Capítulo 1

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Sueño.



Carl no sabía el porqué de aquel sueño, pero era agradable. Hasta cierto punto lo había sido.


Un campo lleno de césped verde, lleno de vida que se posaba tranquilamente debajo de él. Sus pies desnudos podían sentir la tierra viva y hermosa como todo lo que había allí.


Se sentó en el suelo mientras respiraba profundo en el aire limpio. Todo era tan irreal. No había ruidos de autos, aviones o maquinarias que a Carl se le daba la sensación de siempre escucharlas. El bullicio de las personas no se encontraba en aquel campo hermoso y a él eso le hacía sentir extraño, como si extrañara mucho el ruido.


Se recontó en el césped disfrutando el momento y dispuesto a descansar, después de todo solo era un sueño ¿Qué podría suceder?


A un lado en el suelo se encontraba el sombrero de Sheriff de su padre, fue extraño porque ahora quería saber sobre su padre. Como si no lo viera desde hacía mucho tiempo y quisiera verle y abrazarle. Igualmente volvió a terminar de recostarse para cubrir su rostro con el sombrero y así no sería molesta la luz del sol.


No sabía en qué momento se había dormido, pero despertó por el brusco movimiento en su cuerpo, había sido como si le hubieran sacudido desesperadamente para despertarlo.


Solo pudo abrir un ojo, pues no entendía por qué también había un hombre de unos 30 años cobre él mientras en su mano izquierda tenía el sombrero de su padre.


­­- No lo necesitarás. -la voz del hombre era un poco gruesa, hablaba y sonreía de una manera muy altanera- Abre las alas y vuela.


El hombre tiró el sombrero atrás de él y comenzó a acercarse al rostro de Carl, sin este poder hacer nada ya que parecía no ser dueño del control de su cuerpo y no podía escapar de sus brazos.


-Tienes un maldito buen agujero. -dijo el sujeto, que con su lengua comenzó a lamerle el rostro hasta insertarla dentro del hueco donde debía estar su ojo derecho la sensación fue horrible para Carl, como si su ojo en verdad no estuviera.


El hombre comenzó a desvestirle mientras que Carl sin querer hacerlo, con su mano le acariciaba el rostro. Sintió sus mejillas arder de vergüenza al sentir que tocaba su intimidad, aquello oculto a las demás personas. Dolido cerró su ojo y todo acabó.



Realidad.


Abrió sus ojos mirando desesperadamente hacía todos lados en su habitación, deteniéndose al tener su cabeza hecha completamente un desorden. Trató de poner en orden sus pensamientos, pero fue en vano. No podía entender nada.


Apenas tomó conciencia clara de lo que había sucedido en aquel sueño, con el tacto de sus manos buscó que todo estuviera en su lugar y se alivió al saber que su ojo aún seguía allí.


Respiró profundo durante unos segundos y luego de mirar su reloj supo que debía levantarse para ir a la escuela.



Sujeto.



Realmente luego de aquello no le había dado importancia a el sueño, quizás solo era una pesadilla o algo así. La duda era por qué había tenido un sueño con alguien que hacía eso. Lamerle el rostro y su ojo, tocarle allí. El pensar en eso hizo que se sonrojara, nunca había pensado en ese tipo de cosas y ahora aparecía en un sueño con un sujeto al cual no reconocía, pero que le hacía ese tipo de cosas extrañas.


- ¿Sucede algo? -Carl no se había dado cuenta, pero su amigo estaba a su lado esperando una respuesta- Te comportas de una manera muy extraña desde hoy temprano.


Carl no lo había pensado, ¿En verdad se comportaba tan extrañamente? ¿Sería a causa del sueño? No lo sabía. Ahora se encontraban en el baño cambiándose el uniforme de la escuela por el de gimnasia*, donde seguramente les harían trotar y jugar algún tipo de deporte como baloncesto o vóley.


- ¡Basta! -se escuchó en el pasillo fuera del baño, al parecer era alguna de sus compañeras.


Carl no le dio importancia porque quería terminar de vestirse, en cambio su amigo Chase salió corriendo ya vestido solo que con los calcetines en sus pies. Habían otros más que fueron a observar, pero solo cuando Chase volvió a llamarle, Carl se acercó.


Cuando se asomó a ver lo que sucedía se encontró con dos compañeras discutiendo a otra más. Carl reconoció a quien estaba en desventaja, era Sophia su vecina, esa niña silenciosa e indefensa que siempre era molestada por muchos en la escuela. No sabía la razón, pero siempre terminaban metiéndose con ella y su familia. Carl no podía negar que por agradarle a sus amigos quizás hubo veces en que también le insultaba o molestaba, aunque muchas veces había intentado hablarle sin conseguirlo.


Todo se detuvo cuando un hombre apareció, era bastante alto y fornido de unos treinta años. Carl sabía quién era, no podía negar que le alegraba que su Profesor de Gimnasia estuviera ahí ya que no quería que le hicieran daño a Sophia, pero también sintió algo completamente extraño. ¿Qué era? No lo sabía. Era una mescla de miedo e incertidumbre, ya que ese hombre que estaba disipando la discusión, no era más que aquel sujeto de sus sueños. Aquel hombre que lo había tocado y que Carl temió.




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Notas:

*No sé cómo se le dirá en Estados Unidos, pero acá en Argentina se le dice así o Educación Física.

Espero que les haya gustado, voy a tratar de actualizar no solo esta historia sino también las demás cuando termine el colegio.



Nos vemos.

Será (Negan X Carl - Negarl) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora