Lost Souls

Recuerdos

Sus rostros borrosos se deslizan en mi cabeza lentamente, uno por uno, mi papa con su hermosa voz que hacía a todos los sinsajos callarse y admirar, Finnick, con su sonrisa de lado y sus comentarios sarcásticos, Cinna con su delineador dorado, acariciando mi mejilla con su mano, y por último, mi patito, con sus dos trenzas doradas, cayendo a cada lado, su risa, esa risa que me lleno de esperanzas hasta en mis peores momentos, recuerdo todo lo que hacía por lograr sacarla de su boca y como jamás volveré a escucharla.

Al final aparece él, riendo cruelmente como si anticipara todos y cada uno de mis movimientos, hace un ademan para hablar y empieza a sangrar, no sin dejar de reírse histéricamente, me despierto gritando y aferrándome a la sabana.

No sé por qué sigo aquí, mirando hacia la puerta, apoyada con mis manos en la cama, espero a que él llegue, con su mirada preocupada, que se acueste a mi lado y aleje a todos mis demonios.

Pero eso obviamente no pasará, me recuerdo a mí misma, que ya ese Peeta no existe, ya no es el mismo que estaba dispuesto a morir para que yo saliera con vida en nuestros primeros juegos y el que se ofreció como voluntario en los segundos para protegerme, el capitolio me lo arrebató, solo un nombre más a la lista de personas a las que dañe y que me perseguirán por el resto de mi vida, que, por cómo voy, no durara mucho.

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Cuando el sol se alza por la ventana me levanto de una noche sin sueño, me doy un baño, tratando de no mirar mi marcada piel en el espejo, me coloco la ropa rápidamente, lo mismo que he estado haciendo por casi tres meses, desde que volví al distrito.

la rutina es la misma, levantarme, darme un baño, ir cazar, volver a intentar dormir y fracasar rotundamente, a veces son las pesadillas las que me despiertan solo minutos después de irme a la cama, otras veces ni me atrevo a cerrar mis ojos por miedo a las claras imágenes que mi cerebro reproduce sin parar hasta que siento que estoy a punto de volverme loca.

Sentada en una roca frente al lago trato de imaginarme mi vida antes de los juegos y solo unas cuantas imágenes vienen a mi cabeza, imágenes vacías, ninguna clase de sentimiento vuelve a mí, no recuerdo como se sentía tener a mi hermana y a mi mama a mis cuidados, tal vez porque no tiene comparación a tener a un país entero sobre tus hombros.

Recuerdo los días cuando nos íbamos a la cama sin un bocado de comida en nuestro estomago, como las lagrimas de rabia se derramaban por mis ojos al saber que mi patito sufría y que yo no podía hacer absolutamente nada por ella, ese dolor que viene a mi memoria no se compara con el que siento ahora por no tenerla a mi lado.

Sufrir de una tiranía es casi lo mismo que ver a un ser querido morir de una enfermedad incurable, solo te quedas ahí, sentada, viendo como todo tu mundo se cae en pedazos, sintiéndote impotente de no poder protegerlos, de no poder atacar a la persona o cosa que los ataca, ya que solo eres una persona, una más del montón, una más sufriendo y el mal es prácticamente invisible, intocable.

El cielo se está tiñendo de atardecer cuando decido regresar a la aldea, entrando en mi casa me llevo una sorpresa que me lleva a dar un pequeño salto, no estoy acostumbrada a tener gente en mi casa, usualmente esta sola y vacía, pero ahora hay tres personas sentadas en mis sillones.

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HOOLAAA.
Lamento estar tanto tiempo perdida,  tengo varias excusas pero ninguna es lo suficientemente buena así que mejor me las guardo. 
Vengo con esta historia que me tiene muy emocionada,  aún no está muy definida así que no se que tan seguido pueda actualizar,  supongo que cuando la creatividad se asome por mi puerta.
Solo les quiero decir por último que este capítulo es muy especial para mi dado que por años mi mayor reto ha sido plasmar mis propios sentimientos cuando escribo,  pero en este capítulo,  en uno o dos párrafos lo hice,  y me siento un poco orgullosa.
No se si lo saben pero yo soy venezolana,  y en los últimos años hemos estado pasando por ciertas..  Dificultades,  por no utilizar una palabra más grande,  y siento que si no logro expresar lo que siento y vivo todos los días, voy a explotar,  aún no soy lo suficientemente valiente como para escribir un diario,  pero espero seguir avanzando. 

Recuerde por favor comentar sus opiniones sobre el capítulo,  eso me da más inspiración  para seguir,  amo sus comentarios y las amo a ustedes,  gracias por leerme,  no saben lo importante que es para mi💗

Con amor,  Marie.