Capítulo 2

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Los reencuentros son ocasiones que nos ofrece la vida. Algunos pueden ser hermosos pero otros, solo malos.

El regreso mi hogar se suponía que seria un recuentro lindo, hermoso. Pero preferia no lidiar con tantas emociones, es por ello que nadie sabia de mi vuelta.

Solo Jack lo sabía, por ende no habría familia esperando por mi en el aeropuerto. Aunque debía confesar que sentia un poco de nostalgia ver a aquellas familias recibir a sus parientes con abrazos y sonrisas. Pero me decisión ya estaba tomanda y era de esta manera, de otra forma ya estaría mi móvil lleno de mensajes.

Al salir del aeropuerto coloque mi maleta a mi costado esperando un taxi. Habia logrado librarme de Marco, él había sido una gran compañía en el viaje, logre mantenerme distraída en todo el trayecto.

No me había equivocado respecto a él. Era un hombre de negocios, trabajaba de marketing e iba a Estados Unidos para respaldar a una empresa en cuanto a publicidad. Nuestros trabajos prácticamente se relacionaban, hablábamos sobre a donde íbamos y en que empresas íbamos a trabajar.

No podía negar que era sumamente interesante, y que en el último tiempo había tomando el hábito de Jack respecto a su diversión.

Si era una perra.

Con esos juegos lo pasaba bien y no había drama en cuento a historias amorosas, pero con Marco había algo que me decía que me aleje. No era nada que preocuparse era un hombre sumamente atractivo y no parecía un lunático. Solo que estaban claras sus intenciones hacia mi, él no quería más que tener sexo conmigo. Pero yo... yo no con él.

Me negué a todas sus propuestas y había logrado perderlo. Estaba libre.

- Sería un placer acompañarte en un taxi.

Hasta ahora...

Me voltee para verlo, esta vez traía puesto sus anteojos de sol.

- ¿Otra vez tú?- sonreír- Creí que había logrado perderte.

Se acercó hacia mi provocativo.

- Eso es imposible nena, cuando me gusta algo no paro hasta conseguirlo.

- Uhg- dije provocativa- que rudo.

- Dejame compartir el taxi contigo.- susurro a mis oidos- No te arrepentiras.

Me voltee y pare un taxi.

- Hum, creo que ya he encontrado el mio Marco. Lo siento.

El sonrió y saco su móvil.

- Vale pero si quieras me apuntas tu número.- Me extendió su movil.

Lo tome y marque un número cualquiera.

-Aquí tienes.- le devolví el móvil.

- Espero volver a verte Raquel.

- Espero que si.- dije aguantado las risas dentro de mi.

Sin más subí al auto, le indique la dirección al chófer y partimos hacia mi viejo pueblo.

El trayecto comenzaba a ser conocido. Desde el camino con árboles hacia la entrada de las grandes casas del pueblo. Recordaba este lugar.

Era imborrable el recuerdo del hermoso paisaje que regalaba el gran parque del pueblo. Su cercanía al muelle lo hacían único, cuando ya no había más espacios verdes para contemplar, se podía admirar el cielo celeste lleno de nubes blancas. El río imitando el color del cielo, y la tranquilidad. Muchos chicos jugaban, otros observaban, había demasiadas personas abrazadas sumergidas en la paz del lugar.

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