Capítulo 5 - Siente.

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Las semanas han ido pasando y cada tarde que paso enseñándole a Nahuel las asignaturas me voy dando cuenta de que me está empezando a gustar. No quiero que me guste o que este sentimiento vaya a más. No quiero tener problemas con Zía, ella ya sabe que hay algo que pasa con nosotros, puedo sentir los ojos de ella clavados en mí día tras días y como agarra a Nahuel, solamente le falta mearle encima para marcar territorio. Muevo la cabeza y suspiro, no debo de pensar en esto, tengo que centrarme, por que, estoy en medio de un examen. 

Lo termino justo cuando el timbre da por acabada la hora establecida para hacerlo, y se lo entrego a la maestra. Salgo del aula con la mochila, ya son las cuatro y tengo hambre. Mi coche ya está arreglado, el seguro de la señora artificial ha hecho un trabajo excelente con mi pequeño Fiat Punto. Me acerco a él pero me quedo con la llave en la mano. Unos coches más adelante del mío, veo a Nahuel y a Zia. Ella está furiosa, incluso le pega unos empujones contra el bmw blanco que la pelirroja conduce. ¿Qué pasa entre ellos? No me había fijado de que habían salido antes del examen... Y tampoco si habían estado. Sé que está mal ser tan cotilla, pero no puedo despagar mis ojos de ellos dos. Nahuel se aleja de ella y se da cuenta de que les estoy mirando. Doy un pequeño brinco y abro la puerta del coche. Me ha visto.

Conduzco sin problemas hasta casa, con miles de dudas en la cabeza.  ¿De qué estarían hablando? ¿Por qué Zía estaba tan enfadada con él? ¿Por qué él parecía tan tranquilo? Aparco en el primer hueco que veo y subo hasta casa. Ivanna no está, ha salido con Daniel a pasar el día, son novios desde la semana pasada y no para de hablar de él... Como de costumbre. Me hago unos espaguettis con salsa boloñesa y los devoro con ganas, no he comido nada a la hora de comer, he estado repasando los apuntes. 

Termino y justo mi móvil suena. Lo cojo y veo un mensaje... de Nahuel. 

"Lamento que hayas visto lo del aparcamiento. Tenemos que hablar. Estoy abajo. ¿Me abres?" 

¿Qué? ¿Qué diablos hace aquí? Dejo el plato en el fregadero y abro la puerta y ahí está él. Tan guapo, sexy y adorable como siempre. 

- ¿Qué haces aquí? - Pregunto y me aparto para que pueda pasar a la casa. 

- Tengo que hablar contigo. Sé que has visto todo lo del aparcamiento, pero... ¿Has oído algo? - 

Pasa dentro de mi casa y la inspecciona, nunca ha estado aquí y anda como si fuera suya, hasta que llega al sofá y se sienta en él, esperándome. Me siento a su lado y me mira intensamente. No entiendo nada de lo que va esto y me pone nerviosa. 

- No... No he oído nada. Tampoco quiero saber... No sé, son cosas entre dos.- 

Se ríe a carcajadas y me coge de la mano. Una corriente eléctrica me recorre inmediatamente, como siempre que lo hace. 

- No me mientas Mara, te conozco lo suficiente como para saber que te mueres de ganas por saber el por qué Zía estaba así. Pues bien. He roto con ella. - 

Mis ojos se abren como platos. ¿Qué? ¿Por qué? ¿...? Siento como el cerebro se me derrite por momentos. 

- ¿Por... por qué? - Inquiero nerviosa. 

- Por qué me gusta otra persona. Zía y yo no somos compatibles... Nunca lo hemos sido. He conocido a alguien mejor. - 

Me quedo quieta donde estoy y bajo la vista hasta sus manos, que acarician mi mano con cariño. ¿Desde cuando Nahuel es tan... tierno? No le pega. Alzo de nuevo los ojos y lo miro directamente. 

- Oh... bueno me alegro... No sé por qué me estás contando esto, Nahuel. -

Él sonríe con esa sonrisa perfecta que tiene. Suelta mi mano y sigue mirándome de una forma tan intensa que podría quemar cualquier monte... Y empieza a entrarme calor y desgraciadamente, una semilla de esperanza se planta en mí. Quiero ser esa chica que le gusta... 

- Porque... - 

Se humedece los labios y se acerca a mi rostro. ¡Oh Dios! ¡Oh Dios mío, ahora sí! Cierro los ojos, noto su aliento más cerca de mi cara, pero de repente, todo se para. Escucho la estridente voz de Ivanna entrar por la puerta. 

- HOLA MARA. - 

Grita y mascullo una palabrota. ¿Porqué siempre tiene que ser tan inoportuna? 

- Hola Iv...- 

Nahuel se levanta del sofá y mira a Ivanna, saludándole con un gesto de la cabeza. 

- Gracias por tus clases Mara, nos vemos mañana. Hasta luego. -

Se marcha por la puerta, como si nada de lo que casi ha pasado hubiera casi pasado... La puerta se cierra y suspiro. Miro mal a Ivanna, pero ella ni siquiera se da cuenta. 

- ¿Qué tal tu cita? - 

Pregunto y me siento en el lugar en el que segundos antes había estado Nahuel. Me espera una tarde llena de rosas y mariposas al escuchar la cita de Ivanna y su nuevo novio.

El chico de clase.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora