ˇc i n c oˇ

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Esa semana había culminado tan rápido como había comenzado la otra. Cada día, en cada viaje, mi cuerpo se convencía más que sólo aceptaba la presencia y cercanía de Kihyun, casi con afán. Sólo con él deseaba compartir mis risas y entretenidas charlas, sólo él sabía cómo hacerme sonreír idiotizada. No había que mostrar más pruebas para comprobar que se había ganado mi confianza por hacerme sentir comprendida, a pesar de no estar segura si realmente lo hacía.

Sorprendentemente, ya no me recargaba contra la ventana para contener el pánico. Comencé a sentirme más liberal y protegida al notar que él no pretendía invadirme ni mucho menos apropiarse de mi aire.

La afinidad se convirtió en una relación afectiva basada en palabras y gestos distantes que no dejaban de ser significativos. La frase una caricia vale más que mil palabras no era válida para mí. Prefería pensar que las palabras de Kihyun valían más que una caricia. O mejor aún equivalían a una caricia elocuente.

El exitoso y extraño engaño al director se convirtió en una anécdota que recordábamos como si fuera parte de nuestras memorias de compañeros. Lejos de ser ingrata, le agradecí a mi modo el riesgo que había tomado al ofrecerse hacerse pasar por mi padre. Una sonrisa sincera fue lo único que nació de mí y rogué para que eso fuera suficiente. Él, sin preguntar mucho el por qué era tan distante hasta para agradecer, la aceptó extasiado y pronunció un simple con verte sonreír me conformo.

Ese principio de semana me encontraba en tranquilidad escuchando música mientras observaba los autos pasar a centímetros del autobús. Kihyun permanecía silenciosamente a mi lado luchando por permanecer despierto. Apenas tuvo la oportunidad, explicó que estaba cansado y que no tenía ánimos ni para hablar. Realmente pude haberlo adivinado al notar como sus ojos imploraban cerrarse para que sus pestañas descansaran justo sobre sus ojeras. Me resultó extraño que el Kihyun risueño se ausentara ese día. Mi lucero parecía apagado y con notable preocupación le pregunté incansablemente, casi a modo de regaño, por qué no se quedó descansando en su casa. Él simplemente se limitaba a negar y a sonreír avergonzado como si no quisiera revelar el por qué se encontraba allí. Después de todo aún quedaba una chispa en esa sonrisa exhausta.

Me encontraba tan concentrada mirando por la ventana que me sorprendí cuando comencé a sentir una brisa caliente golpeando en mi cuello. Me dio tal escalofrió que me removí incomoda en mi asiento para girar mi cabeza y averiguar que era. Allí se veía a un inocente Kihyun descansando con parsimonia. Nadie sospecharía que ese rostro angelical estuviera amenazando mi espacio sin intención. Su respiración llegaba hasta mi cuello por la cercanía y su cabeza estaba cayendo hacia mi dirección buscando algún espacio cómodo para acoplarse. Se había quedado dormido en la posición en la que estaba hace unos minutos atrás.

-____- me llamó con voz cansada pero sin perder la dulzura. Acomodó su cabeza de costado sobre el respaldar del asiento y posicionó su cuerpo de la misma forma dejando que sus piernas queden en mi dirección.

-¿Sí?- le incité a hablar al momento que me giraba para observarlo.

-No te molesta si te miro ¿verdad? No quiero que te sientas incomoda.-articuló mientras intentaba mantener sus ojos abiertos.

Yo tragué duro por la sorpresa que me había ocasionado su petición e, incapaz de preguntarle el motivo de su deseo, le sonreí levemente- creo que no...-solté una risita nerviosa- una mirada no le hace mal a nadie ¿no?- bromeé para que no notara mi intranquilidad.

Él sonrió como pudo y me dio una mirada dulce- claro que no, yo nunca te haría daño.

Luego de eso aparentemente cayó dormido.

Mis manos comenzaron a sudar al no saber cómo actuar y suspiré al admitir que sus facciones relajadas eran piezas que admirar. Su cabello desordenado y rozado sobre su frente lucia suave bajo el tacto de cualquiera, sus finos labios entreabiertos y sus ojos cerrados me transmitían una calma descomunal que me hacía estremecer. Su apariencia aniñada era algo que lo hacía ver dulce e inocente. Muchas sensaciones comenzaron a manifestarse en un mismo momento. Mi corazón saltó trastornado y mi respiración se comenzó a agitar por encontrarse a centímetros de mí. Por otro lado, mis manos comenzaron a picar con deseo por sentir su cabello entre mis dedos como si fuera el dulce algodón de azúcar que tanto disfrutaba de pequeña. Quise ser normal para tratar a Kihyun como se merecía, pero lamentablemente no lo era.

Volteé mi vista rápidamente hacia la ventana rogando que el instituto se hiciera presente en mi visión. Pero me sobresalté con brusquedad cuando sentí algo pesado caer en mi hombro. Mis ojos se abrieron consternados y mis piernas temblaron a pesar de estar sentada. Kihyun había caído a mi hombro y se acomodaba allí como si fuera una almohada logrando que su boca quede en el hueco de mi cuello y su cuerpo contra el mío. Comencé a ahogarme y por un momento consideré la idea de apartarme con brusquedad para salir huyendo, pero mi cariño por ese chico parecía más grande que la fobia misma, no quería lastimarlo.

-Kihyun –lo llamé con la voz temblorosa moviendo mi hombro.

Cada roce que su cabeza daba sobre mi hombro, traía recuerdos inoportunos consigo.

Cerré con fuerza mis ojos y tomé fuertemente el borde del asiento, como si ello fuera a darme coraje para sobrevivir del pánico -Kihyun despierta... por favor- imploré casi sin voz.

Me removí una vez más y él despertó alarmado. Su rostro somnoliento estaba adornado de una gran mueca de confusión.

-Lo siento ¿te lastimé?- atinó a preguntar con la voz ronca mientras se sonrojaba.

Yo, aun aferrada al asiento, negué rápidamente sin poder mirarlo y emitir palabra. Trabajé para que mi respiración se acompasara y torcí mi cabeza hacia la ventana mientras humedecía rápidamente mi boca al sentirla extremadamente seca. Comencé a procesar aquello. ¿Así se sentía el calor humano de otra persona? ¿Así se sentía el cosquilleo inesperado de su cabello enterrado en mi cuello? ¿Hace cuánto no experimentaba esa sensación? ¿Cuándo fue la última vez que alguien me tocaba sin ejercer violencia? Tardé en aceptar que se había sentido bien. Oler el perfume de Kihyun tan cerca de mí era delicioso. No era nada comparado con el asqueroso aroma de mi papá ni mucho menos el olor a cigarrillo que había los fines de semana cuando mi papá estaba ausente en algún bar y mi mamá aprovechaba para sacar a flote su vicio. Aquel roce era significativo pero no dejaba de atemorizarme. Una serie de sentimientos desesperante se cruzaron en mi cabeza pero estaba arduamente luchando para no perder la cordura. Los recuerdos me abrumaron y pensé que iba a desencadenar un llanto. El peso de su cabeza me recordaba al peso que ejercían las cachetadas de mi padre sobre mi rostro o los golpes que recibía en las costillas cuando, según ellos, me comportaba mal en mi niñez. Sabía que no había comparación, el tacto de Kihyun era sutil y el de mi padre despiadado, pero mi mente me jugaba una mala pasada al relacionar todos los contactos físicos como si existiera un vínculo.

De reojo noté que se quedó inmóvil con la vista perdida, tal vez sintiéndose culpable. Quería asegurarle que todo estaba bien pero ni yo podía convencerme a mí misma.

-Lo siento...-volvió a repetir buscando una respuesta de mi parte.

Negué con la cabeza una vez más intentando que en ese gesto se reflejara un "no te preocupes". Lo sentí tragar duro y noté como se contuvo a acercarse a mí, como si dudara. Tal vez la situación y mi reacción precipitada me habían delatado. Tal vez Kihyun ya sabía de mi fobia y me preparé para lo peor. Esperé sus palabras humillantes con el corazón en mis manos para que no se rompiera. Esperé su evasión y huida. Esperé que la imagen de ese Kihyun compasivo se estropeara para mostrar al que era igual de hipócrita que los demás. Pero nada de eso llegó, porque él no era así. Su simple silencio comprensivo explicó todo y no exigió saber nada.

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Sé que es corto pero mañana planeo volver ❥

Gracias por tanto y perdón por tan poco.

Les regalo un abrazo para alegrar su día/noche/gato/tarde/madrugada.

Cuidensen y coman mucho♥✈

Afenfosfobiaϟ Kihyun;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora