υno.

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El profesor de filosofía entrega la última prueba semestral.
Siento que me fue para el mismísimo culo, en serio, no se en que andaba pensando cuando no estudie para el puto parcial y ahora me clavare las vacaciones estudiando.

Mi lapicera hace cric croc con el sonido de la punta. Siento la mirada de Denise en mi como diciendome para hacer silencio. Los nervios me consumen, me absorben. El señor de bigotes largos rasca su barbilla y anota, anota y... Anota.

Miro a la ventana, el cielo celeste de Londres me hace sentir acalorada. Odio el calor de Londres, es pesado, denso, te hace sudar como cerdo y enmaraña el pelo. Que asco.

– A. Adkins – dice el canoso mirándome con una cara de "te fue para el culo". No hice ningún gesto y puse la nota boca abajo. Quería ver mi prueba en la banca.

" F " Decía la prueba por donde la mirabas. Una grande y exótica F.

Me exalto un grupo de tontitas que gritaban de emoción por una estúpida A.
Sumemosle mi malhumor mañanero, más estas taradas gritando, más el viejo canoso haciendo ruido con su estúpida lapicera; una migraña eterna.

Sonó el timbre de las 9. Y tome una manzana de mi bianda. Salí al recreo.
La maratón de quien llegaba primero a la cantina aumentaba mi malhumor; te pisaban, te empujaban y sobre todo gritaban.

Me senté en una banca con vista a la fuente del colegio. Mordía mi manzana jugosa, una,... dos,...tres veces.

– Malhumorada – me dijo Laura sentándose en la misma banca que yo, y besando mi mejilla.
– Aguafiestas – dije concentrada en la fuente.
– Bueno mija, a ver si aflojas un poco eh! Que hoy es viernes y podemos ir a Petro. – dijo tomando agua de su botella.
– Petro? – dije ahora por fin mirándola.
– Si. Es una disco que esta aquí en Londres. Justo a dos cuadras de Duke Of Wellington. – me dijo emocionada.
– No lo se Laura. Recuerda que tengo que trabajar. – dije parándome para tirar el revuelo de manzana que quedó.
– Vamos Delly!. No seas floja hace mucho no salimos. – me dice mirándome.

Laura es una mujer muy exótica. Usa colores y combinaciones sumamente raras.  Como alguien como ella se pone calzetas azules y una minifalda amarilla, y se pinta los labios de un color con otro en cada labio.
Si ella es Laura. Un tornado de ideas, creatividad etcétera, etcétera. 

– Delly, vamos hazlo por mi– me dijo prácticamente agachándose.
– Esta bien. A que hora? – dije parándome para regresar a clases.
– Nos vemos a las once en el underground, ok? – me dijo abrazándome.
– Esta bien. – dije por fin yendome

Termino mi jornada estudiantil.
Ah! Por cierto me olvide de contarte que estoy estudiando Relaciones Internacionales y que de hecho me específico en francés.

En mi IPod sonaba un temazo viejo de la leyenda viviente de Edith Piaf Je ne regrette rien. Si, ya se que dirán. ¡Oh Adele eres una vieja amargada escuchando esas canciones más viejas que tu abuela! Y bueno pues si. Tengo una cultura musical diferente a la de los demás.

Acomodaba cd's. Michel el dueño de Rough Trade había salido a hacer tramites a Edinburgo y me había dejado las llaves de la tienda.

Mis auriculares y yo hacíamos buena compañía. Me movía al son de Edith Piaf y bailaba sola.

Hasta que sentí que golpearon demasiado fuerte las manos que sobre salte.

– Oh lo siento estab..– no me dejaron terminar.
– Hace media hora estoy llamando y nadie contesta y tu con esos auriculares. – me dijo un señor de ojos grises y profundos. Robusto y con una barba de semanas.

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