Maldicion, estoy afuera de la casa de Matt para hablar con él y no se si es buena idea. Pero yo creo que fue él quien mandó a ese tipo a "hablar". Me acerque a la puerta y golpeé, se escuchó unos pasos y la puerta se abrió. Era la madre de Matt.
-¡Abby! Que alergia verte por aquí - dice con notable alegría.
- Gracias. A mí también me alegra ver la señora Dexion - le sonrió.
- ¡Por el Amor de Dios! Pasa y no me digas señora dime Karla - se a se un lado para que entre.
- ¿Esta Matt? - le pregunto. Me mira esperanzada.
- ¡Claro! Está en su cuarto, puedes subir siente te cómo en tú casa - dice y se va a la cocina.
Subo al segundo piso y voy a la puerta que está al final del corredor, donde se que esta su cuarto. Dudo en golpear pero me armo de valor y lo hago.
- Mamá, ya dije que no tengo hambre - abre la puerta esperando que fuera su madre - ¡Abby! ¿Que haces en mí casa? - dice asombrado.
- Vine a hablar y tú madre me dijo entrar - explique- ¿Podemos hablar? - le pregunté nerviosa.
- ¡Por supuesto! Entra - me dice.
Entro a su cuarto y entro. Estaba justo como lo recordaba: Limpio y ordenado. Me senté en su cama y lo miré.
- ¿De qué querías hablar, Abby?- pregunta rompiendo el silencio.
- Sobre anoche - contesto.
- Perdonadme, anoche me comporté raro yo había tomado un poco - se disculpaba conmigo.
- ¿Puedo preguntarte algo? - suelto.- Dime.
- ¿Fuiste tú quién mandó a ese tipo a convencerme que volviera contigo? - suelto.
Me mira estupefacto. No esperaba esa reacción.
-¡No! ¿ De quién rayos hablas? - pregunta asombrado.
- ¡Del tipo de anoche! Que...- no puedo terminar la frase porque se que se va a molestar.
- ¿Que? Termina lo que ibas a decir - me ordena.
- Matt ...- susurro. Tengo miedo de lo que va a decir.
- ¿Te hicieron algo? - pregunta acercándose a mí.
- No lo sé - admito.
- ¡¿Cómo que no lo sabes?! - grita. Mierda, se enojó.
- Desperté en mi casa sin recordar nada de anoche - estaba avergonzada.
- ¿Quien fue el puto que lo hizo?- dice, gruñendo.
- No lo conozco y nunca lo había visto en mi vida. Pensé que era uno de tus amigos o que te conocía - conteste.
- Mierda, Abby. Cuando sepa quién es lo voy a matar - en su mirada había oído y estaba sufriendo.
- Perdonadme, no pensé que te afectará tanto - le pido disculpas.
- ¡Abby! ¿No te das cuenta? - pregunta, dolido - Es obvio que me afecta, yo te amo. Nada a cambiado - dice y se sienta a lado mío y me da un beso en la sien.- No se que hacer, no le he dicho a nadie - confieso.
- No hay que tomar decisiones ahora. Ay qué estar preparados...-
- No se que haré si quedo embarazada - admito, aunque eso es poco probable.
- ¡Me haré cargo! - dice en voz muy alta. Me dan ganas de reír - ¿De que te ríes? - pregunta ofendido.
- ¡Por Dios! ¿Harías eso? Pero no eres el padre - me río por la inocencia de Matt.
- Lo haría por ti - hablá en serio.
- ¡Mierda! Eso sonó cursi - bromeó.
- Adoro cuando bromeas en los momentos más inadecuados - susurra y me besa.
Éste beso era tierno, cómo el primero que nos dimos. Toma mi cabeza con suma delicadeza para profundizar el beso. Gimo y saboreo con mi lengua su boca. Ahora soy pura lujuria, con un movimiento experto estoy ahorcadas en él sin dejar de besarlo, froto mi entrada con si obvio deseó y él gruñe. Sé aparta de mí.
- No - dice.
- ¿Por qué? - pregunto.
- No me acostaré contigo - dice solamente. Eso lastimó mi ego.
- Bien. Me iré sí es lo que quieres- digo con la poca dignidad que me queda.
Me levanto algo ofendida y cuándo iba abrir la puerta él me toma del brazo y me atrae a él.
- Quiero hacer esto bien. Así que no me acostaré contigo ya que ahora no eres mi novia. No quiero sexo sin sentido contigo, yo quiero hacer el amor contigo - dice y me abraza.
¿Desde cuando se volvió tan malditamente romántico? Creó que de verdad me ama. El problema soy yo y mi inseguridad, mi desconfianza no sería buena idea volver con él.
- Entonces no habrá sexo, porque no volveré contigo - le digo.
- ¿Cuando te volviste tan fría? - me dice. Abrazándome más fuerte.
- No lo sé. Tengo miedo, Matt - confieso, correspondiendo el abrazo.
- ¿Miedo? No voy hacer nada que tú no quieras, lo sabés Abby - me asegura.
- No es eso Matt. Es que si volvemos pasará lo mismo: mi inseguridad lo arruinara - le digo. Mirándolo a los ojos.
- A veces las cosas salen mejor si uno confía en la otra persona - me aconseja.
- Así debo confiar en ti ¿no? - le digo.
- Si y si lo haces haré que confíes en mí - toca mi mejilla.
- Puede que no salga bien...pero ¡A la mierda! Hay que arriesgarse, hagamos lo - le digo.
- ¿Hablas encerio?- pregunta.- Sabés que no me voy con rodeos - lo miro.
- ¿Eso quiere decir que eres mi novia de nuevo? - pregunta sonando inocente e ilusionado.
- ¡Por Dios! ¡Acabas de ganar el premio al más inteligente del estado! - exclamé sonando muy irónica.
- ¡Abby! ¡Deja de bromear en momentos importantes! - me reprende.
- Es que eres muy lento. Capitán del equipo de Lacrosse tenía que ser - digo.
Él solo me besa. De esos besos cortos que y seguidos que dan las parejas melosas y enamoradas. Me gusta cuándo hace eso. Pero alguien decide interrumpir este momentos importante, el maldito teléfono empezó a sonar. Matt suelta una maldicion.
Tomo mi teléfono y miro la pantalla - ¡Jesús, José y Maria! Es mi madre -grito. Lo olvide, mierda.
Presiono el botón de contestar - ¡Abby Mei Hanson Del Carmen! - grita mi mamá en español - ¿Donde Diablos estas? - eso lo dice en Inglés...