Capítulo 2

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                                                                                2

-¡Mip! ¡Mip!- Brain veía los dibujos animados mientras yo hacía el desayuno. Le preparé panqueques, y se los devoró apenas los dejé en el plato. Acaricié su cabecita, provocando que algunos mechones cayeron en su frente. Mi celular comenzó a sonar:

-¿Halo?

-¿Elizabeth?­- me congelé. No, no, no puede ser él. Miré a mi angelito y traté de mantener la compostura.

-¿Qué quieres?

-Verte…- suspiró.- Por favor… solo será un momento…

Lo pensé. De nada me serviría mandarlo a volar; averiguaría dónde vivo o sería muy capaz de presentarse en uno de mis trabajos…

-De acuerdo.- y corté.

Recogí las cosas y lavé los platos.

-¿Vamos con tía Kata?- preguntó Brain.

-Sí, cariño.

Cogí su manito y lo guíe hasta la parada de buses. ¿Cómo me encontró?, por más calmada que este por fuera, por dentro era un manojo de nervios. Matías es perseverante, lo sabía, pero yo ya había tomado una decisión y creí que él lo sabía.

 -¡Cariño!- una señora regordeta, de unos cincuenta años, y con gafas de montura gruesa se acercaba a nosotros.

-¡Kata!- Brain se soltó de mi agarre y corrió a abrazarla.

-Catalina, hola- digo fingiendo una sonrisa. No la engañé, me miró como si sus ojitos marrones pudieran atravesar el grueso de sus gafas y ver mi alma.

-Hola mi niña.- reí. Así me llamaba cuando mamá nos llevaba a visitarla.

-¿Niña?- dije yo levantando una ceja.

-Tienes 18 y eres mi niña.- dijo tratando de verse seria, aunque la sonrisa la delataba.

Brain comenzó a dar saltitos llamando nuestra atención, tosió ligeramente. Lo que me recuerda…

-Kata…- dije suplicando con la mirada.

-¿Qué…?- me preguntó cautelosa.

-¿Puedes llevar a Brain al doctor?

-Claro.- ella me conocía y yo a ella. Esto no va a ser fácil.

-Y… te dejo el dinero para la consulta.- su cara, todo se resumió en su cara, y no la culpo, el orgullo siempre sale a flote.

-No es necesario.- me dice seria.

-Lo es.- suspiro con cansina, ya hemos tenido esta conversación varias veces y siempre es lo mismo. Ella me quería ayudar, y yo lo aprecio mucho, pero con que haya conseguido un piso para mí y para Brain ya era demasiado. Mi celular vuelve a vibrar en mi bolsillo.

Kata se despide con un <Luego me cuentas> y se lleva a Brain. Los despido con la mano hasta que ya no los puedo ver.

Mi teléfono sigue vibrando.

-¿Halo?

-No me dijiste dónde te puedo ver.

Lo pensé un momento, no lo quería cerca a ningún lugar de los suelo frecuentar.

-En el mismo lugar de hace dos años, a las seis.- le dije y luego colgué. Lo último que quiero es que me malogre la mañana.

Que cruel es la vida ¿Para qué me quiere ver? Ya me había dejado muy en claro que quería hace dos años… y eso no incluía a Brain.

Wake me up! (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora