Capítulo 2.

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Iba de camino con mis padres en el coche escuchando, por supuesto, a Cody Simpson. Aparcamos el coche con una gran masa de chicas chillando a nuestro al rededor, lo que parecía una carrera de mujeres en el primer día de las rebajas que solo ocurren en los anuncios de El Corte Inglés. Tuvimos que esperar como unos dos minutos a que se despejara un poco la calle y poder salir del coche sin sufrir un ahogamiento mortal.

Nos dirijimos a la puerta del estudio. Desde fuera tenía un aspecto vintage y antiguo, al igual que todos los edificios de Madrid. Estaba demasiado nerviosa por lo que empecé a temblar.

- ___________, ¿qué te pasa? - me preguntó mi padre mientras mi madre me cogiá del brazo.

- Creo... que.... n...nada, ss....solo que ess...estoy algo ner...viosa.

- Hija, cariño, ya has tenido muchas sesiones como esta. Simplemente no pienses en quién es el fotografo que te va a hacer las fotos. Disfrutalo como lo haces siempre.

-Mama, no es solo el echo de que sea quién es quién me va a hacer las fotos. Sí, es un gran fotografo y si lo consigo me iré con él y haré muchas sesiones para muchas marcas. Es solo que tengo el presentimiento de que ahí dentro me va a pasar algo que me pone más nerviosas que una sesión de fotos.

- Buenoo... - me abrazó mi padre. - no te preocupes por eso. Si es algo que te pone más nerviosa seguro que es algo satisfactorio. Entra ahí y da tu mejor sonrisa como tú tan bien sabes. Tu madre y yo nos quedamos en el coche que con el revuelto que hay aquí de chicas nuestro coche no sobrevirá.

- Esta bien, has ahora.

Me despedí de mis padres con un abrazo conjunto y entre a la sala, me dirijí a la mesa de la recepción y pregunté por Florent Déchard, el fotógrafo con el que en unos minutos me iba a encontrar.

- Quinto piso, habitación 5.10. - me contesto la chica de la recepción, la cual tenía un aspecto muy del norte de europa, rubia, de ojos azules, delgada y aparentemente alta.

- Gracias. - contesté, me dirigí al ascensor y apreté un botón que en diez veces, ninguna me hizo caso. - Genial, esta roto, me toca subir cinco pisos por las escaleras. A esto es lo que se llama bajar los nervios.

Llegué a la puerta de la habitación y esta vez, el botón que había en la puerta si me hizo caso y me abrió la puerta una chica alta, rubia y con unos preciosos ojos azules. - Hola - Esa chica me erá demasiado familiar, no se donde la había visto pero estaba segura de qué en algún lugar había sido.

- Hola, soy ______ __________, vengo a una sesión de fotos a mano de Florent Déchard.

-Claro, te estabamos esperando. Yo soy Alli, encantada. - el echo de que la mirada de esa chica me resultase cada vez más y más familiar me puso mucho más nerviosa de lo que estaba, pero intenté relajarme lo máximo posible y entré a la sala. Era un estudio precioso, tenían muchos focos para hacer las fotos y la cámara que tenía Florent era increíble, nunca había visto nunca antes una igual.

Alli mi maquilló y me enseño toda la ropa que me tenía que poner. Empezamos con la sesión y no hacía más que cambiarme de vestuario y cada uno de ellos no tenía nada en común con el anterior. Eso me gustaba muchísimo y los nervios me desaparecieron totalmente a mitad de la sesión y solo pensaba en disfrutar.

-Muchas gracias, ___________. Hemos terminado -  me dijo Florent - has estado increíble pero todavía no te podemos dar una respuesta para qué te contrataremos, sí que harás más sesiones para nosotros. Espera mi llamada a lo largo de esta semana. Gracias - concluyó y me dió dos besos.

-Gracias a vosotros. - contesté.

-Dejame que te acompañe hasta la puerta, __________ - la voz de Alli era preciosa.

-Claro.

-Ahora que no nos escucha Florent, en este viaje en el que vas a entrar vas a cumplir tus dos sueños más grandes, créeme. - me quedé algo confusa por lo que me había dicho, no entendía cuál era el segundo sueño al que se refería.

-Muchas gracias, Alli. - sonreí.

-No tienes por qué darlas. Y por cierto, felíz cumpleaños. -me dió dos besos y salí de la habitación.

Mientras me dirigía fuera del edificio dónde se encontraban mis padres pensaba en lo que me ha dicho Alli, me estaba comiendo demasiado la cabeza, yo a ella no la conocía pero ella si conocía mis sueños. Y lo más raro de todo, sabía que ese día era mi cumpleaños y que yo recuerde las condiciones de Florent fueron que solo él sabría los datos personales. Deje mis pensamientos apartados y salí del edificio.

- ¡EEEEH! - me chillarón, levanté la cabeza y ví a una chica llorando y corriendo detrás de la misma masa de gente.

-Vaya,- pensé- ni que estuviera Justin Bieber en la ciudad.

Me fijé más en los pancartas que llevaban las chicas, en todas había simbolos conocidos y en una de ellas estaba pintado el número 143, mi número de la suerte. Llegué a pensar que esas chicas iban a apoyarme en mi sesión de fotos hasta que me acordé de aquella que me había chillado y me reí de esa rídicula idea.

-¡CHICAS, CHICAS! - de repente sonó la voz de Florent - todo lo que habeis escuchado son solo rumores, Cody Simpson esta de vacaciones en Australia. Yo he tenido que venir aquí por cuestiones de trabajo ajenas a la familia Simpson. Lo siento, pero estaros tranquilas que Cody estará en esta ciudad en menos tiempo de lo que penseis.

Ahora todo tenía sentido, la chica que me había ayudado en la sesión de fotos era Alli Simpson, la hermana de mi ídolo, y ese fotografo, Florent Déchard, ha compartido estudio con Cody. Me sentía como una autentica idiota, los nervios me la había jugado y no había reconocido a la que es también mi ídola. 

Creo que después de darme cuenta de eso me quedé en shock porque solo recuerdo unas manos, las que supusé que eran las de mis padres, que me llevaban hasta el coche y me ayudaban a subirme.

Fotografías. [Cody Simpson y tú - fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora