Capítulo 2: El extraño joven

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  Aquel día, de camino a la escuela, sentí una presencia extraña detrás de mí. Cuando volteo a ver de qué se trataba, no vi nada más que un chico. Parecía de mi edad, tal vez un poco más. Su cabeza estaba cubierta con la capucha de la campera entreabierta. Su aspecto era raro, parecía cansado y de pocos amigos. Llevaba jeans negros y zapatos oscuros. Su cabello era azabache y estaba revuelto, como si recién se hubiese levantado. Tenía una postura encorvada debido a que llevaba sus manos en los bolsillos.

  En medio de la llovizna, nuestras miradas se cruzaron. Sus ojos eran penetrantes y profundos, de color café. Parecía alguien misterioso, que guardaba secretos en su interior. De esos que solo conoce uno mismo. Pensé que estaba con sus auriculares escuchando música y ni siquiera se había percatado de que estaba allí, entonces seguí caminando.

  Doblé en la esquina, volví a mirar hacia atrás, y el mismo chico seguía detrás de mí. Empecé a preocuparme. No sabía si era casualidad, o me estaba siguiendo. Pasaron miles de cosas por mi cabeza. Decidí seguir por otro camino para comprobar que este joven en realidad me estaba siguiendo. Al cruzar la calle, él seguía en el camino del frente, paralelo a donde estaba yo. Pero cuando pasó un colectivo, había desaparecido. Observé todas las direcciones posibles, pero no lo encontré. No sabía dónde se había metido ese misterioso chico que llamó tanto mi atención. Seguí adelante, tratando de hacer como si nada hubiese pasado. De repente escuché una voz masculina diciendo mi nombre. Me estaba llamando. Me volví a mirar de donde provenía pero no encontré nada. Sentía que me estaba volviendo loca.

  Seguí caminando hasta llegar a la escuela. Parecía un lugar tenebroso en medio de la tormenta. Y yo estaba muy mojada. Entré, dejé algunos de mis libros en mi casillero, junto a mi campera. Todavía estaba pensando en qué había pasado allí afuera.

  Me quedé un momento observando la foto que tenía pegada allí. Camille. Eramos mi mejor amiga y yo. No podía imaginar cuanto la extrañaba. Me hacía falta, me sentía sola y vacía sin ella. Aquella foto la tomamos el día anterior a su partida. Fuimos a recorrer la ciudad juntas. Paramos en el parque de diversiones y nos subimos a la gran montaña rusa que hay allí. Casi vomitamos. Luego tomamos un helado en la playa y observamos el mar. Hablamos y recordamos todo lo que habiamos vivido en esos 4 años que pasamos juntas. Me dijo: "Volveré, pero de mientras tu tienes que disfrutar tu vida y hacer lo que tienes que hacer. Por un propósito estas aquí". Aún no había descubierto cuál era ese propósito. Tomé mi cuaderno de anotaciones y me dirigí a la clase de Física. La materia mas odiosa del mundo.

  La clase comenzó. No entendía lo que la profesora estaba explicando. Ya no aguantaba más. Necesitaba que las clases terminen de una vez. Estaba muy nerviosa, me temblaban las manos y no entendía por qué. La profesora Mc Queen comenzó a escribir en la pizarra. El ruido de la tiza rozando me alteraba.

-Estas son las leyes de Newton. Con ellas realizamos todos los cálculos matemáticos para entender el mundo. La gravedad es 9.8 metros/segundos cuadrados. Claro que ya deberían saberlo...

  Ya me estaba cansando. No quería escucharlo más. Levanté la mano.

-Profesora, ¿puedo ir al baño?
-Ya toca el timbre Mary, espera.
-Pero realmente necesito ir.
-Dije que no, quedate en tu asiento.

  Quería matarla.

-¿No era cierto que las leyes de Newton no estaban comprobadas? Pues yo creo que es cierto. Por lo tanto, ¿cómo puede enseñarnos algo que tal véz no sea verdad? ¿Cómo pueden darnos conocimientos del mundo si tal vez las anotaciones que dejó no eran mas que de un simple loco que no entendía lo que hacía? ¿Qué pasaría si el mundo se estuviera acabando por causa de los cálculos inexactos que usan? La gente las usó como leyes porque creyeron que fueron creadas antes del surgimiento del universo. Pero desde el siglo XIX, el mundo las ve como teorías, debido a que no se pueden demostrar. Entonces señora, ¿cómo puedo confiar en su palabra si nos enseña cosas no demostradas? Asi que, permiso. Voy al baño.
-Y mejor que te quedes allí. No vuelvas a mi clase. El director se va a enterar de esto.

  No aguanté más. Quería gritar. Quería...

  Gritar.

  Y lo hice. Tal como en mi sueño. Cuando finalicé, todos me miraban asombrados, asustados, otros se reían. No aguante más las lágrimas. Corrí por el pasillo hasta llegar al baño.

  No entendía por qué me estaba pasando eso. No sabía que pasaba. No conocía a ese estupido chico que desapareció. Ya no...

-Mary.

  Salté del susto. Miré para todos lados pero no había nadie. Abrí las puertas de cada baño pero nadie estaba allí. Era la misma voz que escuche esta mañana. ¿Por qué me perseguía?

  Tomé mis cosas del casillero. Besé la foto de Camille y yo. Y me fuí corriendo. No quería seguir en ese lugar.

  De camino a casa sentí la misma presencia extraña. Me apresuré. Pero en ese instante sonó mi celular, era mi madre. Contesté.

//* Chico extraño en Multimedia.

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