Esto se ponía feo. Por enésima vez este mes Judí me obliga a venir a una de estas fiestas que odio. No se porque se empeña en arrastrarme aquí si lo único que hago es sentarme y beber mí Soda y rechazar a cualquiera que se me acerca.
- ¡Abby! ¡Ven a bailar! - grita Judí. Ella está bailando con un sujeto que no conozco.
- ¡Ni pienso! - le grito desde mi asiento. Ella rodea los ojos.
Sonrió por mis adentros. Siempre me salgo con la mía y tomo otro largo sorbo de mi Soda. Miro a mí alrededor y veo que la gente no para de llegar, debe ser porque está es la mayor fiesta o la primera fiesta del verano. Técnicamente el verano empieza hoy.
- Judí - escucho una voz que viene desde atrás.
Doy la vuelta y lo único que veo es a Matt y maldigo en voz baja, no era quien quiera ver está noche. Tuve algo con Matt pero me aburrí de sus celos y lo dejé.
-Matt- dije sólo eso.
-No esperaba verte aquí - dice dolido. Se que aún le duele que hayamos roto.
- Culpa de Judí - digo solamente.
Se queda un momentos en silencio y luego habla - ¿Quieres bailar? - pregunto.
¿Acaso no entiende que terminé con él? - Terminamos - le recuerdo. Lo sé, soy una perra sin corazón.
- Pero eso no impide que bailemos - me sonríe. Jodido bipolar.
- Está bien - respondo. Le extiendo la mano para que me guié.
Llegamos a la pista de baile y Matt me toma de la cintura y yo me muevo al compás de la música. Antes esto era normal entre nosotros, bailamos muy apegados hasta ponernos cachondos y terminar en una cama. Pero esto no pasará está noche. La cosa se pone caliente cuando la música cambia a una más rápida y yo sin querer frotó mi trasero en él. Supe que tenía que parar cuando el gruñó por mi tacto.
- ¡No! - me aparto. Salgo de ahí.
Esto estuvo mal. No hay que confundir el amor con el placer. Antes cometí ese error y no volverá a pasar. Matt había sido mi primera vez así que no tengo experiencias con otras personas. Respiro profundo cuando salgo afuera y trato de calmarme.
- ¡Abby! - ese es Matt. Bueno, mierda.
Sigo caminando hasta el Jeep de Judí cuando el me toma de la muñeca y me atrae hacia él.
- ¡Sueltame! - le gruño.
- ¡No! - demanda.
- ¿Que carajos te pasa? - le pregunto. Él me mira enojado.
- Deja de ser una malcriada y vuelve conmigo. No se porque esté berrinche tuyo - se queja.
¡Ah! No dijo eso.
- ¡Superalo! Te deje. Listo, fin de la discusión - trato de hacerlo entender. Suelto su agarre.
- Lo que tuvimos fue real. Deja de decir que no lo fue. Eres peor que antes, Abby ¿Que te hizo cambiar así de la nada? - pregunta.
El hecho de que me di cuenta de que eras un imbécil mujeriego. Lo miré a los ojos y me di cuenta de que ya era hora de que le diga el maldito porque.
- No lo sé. Preguntale a Marcie - le doy una jodida pista.
- ¿Que?- esta atónito.
- Lo que dije. Aún no entiendo porque tú quieres volver, por lo que yo se estabas muy ocupado en el vestidor del equipo metiendo tus manos en su falda como para hacerme caso - respondo.
- Eso es mentira. No le creas a nadie, Abby - dice nervioso. Rodé mis ojos. Él canalla miente.
- Deja de ser un sínico ¡Te vi maldita sea! - le grito.
-¿Cómo?
- Maldita sea. Recuerdas que es misma tarde te dije que te iba a ir a buscar para una cita. Te vi con ella - ahora el está cayado y tranquilo.
- Cariño, ese no era yo - dice solamente.
¡Y una una mierda! No le creo nada.
- No pienso creerte. Sólo asume que te dejé. Terminamos - le digo.
Me observa unos momentos y luego sonríe ¿Que es tan malditamente divertido?
- Entonces tendré qué conquistarte de nuevo - susurra en mi oído.
- Tú confianza me sorprende - gruñó.
- Será como el principio. Te conquisté una vez lo puedo hacer de nuevo - dice con esa voz ronca que sabe que me fascina.
- Ya lo veremos - digo.
Lo dejo solo porque de verdad me quiero ir a casa. Esta noche no me agrado. Cuando vuelvo a él estacionamiento y abro la puerta del Jeep para subir. Pero alguien ya estaba ahí...