Parte 1 Sin Título

173 27 1
                                    



Capítulo 1: La diferencia de edad no desaparecerá, pero... el resto depende de ti. ¿Qué piensas hacer?


Ese beso para mantener las apariencias sabias a tabaco.

Un suspiro escapo de sus labios, observo al hombre que caminaba a su lado, su cabello plateado se movía por la suave brisa de verano, llevaba puesto unos short negros con una remera azul y sandalias del mismo color, y su rostro mostraba una concentración inusual. La mayor parte del camino su comportamiento había sido extraño, más de lo usual. Murmuraba palabras y se pasaba la mano por el cabello con nerviosismo. Sakura llego a distinguir: «Otro trabajo» «¡¿Qué voy a hacer?!» «Necesito ayuda». Sin poder evitarlo, sonrió. Ya entendía que ocurría. Al parecer el peliplata volvía a necesitar su ayuda para escribir, debía admitir que un parte de ella se sentía contenta, aunque no sabía bien porque. Confundida y curiosa volvió a girar la mirada hacia su acompañante. Se sorprendió al ver la mirada decidida de Kakashi, este parecía haber tomado valor mientras navegaba en sus pensamientos. Sin más, hablo:

-¡Por favor, señorita Haruno!- rogo el peliplata. Mirándola suplicante.

-Está bien- contesto la pelirrosa tratando de que no se le escapara la risa por la cara de sorpresa que tenía Kakashi. -¿porque estas tan sorprendido? Era obvio que pensaba que no aceptaría tan rápido.

-Es que... pensé que lo rechazarías.

-no tengo ningún problema.

-¿Por qué?

-¿Vas a decirme cual es mi siguiente trabajo?- Pregunto con impaciencia la pelirrosa.- ¿Cuál es el tema esta vez?...

Fue hace tres meses que Kakashi Hatake, un popular escritor de novelas eróticas, no era capaz de escribir para una edición especial de la revista Konoha, entonces, contrato a Sakura para ayudarle a recordar "el sentimiento de un beso inocente", para eso habían ido a tomar una café que de alguna forma había parecido una cita e incluso habían terminado con un beso. Y ahora, otra vez...

-"¡Diferencia de edad!"- exclamo Kakashi- en el momento que lo vi, pensé en la señorita Haruno- dijo con una sonrisa picaresca.- ¡Qué bueno que has aceptado, me has salvado! Nunca he salido con alguien con quien tuviera tanta diferencia de edad, así que... gracias.- termino con una risa nerviosa y un suave sonrojo sobre sus mejillas.

-... Bueno, lo estaré esperando.- contesto sonriendo, tratando que su rostro no reflejaba hacia donde iban realmente sus pensamientos. Asintió a modo de despedida, y se alejó por el camino hacia su casa, con el pensamiento de cuantas novias habría tenido el señor Kakashi Hatake.

.

.


.


Ding-dong

La blanca puerta se abrió dejando ver tras está a una joven. Tenía el cabello de un inusual color rosa y uno hermosos ojos color jade. Iba vestida con unos short negros y una pupera roja, junto con unos accesorios; miro con sorpresa al hombre parado en su puerta.

-Buenos días señorita Haruno, disfrutemos del día de hoy ¿sí?- dijo Kakashi.- si te parece bien, deja que me presente a tus padres.

-... Están trabajando.-dijo Sakura, agradeciendo internamente que así fuera, conociendo a sus padres estaba segura que harían muchas preguntas.

-Oh, qué mal.- se lamentó el peliplata- después de todo, me has estado ayudando mucho últimamente... - término, mirando nervioso a Sakura, al ver que la joven lo veía tan atentamente.- ¿Qué?- pregunto. ¿Tendría algo en la cara?

-Estás todo acicalado y bien vestido.- contesto mirándolo con curiosidad.

-¡Sí!- dijo el peliplata, contento de que lo notara.- ¡hace un año que no iba a una peluquería! Antes siempre me arreglaba. Y estas es de las ropas más elegantes que tengo.- exclamo, señalando su ropa que consistía en un pantalón negro y una camisa blanca arremangada hasta los codos.- por alguna razón, estaba muy nervioso al elegir que ponerme.

-Ahora vuelvo, voy por mi bolso.- dijo Sakura ingresando rápidamente a su casa, mientras rogaba por que el peliplata no haya visto su rostro sonrojado. ¡Tonta!.

.

.


.


El auto avanzaba rápidamente por la avenida acercándose al centro de la ciudad. Sakura se recostó sobre el asiento y miro a su acompañante.

-¿Tienes un auto?- pregunto escéptica Sakura.

-Cuando mi padre se compró un auto nuevo, me obligo a comprarle el antiguo. Desde entonces me puse a conducir.- contesto Kakashi.- Además, ¿no se supone que los hombres adultos tienen auto? ¡Soy genial!- termino con sonrisa divertida, frente a la cara de fastidio de la pelirrosa.

-¿Dónde vamos?

-Mmm he pensado en muchos lugares diferentes...

.

.


.



Labios de Humo #2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora