Axl Rose (por todas conocido) sufre una ceguera temporal, en este periodo contrata a su secretaria, Becca.
Y claro, tratándose de él, el romance está asegurado.
Pero cuando se presenta su banda (Guns N Roses) se forma un triángulo amoroso entre Axl...
—Saul Hudson.— di una patada en la puerta del camerino.
—¿Cómo has entrado?— solo estaban Slash y Steven.
No daré detalles, pero eso de "las chicas buenas van al cielo, pero las malas van al backstage" fue cierto.
—Sabes perfectamente de qué quiero hablar. — chillé tan llena de furia que me sentía como una botella de cocacola llena de mentos.
—Hey, hey, ¿por qué no te calmas?— medió Steven.— Mira, tengo vodka.
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—Slash,o tomas esto en serio o...
—¿O qué?—me interrumpió chulesco.
— O esta sufrirá las consecuencias.— tomé su guitarra y encendí un mechero. Así es, le amenacé con hacer un Jimmy Hendrix.
—No, no, serio, serio.— extendió las manos.
—Vamos a calmarnos.— se entrometió Steven. Un «Fuera.» fue suficiente para que saliera corriendo.
—¿Qué tienes con Axl?
—Nada.
Acerqué la llama.
—¿Qué hay entre vosotros?
—¡Nada!
La madera empezaba a calentarse.
—¿Qué sentís?
—¡¡Nada!!
Quemé una cuerda y se partió.
—¡Basta!— se quitó las gafas de sol. Y descubrí mi café favorito, el de sus ojos.— No lo sé, ¿de acuerdo? Claro que le quiero, pero no de un modo sexual ni como a un familiar.— apagué el fuego para que no se prendiera todo el instrumento.— No le he puesto nombre y no tengo intención de hacerlo. A veces me saca de quicio porque es un gilipollas, pero si él está mal yo sufro. Es lo que es, y punto.— extendió la mano. —Ahora , dame mi puta guitarra.
No pude negarme.
Ni tampoco pude evitar abrazarle como se merecía ,y no lo rechazó, supongo que él también lo necesitaba.
En el siguiente capítulo:
Veremos si esta charla tan emotiva a surtido algún efecto.
