ᏌNᎪ ᏢᎬᏞᏆ

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"Happy Hunger Games, and may the odds be ever in your favor... " la película llevaba minutos empezada pero, otra cosa llamaba más mi atención.

Mi mejor amiga, Lucy, estaba sentada junto a mi viendo Los Juegos del Hambre en el sofá de mi apartamento. Esta era su favorita, se emocionaba con todas las escenas. La veía suspirar por el protagonista, ese tal Josh Hu.. Ha... ese, el actor del personaje de Peeta. Mas que atender a la pantalla, no lograba apartar mis ojos de ella. La observaba, detenidamente, cada movimiento, cada suspiro, cada palomita que colocaba en su boca. Esa boca que me vuelve loco desde que usabamos pañales. Bueno no, pero si desde hace tiempo.

Mi respiración se entrecortaba al verla tan sexy usando mi ropa. Sentía calor a pesar de la temperatura real de la habitación-. ¿Qué miras tan intensamente? -volví al planeta tierra al escuchar esa voz tan melodiosa de ella aun absorta en su película-. Nada ¿De qué hablas? -me miró colocando las palomitas en la mesa.-. ¿Sabes que la vista pesa? -sus ojos se clavaron en los mios. Mi corazón se aceleró a una velocidad que no había alcanzado nunca antes-. Solo miraba la peli. No seas arrogante que de todos modos no hay mucho que mirar.

Se subió a horcajadas encima de mi dejándome perplejo-. ¿Y si estuviera desnuda? ¿Seguirías diciendo lo mismo? -mordió su labio mirando fijamente a los míos. Me quedé mudo, mis ojos corrieron a su pecho y mis manos se movieron solas agarrando su camisa-. No juegues así. -le dije con la esperanza de no salir herido de esto.

Ella sonrió con una expresión que no conocía en ella. Soltó mis manos de su camisa y la sacó por encima de su cabeza. Me miraba con orgullo esperando a que retirara lo que había dicho antes de que "no había nada que mirar", pero que no pudiera apartar mis ojos abiertos como platos de su pecho desnudo fue toda la respuesta que recibió.

Deslizó su dedo suavemente por mi labio inferior mientras me explicaba-. Hobi, sé que terminaste con Cintia hace mucho tiempo.

-¿Cómo sabes tú eso?

-¿De qué hablas? Todos en la escuela lo saben. -¿Qué? ¿Cuándo mi vida personal se había convertido en el periódico escolar?-. Sé que estás en baja y supongo que por eso has estado de mal humor todos estos días.

-¿Qué? ¡Yo no estoy de ningún mal humor!

-¡Ves! Ya estás alterado de nuevo. -mi mirada reflejaba lo poco que entendía de esta situación pero, si, ella tenía razón. Últimamente había estado un poco suceptible; no por mi falta de sexo, sino porque me estaba dando cuenta de que no lograría ser feliz con nadie más que no fuera Lucy-. Hobi, tú y yo somos amigos desde hace años, te conozco. Y precisamente como soy tu amiga, y los amigos se ayudan, te voy a ayudar con tu situación. -¿Qué está diciendo esta loca? ¿Se va a acostar conmigo solo para que yo no esté de mal humor? Es que no la entiendo.

Estaba perdido en mis pensamientos tratando de comprenderla cuando, un delicioso toque de sus labios me bajó a tierra de nuevo. Estaba besándome, Lucy estaba mordiendo mi labio con sus dientes. Creo que ya es tiempo de que me despiertes.

Antes de que todo esto fuera un sueño tenía que aprovechar. Pasé mis manos por todo su torso desnudo y jugué con él. Bajé lentamente hasta su trasero y lo empujé hacia mi miembro, ella necesitaba sentir lo que me estaba haciendo. Dejó escapar un suave gemido en mi oído que me erizó la piel pero, me dejó aun peor el sentir sus bragas mojadas rozarme.

Miré a sus preciosos ojos que me volvían loco-. ¿Estás mojada?

-¿Por qué mejor no compruebas? +
-una sonrisa traviesa se formó en sus labios.

Sin más que escuchar bajé mis manos a su intimidad. Solo tenía puestas sus bragas ya que usaba mi camisa como un vestido, pero ya quería arrancárselas. Las braguitas mas que mojadas estaban empapadas, y nuestros gemidos no se hicieron esperar al contacto de mi mano con ella. Pasé mis dedos por debajo de la tela en desesperación y comencé a acariciarla.

Besaba su cuello y mordía ocasionalmente mientras jugaba con su clítoris. Lucy arrugaba mi espalda alzando mi camisa, me detuve para sacarla y cuando lo hice ya ella había abierto totalmente mi pantalón. Se levantó levemente y me indicó que lo quitara, a lo cual obedecí inmediatamente. Bajé mis bóxers acto seguido dejándole ver lo excitado que me tenía. Sus ojos se anclaron a mi amiguito y no fue capaz de contener un enorme suspiro.

-¿Qué pasa, te gusta? -dije arqueando mi ceja y con una media sonrisa.

-Mucho. -respondió en un suspiro y quitó lo que le quedaba de ropa en ese hermoso cuerpo.

Se volvió a subir encima de mi pero sin sentarse completamente, acercó su rostro a mi sin besarme, mas bien torturándome. Se acercaba y me dejaba sentir su respiración contra la mía. La tortura más placentera de mi vida.

Sin poder contener mucho más mis deseos agarré sus caderas lentamente y las bajé hasta mi. Al sentirme pidiendo entrada mordió mi labio con fuerza y eliminó toda distancia que separaba a nuestras caderas. Gimió contra mis labios al impacto de nuestras pieles para luego comenzar un movimiento que me llevaría a la locura.

Su beso era tan ardiente, con hambre, como si ella hubiera esperado esto tanto como yo. La eché hacia atrás y comencé a jugar con sus senos. Su cuerpo era tan perfecto como una escultura.

La sentí contraerse un par de veces antes de gemir mi nombre y terminar los dos hundidos en placer.

Incrustó su rostro en mi cuello jadeando, tratando de relajar su ritmo cardíaco. Pero yo aun no estoy conforme. Tengo miedo de que esto quede así.

-Esto... -tuve que parar a satisfacer mis pulmones de aire antes de continuar-. ¿Esto fue solo sexo? -se dispuso a mirarme con unos ojitos brillantes que no comprendían.

-No se.

La cargué en mis brazos y cruzó sus pies a mi espalda-. Yo no quiero tener sexo contigo. -la falta de comprensión la llevaba a sentirse desepcionada-. Yo quiero hacerte el amor. -ante mis palabras se le escapó un suspiro que coloreó sus mejillas de un rojo intenso. Despacio la acomodé de espaldas en el sofá y me quedé entre sus piernas-. Quiero darte besitos. -besé con cariño cada centímetro de su rostro-. Quiero caminar contigo de la mano, decirte te quiero, enseñarte un mundo completamente nuevo; mi mundo, en el que tú y solo tú eres reina. -Lucy no sabía que decir. Subí mi mano y acaricié su pelo, su mejilla y tiernamente la besé-. Te quiero Lucy. -una lágrima solitaria se hizo visible en su expresión-. ¿Qué vas a hacer conmigo?

-Si... -dijo a una velocidad alarmante-. Si... Si...si. -tomó aire y continuó-. Dame besitos, tómame de la mano al caminar, dime te quiero, enséñame ese mundo nuevo tan especial. -sus ojos inspeccionaron mi expresión suavemente-. Te quiero Hobi. -sonrió como si se lo hubiera estado guardando durante mucho tiempo-. Te quiero y siempre te he querido. -la besé emocionado por lo que mis oídos escuchaban-. Hazme el amor toda la noche; esta, y la siguiente, y la que sigue tras esa.

No tuve que esperar nada para hacer ese deseo realidad. Seguí besándola delicadamente y entré en ella. Esta vez le haría sentir ese placer que ella me había dado. Moví mis caderas lentamente yendo cada vez más profundo.

Esta noche le haría el amor hasta que no pudiera más, hasta que mis músculos griten por descanso. Me perdería en su aroma y su cuerpo. La haría sentir como la Reina que es, la reina de mi mundo, mi todo...

J-hope One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora