Esto se ponía feo. Otra vez Judí corría al baño a vomitar hasta las entrañas. No se que diablos tomó en esa fiesta pero pareciera que era algo muy fuerte.
Me quedo en la cocina mientras cocino algo Liviano para ella. No quiere llegar a su casa porque sabe que su madre la va a criticar. Mientras enciendo la cocina para preparar la sopa pienso en lo que me dijo Matt. Él tipo extraño habló con él y no se por qué ni de qué.
Cuando veo a Judí salir del baño veo que no está contenta. Frunce el ceño ¿Que diablos le pasa? Se sienta y se que va entrar en modo Perra , odio cuando pasa eso.
- Volviste con Matt - afirma de mala gana.
- Esa es mi decisión - contesto.
- Lo sé pero al menos debería hacerte la difícil. El es un cerdo - acusa comiéndose todo el tocino del plato.
- Mira, es mi decisión. No te metas en mi vida - le digo mirándola a la cara.
- Eres una cría. No sabes del mundo eres sólo una inocente ingenua - regaña, parándose del asiento y sintiéndose superior a mí.
- ¿Que mierda sabes tú? - pregunto enojado.
- Lo que digo es que aún eres una niña. No tienes experiencia con los hombres - me dice con una sonrisa en la cara.
- Jodete Judí Sanders - le digo.
- ¿Que? - exclama con incredulidad.
- Que me canse de tu maldita superioridad. Quiero que te vayas de mi casa y no vuelvas más, no quiero que me hables. Todo de ti me cansó y no quiero que me hables - digo con falta de aire. Listo lo dije todo.
- ¿Estás de broma? Tú eres nada sin mí, volverás a las sombras de la marginación si haces eso - me amenaza.
- ¿Enserio? No me interesa volver hacer la que era antes - contesto.
Ella sólo me queda mirando se levanta de la mesa dejándome sola. Pero eso ya no me importa porque ha ella solo le importa ella misma. Siento mi teléfono sonar y veo que es Matt. No puedo evitar sonreír.
- Hola precioso - sonrió cuando contesto.
- Hola mi preciosa Ángel - me sigue el juego.
- ¿Por qué me llamabas? - le pregunto caminando a la sala de estar.
- Es que extrañaba tu voz y no lo sé preguntar sobre Judí - dice Matt.
- Judí ya no es mi amiga - digo solamente.
- Vaya... Creo que es lo mejor para tí, ella no es cómo tú - razona.
- ¿Que quieres decir? - pregunto ofendida.
- Que ella es una mimada y una persona que es muy egoísta - contesta.
- ahora quede como antes. Sola y sin nadie - digo con amargura.
- Me tienes a mí.
¡Mierda! Es tan romántico.
- Es lindo escuchar eso - le digo.
- ¿Quieres venir conmigo a la fiesta de Dylan? - me pregunta.
- ¡Claro! Amo sus fiestas - le contesto con emoción.
- Es hoy, pasaré por tí a las nueve - dice.
Después de que colgara me puse a pensar en que haré hoy. Hace mucho que no voy a centro comercial para visitar a Nina la dueña del la biblioteca Barni'e Book's. A sí que voy a ir ahora.
Cuando llego al centro comercial veo a las amigas de Megan con sus novios y trato de pasar inadvertida para ellas. Pongo mí capucha y pasó por allí sin que me vean.
- ¿Abby? - me espanta un susurro que viene desde atrás.
Volteó y veo que es la vieja Nina de edad pico quien me sonríe.
- ¡No me asuste así! - le susurro alejándonos de ellas.
Cuando llegamos a la pequeña librería me dispongo a ver los nuevos libros que al parecer son bastante buenos.
- ¿Que te trae por aquí, Abby? - pregunta Nina.
- Vine a saludarte y decirte que mamá ya se fue a Chile - le respondí.
- Eso es bueno ¿Tienes idea de que libro vas a leer? - me pregunta. Le sonrió me conoce perfectamente.
Tomo el libro rojo que se titula "Noches Pasadas" - Este Nina - se lo muestro y vamos a la caja registradora.
- ¿Estas segura de que quieres este? - pregunta Nina observandome bien.
- Si ¿Por qué? - le pregunto confundida.
- Bien - responde.
Hablamos un rato y luego me fui a casa. No había recibido ninguna llamada de Judí y eso me alegra, no quiero saber nada de ella. Volví a ser la solitaria friki y eso estaba bien...