Capítulo 2. - Artificial.

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- No estoy muerta, no estoy muerta. -

Me repito en voz baja, el golpe no ha sido tan fuerte ¿No? Llevo puesto el cinturón, así que no he salido despedida hacía un lado por la inercia. Abro poco a poco los ojos y el mundo vuelve a aparecer ante mis ojos. Hay coches parados que han visto el accidente, un hombre se acerca a mi coche y abre la puerta, para comprobar que estoy bien. Me desabrocho el cinturón y salgo del vehículo. ¿Qué diablos ha pasado? Miro hacía la dirección en la que ha sido el golpe y veo un BMW blanco, con un pequeño golpe en su parte delantera. Hago una mueca, espero que mi coche esté mejor que ese, aunque tampoco es nada grave. Miro mi coche y vuelvo a hacer una mueca más grande. El golpe se ve desde lejos. Por suerte, no ha sido culpa mía. Hablando de culpables. ¿Dónde está? 

Del BMW blanco, sale una chica de mi edad, piernas largas, pantalones vaqueros claros pitillo, tacones oscuros, un escote increíble y una melena roja teñida. Se quita las gafas de sol (Ya me diréis porque lleva gafas de sol si está lloviendo) y me mira con cara de pocos amigos. 

- ¿Por qué te has puesto en medio? Ahora tendré que pagarte el seguro y estaré unas semanas sin mi bebé. - 

¿Qué por qué me he puesto en medio? ¿YO? ¡Ha sido ella la que se ha saltado el STOP y me ha golpeado! Aprieto los puños, pero cuento hasta diez para no decirle cuatro cosas bien dichas, como por ejemplo, a ver donde le han dado el carné de conducir. Paso la lengua por mis labios y me acerco un poco hasta ella. 

- Bueno ¿Hacemos el seguro? - 

Vuelvo al coche a coger los papeles de la guantera, es la primera vez que los tengo que utilizar, solamente llevo unos meses conduciendo, pero sin duda, ya lo hago mejor que esa pelirroja artificial. Vuelvo y me apoyo en el coche de la chica, esperando a que ella saque los suyos. 

- No toques a mi bebé, bastante le has hecho. - 

Me gruñe y pongo los ojos en blanco, cuanto antes acabemos, antes podremos irnos cada una a su casa y no vernos nunca más. Ella coloca el papel encima de su coche y empieza a escribir los datos, así que yo hago lo mismo. Observo que se llama Zía Matthews. Tiene nombre de arpía. Terminamos al cabo de unos minutos, tenemos que hacerlo rápido, porque estamos creando un poco de atasco, incluso algunos hombres han venido a quejarse. Qué se esperen. Termino y doblo el papel. 

- Ya está. Hasta luego. - 

Me despido cortesmente y camino hasta mi coche. 

- ¡Adiós Mara! nos veremos en clase... Desgraciadamente.- 

Mi cuerpo se congela. ¿Ella va a mi clase? ¿Como...?  Me giro para mirarla mientras entro en el vehículo y observo que en su asiento del copiloto hay un muchacho con ella. Muerdo mi labio y decido marcharme, tengo que irme de aquí y pellizcarme, no quiero que esa arpía pija sea de mi clase. Ya hemos empezado con mal pie. 

Ya en casa, decido ponerme el pijama, vaya "mierda" de día. En realidad, no ha estado mal, pero... Suspiro y voy a la cocina, las tripas me rugen suplicándome que les dé de comer. Me preparo un bocadillo vegetal, algo sencillo y simple. Me encanta cocinar y se me da muy bien, pero hoy, no tengo ganas. Me termino el bocadillo y limpio un poco la cocina. La puerta se abre y entra Ivanna. 

- Hola hooooola. ¿Qué tal? - 

En cuanto entra por la puerta y me mira, sabe que algo ha pasado, aunque intento evitarlo. 

- ¿Que ha pasado Mara? Tienes cara de muerta, pero esta vez de muerta enfadada. - 

Pongo los ojos en blanco, que me diga eso no me molesta, me da gracia, pero suspiro y le cuento todo. 

- Una estúpida pelirroja teñida llamada Zía Matthews, se ha saltado un STOP, me ha golpeado y encima decía que era culpa  mía. ¿Te lo puedes creer? Y para colmo ¡VA A IR A MI CLASE! Va a ser un auténtico infierno... No quiero. -

Hago un puchero como una niña pequeña, ella me mira y frunce el ceño. Cualquier enemigo mío, es automáticamente, enemigo de ella. 

- Zía... Tiene nombre de arpía. Haremos algo con ella, no te preocupes. -

Asiento y me río, ella ha pensado exactamente igual que yo sobre el nombre de la "artificial". 

- ¿Qué tal tú comida con tus nuevos compañeros? ¿Simpáticos? Yo he conocido a una chica, se llama Emma. Creo que seremos amigas. - 

Caminamos hasta la sala de estar y encendemos la tele, aunque solo es para tenerla de fondo, porque no vamos a ver nada de lo que estén echando. 

- ¡Muy bien! Es gente increíble Mara. Deberías de haber venido, además, hay chicos guapos y solteros. He conocido a uno... Se llama Daniel. Es... Te lo tengo que presentar. -

Levanto ambas cejas. Ya ha caído en las redes de un chico. Sonrío y le doy un abrazo, seguro que es un chico muy agradable para que a Ivanna le haya "gustado". 

- Mañana me los presentas y a ese tal Daniel también. ¿Cómo es tu horario? a ver si coincidimos en tiempo libre. -

Yo tenía clases desde las nueve de la mañana hasta las dos del medio día, un rato para comer y a las tres, tenía que volver hasta las cuatro. Después, tenía la tarde libre... Hasta que empezasen las prácticas y tuviera que quedarme a acampar en la hierba del campus. 

- Yo tengo desde las nueve también, hasta las tres, así que no podremos comer juntas... Lo siento. - 

- No pasa nada, pero en compensación, cenamos aquí. Tengo una receta nueva que seguro que te gusta. -

Le saco la lengua, a Ivanna le encantan mis recetas nuevas, aquellas que veo por internet. Pero las que más le gustan son las que llevan chocolate. Mi móvil comienza a sonar y me acerco al bolso para cogerlo. En la pantalla aparece un número que no tengo registrado. 

- ¿Sí? - 

Digo despacio, no me gusta coger a números desconocidos. 

- ¿Hola? ¿Eres Mara... Lynch? - 

Una voz masculina me pregunta si soy yo. ¿Quién es? 

- Sí, soy yo. ¿Quién eres? - 

La curiosidad crece en mí por segundos, ya quiero saber quién demonios es, porqué tiene mi número y porqué tiene una voz tan sexy. 

- Soy... ehm... Un amigo de Zía Matthews. Quería disculparme por lo de hoy. Se ha pasado el STOP, pero ha sido por culpa mía. - 

¡Es el chico que iba con ella en el coche! ¿Cómo ha conseguido mi número? 

- Oh pues... Vale... ¿De donde has sacado mi número? - 

Se hace el silencio, se oyen ruidos y el estrepitoso ruido de la maldita voz de la artificial. Le está gritando, pero solo logro alcanzar como dice "Nahuel". El teléfono empieza a hacer el ruido de cuando te han colgado. Me quedo mirando a la pantalla y decido no guardarme el número, no quiero tener problemas, además, dudo que me vuelva a llamar si la artificial le ha pillado. 

- ¿Quién era? - 

Ivanna aparece por detrás mía mirándome con una curiosidad que no debería de sentir. Guardo el teléfono de nuevo en el bolso y muevo la cabeza. 

- Nadie. ¿Peli y manta? - 

Ella asiente, es una de las cosas que más nos gusta hacer cuando queremos hacer el vago. Decidimos poner la película de Harry Potter y las reliquias de la muerte parte dos. Mi favorita. Me acurruco a su lado en el sofá y veo la película, aunque no le estoy haciendo mucho caso, en mi mente solo resuena la voz de Zía diciendo Nahuel. 

El chico de clase.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora