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Sentí caer en las frías cerámicas de aquel lugar. Por suerte caí sobre mis manos y no golpee mi cabeza. Pero mi cadera si dolió.

– Oye, acaso no sabes que esto esta lleno de gente? – le grite al hombre que me había tirado.
– Yo lo siento – y no pude terminar la frase.

Era el tipo de la disquera. Ese intento de ser humano ahora estaba intentando actuar bien.
Yo seguía en el piso y lo mire aún más enojada.  Sin duda, lo que más me irrito fue el hecho de que me diera su mano para levantarme.

– Puedo sola. – le dije sobando mi rodilla.
– Oye deberás lo siento – dijo lastimoso.
– Oh mira, lo sientes? – dije en burla – que raro que lo sientas porque hoy en la disquera no fuiste así de amable.
– No se de que hablas – me dijo mirandome.
– Oh, ya se, estas fingiendo alguien que no eres solo porque están tus amigos o no? Frank Sinatra? – dije a punto de irme.

Cuando dije Frank Sintra todos sus amigos empezaron a reír, como si se tratara de un nerd. Es obvio que los chicos de dieciocho años escuchan Drake hoy en día, aunque hay gente como yo, que escucha Edith Piaf.
Al parecer, no soy la única.
Pero volviendo al tema, lo deje en ridículo y sin más decir me fui de allí.

Las calles londinenses estaban vacías, ni un puto taxi.
Mientras llamaba a uno, en la disco sonaba Fancy de Iggy Azalea y no pude no cantar.

I'm in the fast lane, from L.A to Tokio.

Mientras esperaba a uno que me habia dicho que pasaba en diez minutos. Me senté en la banca que había en la disco, afuera obvio.
Cuando siento que de repente se sienta alguien a mi lado con un cigarro en la boca prendido. No se quien es, porque no le preste atención.
Inhala el humo y lo saca, cinco veces.

Hasta que en un momento el humo me molesta y me doy vuelta y lo miro.

– En serio? – dije yo molesta.
– En serio? – me dice él con una estúpida sonrisa.
Yo me quedo callada y me intentó levantar cuando siento que él me toma del brazo que de inmediato suelto.
– Vamos, quedate si? – dijo el con el cigarro en la boca.
– Dime que diablos quieres – dije mirándolo.
– Quiero conocernos.

Pues yo no tenía el mínimo interés en conocerlo, había sido grosero y tonto conmigo como para poder articular una palabra con él e incluso llegar a tener un trató con él.

– Simon. – me dijo.

Que nombre de viejo.

– Adele – dije mirando por si venia el taxi.
- Que nombre de vieja - dijo riéndose burlonamente
Yo estaba hecha una caldera.
- Ah si? Pues el tuyo es del siglo XX Frank Sinatra.
- Ya, deja de decirme así que me has dejado en ridículo con mis bros.
- Si por algo hice eso fue por lo desubicado y antiguo que fuiste en la disquera.
- Yo, lo siento - dijo bajando la mirada. Yo me quede callada. - Termine con mi novia hoy y estoy demasiado triste.
- Bueno Frank, el hecho de que hayas estado triste porque hayas roto con tu novia no te da ningún derecho de menospreciarme así.

Él iba a decir algo pero justo el taxi se detiene en la vereda y sin decir nada me levanto de allí y voy hacía el taxi.
Justo al subir, volteo a donde estaba sentada y no lo veo allí - habrá entrado - supongo.

Justo a las doce de la noche llego a mi apartamento y me preparo un café mientras me saco la ropa y el maquillaje.
Luego me siento en la cama y prendo la television y enciendo Netflix, y luego de eso no supe más, caí en un terrible sueño.

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