Eres una gran amiga

8 2 0
                                    

Esto no iba bien. Él está loco, rió histérica por los nervios, si Aria pensó que le creería estaba muy equivocado. No lo creo y está loco.

- Te dije que no me creerías - sentencia cruzándose de brazos.

- Te ganaste un viaje directo al manicomio - le dije.

- ¿Asi que crees que estoy loco? - pregunta.

- ¡Claro que sí! Mira no te creo nada, vete de mi casa lunático antes de que pierda la cabeza - grito pero él no se mueve.

- Observar bien - ordena.

Lo miro y de la nada el ya no está ahí, eso de nuevo ¿Que diablos pasa? Siento que algo me toca desde atrás y me volteó. Es él.

- ¡Santa mierda! ¡Eres un jodido ninja! - grito alejándome de él.

- ¡Que no, mujer! ¡Soy Cupido! - me corrige.

- ¡Dale con eso! Eso no es posible, tu estas loco -  grito más fuerte que él.

- ¡¿Entonces que soy?! - grita.

- ¡No lo sé! ¡Un Jodido Ninja! - lo que digo no tiene sentido alguno.

- ¡Bien! ¡Entonces soy un Jodido Ninja! - suelta un gruñido de frustración.

Se de aquí sin decir otra palabra. Mierda. Creo que es lo mejor, el no es Cupido: es un loco con aires de ninja. Se movió tan rápido que mis ojos no lo captaron. Creo que el debo dejar la marihuana. Maldita Judí por dejar que la pruebe.

El teléfono suena y veo que es Judí. Lo tomó y contesto.

- Hola - digo.

- ¡Abby! ¡Tengo buenas noticias! -grita, arrastrando las palabras. Mierda, esta borracha.

- ¡Judí! ¿Donde estás? - preguntó alarmada.

- ¡En la fiesta de Megan! - sentencia.

¡Santa jodida mierda! Ella nos odia.

- ¡Judí! Por el amor de Dios ¡Sal de ahí! - le ordeno.

- No, es muy divertido. Megan esta siendo muy amable - dice riéndose.

Cuelga el teléfono y maldigo. Debo sacarla de ahí. Megan nos odia y mucho más ahora que Matt la dejó por mí y Judí la humilló a nivel escolar.

Salgo de la casa y cierro la puerta y subo al Jeep. Debo sacarla de esa fiesta antes que Megan haga su jugada. Trato de encender a Herbie pero no pasa nada ¡Mierda! Ahora no. Golpeó mi cabeza repetidas veces en el volante ¿Que hago ahora?

La respuesta llega a mí cómo un salvavidas. Matt. Cogí el teléfono y marco su número. Contesta al segundo timbrazo.

- ¡Abby! ¿Que pasa, amor? - dice con ternura.

- Matt... Necesito tú ayuda - le digo insegura.

-¿Te paso algo? ¿Que tienes? - pregunta alarmado.

- A mí no me pasa nada. Es Judí - contesto.

- ¿Que hizo ahora? - dice molesto.

- Está en la fiesta de Megan y Herbie no enciende - le contesto.

- ¡Mierda! Megan es una perra vengativa - grita.

-¿Puedes llevarme? - pregunto tímida.

- ¡Claro! ¡Llego enseguida, nena!- dice y cuelga.

Al cabo de unos veinte minutos Matt y yo ya estamos enfrente de la gran casa de Megan, muchos autos y música a altos decibeles. Miro a Matt y se ve intranquilo
Se que no quiere estar aquí, que hace esto por mí.

- Si quieres esperar aquí. Te entenderé - le digo rompiendo el silencio.

- No me gustaría pero creo que Megan armaría un escándalo si te nos ve juntos - admite.

- Bien. Esperame aquí - le ordeno y salgo del Audí de Matt.

Subo la inmensa escalera de mármol y voy a la entrada, la música ahora suena más fuerte y le olor a licor me hace querer vomitar. Trato de localizar a Judí pero no la veo por ningún lado. Encuentro a Dylan quien está metiendo la mano a sólo Dios sabe que.

- ¡Dylan! - golpeó su espalda para que volteé.

- ¡Abby! No te esperaba aquí - exclama asombrado.

- ¿Donde esta Judí?- le pregunto.

Frunce el ceño antes de contestar - La vi sabiendo al patio con Megan - contesta.

- ¡Maldito! Sabes que Megan es una perra vengativa - exclamo corriendo hacia el patio trasero.

- ¿Que esperabas que hiciera? Judí no me quiere ver ni en pintura - suena molesto y me sigue.

Cuando llegamos al patio ya es demasiado tarde. Abby esta mojada y bañada en un líquido verde y todos se están riendo. En especial Megan. Perra. Se las vera conmigo.

- ¡Megan Mullen! ¡Eres una zorra! - grito llamando la atención de todos.

Voy a hacia ella y la empujo a la piscina, salto a ella y agarro su pelo rubio teñido con fuerza y la vuelvo a meter la cabeza al agua. Todos miran algunos aplauden y otros solo miran. Es como si un velo rojo se apodera de mí y no mido las consecuencias. Pero no me importa se ha metido con mi amiga y las va a pagar. Salgo de la piscina y la baño con el mismo líquido verde.

- ¡Esto ganas por meterte con mi amiga! - le grito.

Cuando la dejó me acerco a Judí y la saco de esta casa horrible. Salgo de ahí y Matt ya me está esperando noto el espanto cuando se fija en Judí, ella no ha dicho ni una palabra.

Con ayuda de Matt la subimos y nos ponemos en marcha. El viaje es una mierda de incómodo. Matt esta callado y Judí también. Miro a Matt quien está concentrado en la carretera sin decir nada. De repente mi paciencia se quiebra.

- Escupe todo lo que te está jodiendo Matt - rompo el silenció entre los dos.

- Conocí a ese tal Aria - contesta y con sus manos aprieta el volante del auto.

- ¿Como? - le pregunto. Es imposible que eso suceda.

- Cuando entraste a esa fiesta él se acercó y me dijo que no te hiciera daño - Matt está tratando de no entrar en pánico.

- Matt, no conozco a ese Aria sólo se que el me llevó la noche anterior a mi casa y que apareció hoy se nuevo y me dijo que no pasó nada - cuando término noto que Matt ya no está tenso.

-¿Por qué no me lo dijiste? - pregunta.

- No creí que fuera necesaria. Además Judí era más importante- contesto. Él solo sonríe.

- Eres una gran amiga - dice.

En ese momento me llenó de felicidad...

Cupido Rompiendo Las Reglas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora