que él continuara hablando sobre sus planes para esa semana. Se levantó de donde estaba y fue a buscar lo que necesitaba para ir a trabajar.

—¿Qué? Pide el día libre. Hoy tenemos muchas cosas que hacer, y que no pueden ser retrasadas. — Dijo HeeChul, siguiéndolo por la casa. 

—Eso es imposible. Si quiere haga todo sus planes por usted mismo. No molestes a quien se mata trabajando —

HeeChul miró un poco sorprendido al irrespetuoso. —Mis planes son sobre ti. ¡Pide el día libre, Do KyungSoo!— Masculló entre dientes, cruzando sus brazos mientras trataba de controlar su enojo. 

—Es lunes. Mucho trabajo...  ¿Por qué no va a trabajar por mi, entonces?—KyungSoo se detuvo, mirando desafiante a su suegro, Sonriendo en grande cuando éste lo miró enojado.— Bien, entonces me retiro. Cierra con seguro cuando salga. —Se despidió victorioso, cerrando la puerta detrás de si.

.

.

.

—Oh, por supuesto, Señor Kim. Si ese es el caso, por favor, es libre de llevárselo. —

KyungSoo miró boquiabierto a su jefe y suegro, quien se había osado a aparecer en la oficina y pedir el permiso por él. Lamentablemente, lo había conseguido con facilidad, y ahora no le quedaba más de otra que seguir a HeeChul.

HeeChul sonrió complacido, agradeciendo y compartiendo unas cuantas palabras más con el jefe de su futuro yerno. Cuando ya había terminado, miró la mueca  molesta que KyungSoo no ocultó. Quien ríe ultimo, ríe mejor.  Fue la expresión que le mostró mientras le hacía una seña para que lo siguiera. 

Oh, que bien se sentía tener el control.

—¿A dónde es que iremos?— Preguntó KyungSoo en un quejido, no se sentía de ánimos para hacer nada. 

—A comprar ropa. —Informó HeeChul deteniendo su caminar unos segundos sólo para observar de arriba a bajo la desgastada y descolorida ropa que traía el chico.

—¿Ropa? No es algo que me entusiasme un lunes por la mañana.—

—Es algo que se puede ver a distancia. —Dándole una última mirada, prosiguió su camino, llegando a su auto estacionado. —Sube, no tenemos mucho tiempo. —

—Tenemos tiempo de más. Aún no tenemos fecha de boda. Por lo que no tiene que hacer nada de esto,  aprecio lo que haces y todo pero, es innecesario.— KyungSoo llegó a la puerta del pasajero, deteniéndose frente a ésta.

—¿Innecesario dices? Aún no conoces al resto de la familia, y voy a organizar una reunión para éste domingo. Tiempo es lo que nos falta. — Espetó apretando sus delicadas manos en puños.

—¿La familia de JongIn?—KyungSoo se quedó pensativo unos momentos, antes de resoplar y asentir. —Bien, pero sólo será un traje para la ocasión. —

—Sí, un traje. Sólo entra al auto y aprende a respetar a tus mayores. —Señaló quitando los seguros de las puertas de aquel carro.

—Sí, sí. Como usted... ¡Coño! ¡¿Dónde vergas tienes los ojos, cabrón?!—

Los ojos de HeeChul se abrieron completamente mientras escuchaba y observaba a su yerno empezar una discusión con un hombre que al parecer casi lo chocaba.

KyungSoo extendió sus brazos, mirando al hombre que se había detenido más no bajado del auto. —¿Quién mierda te dio la licencia? ¿Qué no ves qué hay una maldita persona ahí? ¿Eh? —

—No estés en el medio, malnacido. —Gritó el conductor para luego poner en marcha su coche.

—¿Malnacido? Ese hijo de puta, ¡¿Por qué huyes, cobarde?! Ven y dime eso a la cara.— KyungSoo refunfuñó en su lugar, maldiciendo en lo que parecía otro idioma. —Ash. Malditos conductores que no saben conducir. —Dicho esto, se volteó para mirar a HeeChul. —¿No crees? Debería de tener un accidente para que abra bien esos dos ojos. —

HeeChul, que aún no caía ante aquella inesperada sorpresa, no musitó nada. Ya qué. ¿De dónde salió esa sucia boca? Sabía que él era irrespetuoso pero ¿Vulgar en casi todo los sentidos?

Ahora el reto era mucho mayor.

—Tendré que llevarte a clases de ética. —Dijo más para sí.

—¿Eso para qué? —Ladeó la cabeza  confundido. —Bueno, no importa. ¿Qué no vamos a comprar trapos finos?—

—¿De qué hablas? —Quien ahora estaba confundido era HeeChul.—Vamos por ropa.—

—Sí. Justo eso. Igual, luego de un tiempo se usarán para limpiar.—Hizo una mueca mientras su dedo meñique batallaba dentro de su oreja.

HeeChul miró a otro lado cuando KyungSoo, totalmente relajado, se sacudió el dedo.

¿Cómo diablos JongIn se pudo fijar en eso? Ah, y ahora se le estaba pegando decir groserías.

Genial. El repentinamente molesto sol, el ruido demasiado alto de los coches en la calle y ese martillear dentro de su cabeza, le dijeron que se avecinaba un gran dolor de cabeza.

—Definitivamente, sino te arreglas con las clases de ética, te coseré esa sucia boca.—

.
.
.

¡Gracias por leer!

Disculpen los errores u otras faltas.

A la manera de Kim HeeChul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora