Arizona.

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 Arizona.                               

Esas luces son tan brillantes, y cambian de color. Son magníficas. No son monótonas, y aburridas. Escuchaba murmullos provenientes de alguna de las personas de la sala, pero no les prestaba atención, estaba muy concentrada en aquellas brillantes luces.

Sentí un pequeño roce en mi mano. Instantáneamente voltee enfurecida. Pero me relaje un poco al ver que se trataba de mi madre. Volví a la realidad y me di cuenta que estaba en una oficina,  estaba mi padre, una señora rubia, una chica igualmente rubia con una de sus manos en la nariz, y un viejo setentero con un traje tweed gris plomo.

¿Que se suponía que estaba haciendo aquí?

Estaba ausente mirando ese árbol navideño en la esquina de la habitación. Pero esta vez estaba escuchando lo que decían.

 — ¿Cómo crees que aceptare a esa niña en mi institución?, ¡ella es un peligro para mis estudiantes! —Vociferó el anciano sentado al otro lado del escritorio. Mientras trataba de controlar la cólera.

 — ¿Quién se cree usted para hablar de mi hija de esa manera? —Espetó mi muy furioso padre. Y se levantó de donde estaba sentado.

 —No me creo, soy, el director de esta intachable escuela. —Dijo mientras se levantaba de su silla.

No conozco a este tipo, pero sin duda me cae mal.

 —Eso no le da derecho a tratar a una pobre niña de la manera que lo está haciendo. —Dijo mi madre levantándose también.

 — ¡Ella es una bestia, no una pobre niña! ¡Mire cómo dejo mi cara! —Se escuchó una voz chillona del otro lado de la  oficina.

 —Cállate Perrie. —Susurro una voz femenina.

Ahora recuerdo por qué estoy aquí. Creo que golpeé a alguien.

Estaba en clase de literatura, la profesora no se encontraba en el aula de clases, solo las estudiantes. Sí, mi colegio era de niñas. Mis padres temían de lo que pudiera pasarme en un colegio mixto.

Me sentía angustiada, cuando me angustio tengo la costumbre de tamborilear mis dedos. Al perecer esta vez lo hice muy ruidosamente.

 — ¡Arizona ya para de hacer eso! Grito la chica de cabello blanco mientras colocaba su mano encima de mi mano.

Oh, estas en problemas.

Instantáneamente la mire con mucha rabia, lo siguiente que sucedió fue que impacte mi puño en su asquerosa cara.

Ahora entiendo que pasó.

 —Esto solo se resolverá si ese demonio se larga de mi institución. —Volvió a decir el anciano.

 — ¿Sabe qué? ¡Nos iremos, pero no porque usted nos eche, sino porque este colegio apesta! —Le dijo mi padre mientras se levantaba.

Seguido de eso, me miraron y me hicieron una seña de que debíamos irnos. No quería dejar esas lindas luces. Sin embargo me levante de donde estaba sentada. Deje que mis padres me dirigieran a la salida.

Antes de salir, me enfoque en el señor que se hacía llamar a sí mismo ‘Director’  y le dije.

 —Espero su oficina se queme por esas luces.

Y abandonamos ese establecimiento.

Nos encontrábamos camino a casa. Todo el camino estuve viendo las gotas caer por el vidrio del auto. Al llegar a la casa, mis padres fueron a su habitación, y yo me dirigí a mí habitación.

Mi habitación estaba llena de todo tipo de cosas, pinturas de arte psicodélico, un piano, luces de colores, una guitarra, y un montón de cojines de distintas formas y tamaños.

A pesar de mi condición, y que está no me dejara hacer casi nada. Me gustaba la música. Toco el piano, y estoy comenzando clases de guitarra. Mis padres me pagan lecciones privadas porque mi psicóloga dice que esto ayuda con mi desarrollo y que es un estimulante. Tocó el piano desde los diez años. Y ahora a los dieciséis empezare con la guitarra.

Tengo dos pianos, uno eléctrico y otro de cola. El de cola se encuentra en la sala de juegos. Y el eléctrico acá en mi habitación.

Me senté en la cama y observe mis pies. No hago gran cosa cuando estoy en casa. Entre a el cuarto de baño, puse a llenar la bañera de agua. Cuando estuvo lista finalmente, me sumergí en el agua con olor a lavanda. Estuve allí mucho rato, yo solo jugaba con el agua. Lo que hacía era crear ondas en el agua, eso me entretenía. Me gustaba la manera en que el agua ondeaba al roce de mis dedos. No quería salirme, pero mis dedos se estaban arrugando. No me gusta que se arruguen.

Salí de la bañera y tome una de las toallas rosas que estaban apiladas encima de una mesa.

Entre a mi habitación de nuevo y busque ropa que colocarme. Encontré una camiseta blanca con un gatito en el frente, unos pantalones de chándal grises y medias blancas. Me cepille el cabello y fui a la sala de juegos a tocar algo en el piano.  Comencé a tocar una de mis canciones favoritas ‘Fix you’ de Coldplay.

Era algo temprano, puesto que me sacaron del colegio por golpear a Perrie.

Escuche pasos en las escaleras, supongo que son mis padres. No me equivoque, eran ellos. Se sentaron en los sillones que estaban en la sala.

Cuando termine de tocar, mi padre hablo.

 —Que maravillosa pieza, Arizona. —Me sonrió.

 —Gracias. —Murmure.

 —Arizona, tenemos algo que decirte. —Dijo mi madre.

Yo no contesté, no había necesidad de que contestara.

Mi madre retomo el tema.

 —Puesto a que sucedió ese horrible incidente en el colegio. Acá no hay muchas instituciones con tan buenos profesores y no queremos que dejes de estudiar. A sí que decidimos tu padre y yo cambiar de ciudad. ¿Qué te parece la idea?

 —Está bien, supongo. —Dije levantando mis hombros.

 —Sabemos que no te gustan los cambios, por eso no nos iremos tan  lejos. Nos mudaremos a Holmes Chapel. ¿Qué opinas? ¿Te gustaría estar allí? —Pregunto mi padre.

 —Está bien, padre. Realmente no me importa mucho. —Le dije mirando las teclas del piano.

 —Entonces, nos iremos lo más pronto posible. —Dijo papá  sonriendo.

Yo solo me quede callada.

 —Le diré a alguna de las chicas que acomode tus cosas, Arizona. —Dijo mamá dirigiéndose a la salida.

Y bueno que puedo decir, me botaron de mi escuela y ahora me mudare de ciudad. ¿Fabuloso no?

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Hola chicas, feliz año nuevo a todaaas. Me alegra haber pasado esté tiempo con ustedes y espero que hayan aún más años juntas. Muchas gracias por los leídos y todo. Las quiero demasiadooo. 

Valeria:)

Demons.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora