Bitácora 4: Revelación.

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Aquel día se habían puesto de acuerdo para ir a explorar, Bill tenía cierta flojera y estuvo tentado a llamar a su amigo para no ir sin embargo la curiosidad pudo más, con lentitud se alistó y recogió algunas de sus cosas para investigar en lugares como aquellos.

Durante el viaje no dejó de pensar en que seguro eran puras patrañas de la gente como siempre aunque la existencia de una cueva era mucho más probable que espíritus y otras criaturas de la imaginación borracha de alguien, aunque Dipper solía tragarse toda esa parafernalia y creerla cierta, aquel chico consideraba que a su amigo le faltaba madurar para dejar de creer en cuentos infantiles.

La sorpresa fue grande para aquellos dos adolescentes cuando encontraron el lugar, entraron a investigar, Bill estaba muy emocionado, vio que su amigo estaba mareado y un poco mal, lo dejó atrás no planeaba tardarse y Dipper aguantaría.

El muchacho no espero que pasara algo pero al ver aquella pintura en la pared le trajo una sensación familiar, comenzó a sentirse mareado y un montón de imágenes cruzaron rápidamente sus pensamientos.

Escuchó entonces su propia voz, pero eso era improbable, no quería pensar como Dipper, en algo sobrenatural —recuérdalo, tu eres yo, soy tu sombra, soy tu mente— ese susurro cobraba fuerza, ¿a qué se refería?, no lo entendía, otra carga de imágenes surco con rapidez su cabeza y un dolor más agudo que el anterior se presentó.

Un montón de voces se aglomeraron en sus oídos, por un momento creyó que se quedaría sordo, pero todo paró, fue en ese preciso instante que todo cobró sentido y aquella voz se apodero de toda su conciencia, era el caos, la idealización del sufrimiento.

Bill Cipher— ese era su nombre en cualquier dimensión, en cualquier momento del tiempo, la existencia parecía tan vacía en ese instante, las cosas que conocía dimitieron de tener importancia, poco a poco dejó que su mente se aclarará pero su lado humano aquel que estaba tan acostumbrado a su existencia fútil peleaba contra de su propia naturaleza.

Sin embargo estaba destinado a perder, cuando el otro chico le dio alcance y preocupado intentó ayudarle aquella locura que se apoderaba de él comenzó a decir que lo lastimará que necesitaba el sufrimiento de alguien más para poder traspasar, tuvo un poco de autocontrol y evito herirlo por completo.

Cuando logró recuperarse de toda la impresión Dipper parecía querer irse, lo entendía por completo, quiso dejar pasar el incidente pero las nuevas voces que se fundían en él le convencieron de que era mala idea, fue entonces que se le ocurrió una idea brillante una que no tendría falla, haría comprender a su amigo como serían las cosas de ahora en adelante y como era benévolo le perdonaría su mísera existencia en recompensa de servirle mientras dormía.

En un principio tendría problemas para que el mortal lo entendiera, una sonrisa surcó su rostro, bueno él lo haría comprender de una manera u otra e igual no habría opción aquellos que no lo aceptaran estarían condenados.

Cuando regresó a casa se encontró con su madre quien le miró un tanto preocupada, el solo sonrió de una manera extraña comenzando a acercarse, instintivamente la mujer retrocedió es como si supiera de antemano que pasaba, ella tembló y lo llamo por su nombre varias veces sin embargo Bill no respondió, él solo le dio un abrazo, era una reacción sentimental, en cierta forma una despedida, sería la última vez que el muchacho llorara o demostrara algo de arrepentimiento por sus acciones.

Ella acaricio su cabello rubio y le dijo palabras cariñosas intentando consolarlo —Lo siento pero tú sabes lo que debe pasar— la sorpresa en el rostro de la mujer es algo que él no podrá olvidar nunca, ella rio nerviosa y fingió no saber a qué se refería pero por dentro el miedo la estaba embargando.

Aquella madre había criado a su hijo con la mentalidad de que las cosas sobrenaturales no existían que debía pensar que son patrañas aun sabiendo la verdad, sus miedos esos que la mantenían despierta durante los primeros años de su pequeño niño se agolpaban rápidamente en ese instante en que él la miraba con esa sonrisa extraña y ese brillo peculiar.

Quiso llorar como hace unos minutos su hijo lo había hecho, mordió sus labios y el silencio reino en aquel lugar — no...— sus palabras se vieron interrumpidas por la mano del menor quien levanto la ceja.

no mientas

— ¿Quién te dijo?

—Nadie en realidad acaba de pasar algo extraño y pude verlo— después de aquello la dinámica en la familia había cambiado sus padres mantenían la distancia, sobre todo evitaban ir a su habitación| que ahora estaba ocupada con tres de sus mascotas.

Bellas criaturas destructivas causantes de temores y pesadillas nocturnas, su madre la primera vez que las vio grito tan fuerte había sido tan gracioso, asustando a sus pequeños quienes la regodearon apenas había podido evitar que la lastimaran demasiado.

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yep siguiente parte a ver que XD

Crónica hacia la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora