Capítulo 1

881 46 8
                                    

Cafetería Enma

Lía y Azul, son ese tipo de amigas inseparables, trabajan juntas en la cafetería.

Lía era el tipo de chica quieta, tranquila, nunca rompía un plato. En cambio Azul, era la total diferencia, desordenada, rebelde, siempre vivía metiéndose en problemas.

-Amiga, ¿Dónde está el jefe?- Le pregunta Azul a su amiga Lía.

-Salió hace Poco- Le contesta cortante, mientras seguía sirviendo jugo para un nuevo pedido.

-Iré atrás, cualquier cosa si preguntan por mí, no Sabes- Azul pasa silenciosamente al área de atrás dónde hay un letrero que dice: Solo Personal Autorizado.

Azul y Lía necesitaban el trabajo para pagarse la universidad. Habían conservado ese trabajo desde hace 6 meses.

Azul, al pasar desapercibida entre los empleados autorizados, ingenia un plan mientras su jefe no está. Pone a calentar agua, busca un valde y hecha el agua que había hervido. Sale del área y coloca el valde en la entrada de la puerta atado a una soga resistente. Su intención era, que inmediatamente la puerta sea abierta caiga sobre esa persona, el agua totalmente hirviendo.

No pasaron menos de dos minutos y su jefe llega inmediatamente. Al momento de halar la puerta, sobre él cae toda el agua hirviendo.

-¿QUIÉN DEMONIOS HIZO ESTO?- El señor Enma grita totalmente furioso, todos en el comedor lo observaban atónitos.

Azul no paraba de tener su risa burlona y Lía se da cuenta que su amiga tiene algo que ver.

-¡Fui yo!- Exclamó Lía con un tono de voz débil.

-¿Así que fuiste tú Lía?-Enma se le va acercando Lentamente-. Tu eres la que quieres verme todo quemado. Bravo-le aplaude-. Lo conseguiste.

-No señor Enma. No culpe a Lía, fui yo quien lo hizo todo- Azul sale de su escondite.

-No señor, fui yo- Lía vuelve a mentir.

-Osea como ninguna de las dos fueron, o debo decir que fueron las dos, las amiguitas inseparables, ¿Cómo he de pensar que una tuvo la culpa cuando las dos piensan iguales?

-Señor les pido mil disculpas- Azul se disculpa-. Le prometo que no volverá a pasar.

-Es que no va a volver a pasar, las quiero a las dos lejos de mi propiedad y lejos de mi vida. Están despedidas.

El alma de ambas calleron abajo. Lo tenían todo perdido. Ya no sabían que hacer.

-¿Por qué hiciste eso Lía?- pregunta Azul muy enfurecida.

-No lo sé. No quería echarte en el medio.

-Buscaste que te echaran, solo me tenía que ir yo. Ya estaba harta de estar allí.

-¿Y cómo pensabas pagarte la universidad?

-Buscaría otra manera, pero que no fuera esta. Quedarte sin trabajo no estaba en mis planes.

-Ya, ¿Qué más da? Estamos las dos sin trabajos. Y juntas conseguiremos otro y mejor- Lía se detiene frente a una casa enorme, una mansión, queda totalmente encantada con aquella casa-. ¡Cómo me encantaría vivir aquí!

-Podemos- Azul le sonríe a su amiga y Lía aún sigue sin entender a que se refiere a su amiga-. Mira esto-toma un papel que había en una de las columnas de aquella mansión.

-¿Qué es?- Pregunta Lía ansiosa por saber que contenía ese papel.

-¿Sabes lo que dice?- Azul le enseña el papel a su amiga-. ¡Se buscan mucamas!

-¿En serio?-le arrebata el papel de la mano-. ¿Por qué no entramos a ver que pasa?

-¿Crees que sea una buena idea?- Azul está un poco preocupada.

-Claro que sí, dale- Lía la motiva.

-Bueno está bien, pero sólo un intento.

Tocan el timbre y la ama de llaves las recibe con cara de perro salvaje. Se sintieron un poco aterrorizadas, esa mujer les dio tanto miedo que no sabían si seguir adelante o irse de la casa.

-Esperen aquí mocosas- La ama de llaves les dice como si le molestara la presencia de Lía y Azul en aquella casa. Las chicas descubren una puerta e intentan salir.

-¿A dónde van?- Una voz masculina hace que las chicas se detengan-. ¿A qué vinieron?

-Perdone si lo molestamos pero necesitamos el puesto de mucamas aqui- Lía le habla cortésmente al desconocido.

-Bien, justo lo que necesitábamos. Esta casa es inmensa como pueden ver, los chicos que viven acá son un poco desordenados, deben tener paciencia. Ustedes deciden si quieren el trabajo- Se cruza de brazos y espera una respuesta.

-Si claro aceptamos- Azul responde rápidamente.

-Bien. Disculpen si no me presenté, me llamo Renato.

-Nosotras somos Lía y Azul- Presenta Lía con amabilidad.

-Bueno, le avisaré a alguien a que las instruya- Las lleva a la cocina-. Señora Minerva, haga el favor de darle las reglas a las nuevas mucamas.

Renato sale de la cocina y las chicas se quedan con la señora que las había recibido.

-Ponganse estos mandiles- Le ordena la señora a ambas y se retira.

-Vez amiga, sabía que era una buena idea- Recalca Lía emocionada.

-Ya tenemos el trabajo, una mandona que parece extraterrestre y organizar el desorden de unos chicos que no sabemos ni quienes son.

-No hay que preocuparnos por eso, de seguro no son tan desorganizados.

Siguen atandoce el mandil, cuando sienten unos pasos en la cocina.

-¡Richard!- Exclama Azul totalmente sorpendida- ¿Richard Camacho?

-Hola.......

Para Enamorarte |CNCO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora