Capítulo 3

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El café estaba muy alborotado, la companita de la puerta sonaba constantemente por la entrada y salida de personas.

Era normal que este fuera uno de los cafes más populares de todo Londres pero podía jurar que había más personas de lo normal. Todas las hablaban, reían. Cada quien estaba en su tema, y parecía que nadie observaba nada del otro.

Estaba sentada a dos mesas de la salida, podría ver las personas que entraban y salían. Me parecía mucho más interesante que seguir hablando con Harry acerca de mi partida a mi antiguo pueblo. Él estaba muy enojado e intentaba hacerme caer en alguno de sus juegos de palabras en el cuál yo debía decir que en realidad no quería ir y que iba a rechazar la gran oferta de trabajo que me había hecho Jack hace unos días.

Cansada de escucharlo, perdi mi vista de su cara enojada y mire más allá de la puerta abriéndose constantemente. Observe a las personas que estaban del otro lado de las filas de mesas que continuaban después de la puerta. Todos hacían lo mismo, hablanban y hablaban, veia un par de sonrisas y al parecer personas conversando muy entretenidas.

Todos parecían pasarla bien, salvo yo. Que tenía que seguir escuchando hablar a Harry. Pero de repente note a alguien que no estaba conversando, ni riendo, no estaba ni siquiera consumiendo algún café, él simplemente estaba con la cabeza agachada. Frente a él habia un chica sentada pero era como si no le prestará atención, su brazo estaba flexionado sobre la mesa y hacia movimiento rapidos. Estire un poco más mi cuello, aquel chico llamaba mi atención, alcance a ver un brillo en su mano, tenia un bolígrafo. Debia de estar escribiendo algo pero derepente se detuvo e hizo un lento movimiento. Iba a levantar la cabeza.

La campanita volvió a sonar, había entrado de nuevo alguien.

Maldeci por dentro, ese chico volvió a sus movimiento rápidos y aún tenia la cabeza baja. Tenia un cabello castaño claro, estaba bastante largo ya que era como que le cayera hacia adelante.

Me enderece un poco más con la intención de poderle verle, pero era imposible.

─ ¿Raquel me estas oyendo?

Mis ojos volvieron a Harry. Parecía enfadado.

─ Oh si, si. ─ Dije apresuradomente.

─ ¿Entonces entiendes lo importante que es esta situación para mi? ─ La campanita volvió a sonar, una y otra vez. ─ ¿Entiendes que si tu te vas yo no sabría que hacer? ─ se había parado pero la chica frente a él era muy alta no podía verle, y las personas que entraban sólo lo tapaban aún más. ─ Raquel tú eres lo más importante para mi. ─ Él chico se estaba moviendo hacia la salida. Podría verlo. ─ Raquel. ─ Harry me paso una mano por enfrente, la campana volvió a sonar. ─ Mirame cuando te hablo ¿quieres?

─ Lo estoy haciendo ─ dije.

La campana volvió a sonar. ¿Se estaría yendo? Debia verlo.

─ Es muy amable joven.─ Una señora se dirigía hacia aquel muchacho. Era alto tenia una campero de cuero marrón, su espalda era ancha desdes atrás su cabello se veía despeinado. La chica estaba del otro lado de la puerta, su piel era blanca con las mejillas con un rosado natural, tenia el cabello con ondas y al igual que sus ojos eran marrón. Ella sonreía al ver al chico.

El chico extendió su mano y la anciana la tomó.

─ No es nada señora. Déjenme ayudarle. ─ Su voz. Era él, solo podía ser él era su voz.

Me moví del lugar, camine pasando la primera, segunda mesa pero al seguir avanzado Harry me tomo de la mano y me volteo.

─ ¿Raquel que te sucede? ¡Te estoy hablando de algo importante y tu te vas!

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