¿También estás perdida?

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Caminó en dirección a la puerta, puso su mano en la perilla y justo antes de girarla algo la detuvo, era una voz.

- ¿Estás bien? - Sonaba preocupado.

Reika dio un brinco acompañado de un pequeño grito y con voz temblorosa atino a responder

- S-sí - 

- Uff, que suerte, pensé que algo terrible había sucedido allá adentro - Habló más aliviado - Te dejo para que te cambies, ten cuidado - 

- ¿Quién eres? - Logró preguntar ella con la voz aún temblando, pero nadie respondió. Quien fuese, ya se había marchado.

Ella, temblorosa, giró la perilla y entreabrió la puerta, se asomó un poco para asegurarse de que no había nadie. La puerta de entrada estaba cerrada y todo lucía tal como ella lo había dejado antes de su aventura en el baño. Abrió por completo la puerta y salió.
Buscó su mejor vestido entre su gran cantidad de ropa, quería verse bien esa noche. Reika en realidad, no tenía un estilo muy definido. Podía pasar de usar un atuendo súper dark a uno totalmente girly sin problema, de cualquier forma se sentía cómoda, después de todo era solo ropa. Tenía claro que muchas personas consideraban la ropa como una fiel muestra de la personalidad y de lo que se quiere mostrar a los otros, pero para ella la ropa solo servía para cubrirse. El asunto de la personalidad y demás lo dejaba a actos propios de cada uno como la forma de expresarse al charlar, escribir o la manera en que cada quien actúa.

El vestido que eligió era hermoso, era color azul zafiro, tenía un escote en forma de corazón y una falda circular que le quedaba justo por encima de las rodillas. Se puso unas botas cortas con tacón que hacían juego con el vestido y una chaqueta encima. También arreglo un poco su cabello y se puso perfume. Odiaba el maquillaje así que solo se dio golpecitos en las mejillas para que se vieran un tanto coloradas.

Para cuando terminó de arreglarse eran las ocho menos quince, por lo que decidió ponerse en marcha al auditorio principal.
Una vez fuera de la habitación bajó las escaleras y atravesó el campus para llegar al edificio principal. No había nadie por ningún lado y estaba segura de que el auditorio no podría estar allí así que volvió al campus y caminó por este rodeándolo completamente, tampoco había señales de vida.

- Maldito White, ¿Cómo olvidaste decirme dónde queda el auditorio principal de este lugar? - Pensó Reika frustrada mientras se sentaba en una de las bancas del campus.
Levantó la vista hacia el cielo, era una bella noche de luna llena, tomó un hondo respiro y bajó la mirada; a lo lejos logró ver una luz. Se emocionó muchísimo, pues creyó que era el auditorio, se levantó y caminó tan rápido como pudo hacia el sitio del que provenía la luz.
- Parecía más cercano - dijo mientras apresuraba el paso, para ese punto ya empezaba a sudar.

Caminó unos metros más y llegó al lugar, lastimosamente este no se veía como un auditorio. Reika había caminado quien sabe cuantos metros para llegar a un cobertizo. Se sintió terrible, perdió un montón de tiempo y seguía sin saber la ubicación del lugar al que debía llegar en unos minutos, además estaba rojísima y muy sudada.

- ¿También estás perdida? - formuló una dulce voz detrás de ella.

Reika sintió un escalofrío pasar por su espalda, su piel se erizó y su respiración se aceleró. Dio la vuelta lentamente y lo vio, era una cara conocida.
- ¿Qué haces aquí? - Le cuestionó incrédula.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2017 ⏰

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