Pelea

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Aun mas estaría dispuesto a ayudar si se trataba de Hiraku, él había sido su compañía en el templo y además recordó todas las veces que lo consoló y le traía chucherias.

Hace años que no lo veía debía ser un hombre maduro, Gabriel parecia de 20 ya que siempre se vio menor de lo que era, aunque no habría importado ya que no envejecia, si el iba a cumplir 37 Hiraku tendría unos 41.

Lo recordaba como un joven de rasgos finos, aunque con el cabello rasurado como lo tenía Hiraku en esos tiempos y ese atuendo gris, se mezclaba en su cabeza con los demás.

Acababa de colgar cuando lo pensó bien, estaba pasando por un momento difícil con Gabriela, no quería que alguien extraño a ella estubiera cerca por que podría alterarla.

Le pediría a sus papás que dejaran a su amigo quedarse en le casa de ellos.
Habían decidido volver a su antigua casa para estar cerca de él en esos momentos, seguro no le negarían nada a Hayate.

- mamá, ?podrías hacerme un favor?

Mientras Gabriel se había distraído para hacerle el favor a su amigo.
La niña subió sola y pudo tener un poco de privacidad, se recostó en la cama cuando tocaron en la ventana, ¡era Malia! Tenía su apariencia humana.

- hola cariño, ¿como estas? - dijo abriendola y entrando al cuarto de la menor.

- ¿qué haces aquí? es peligroso - dijo la niña asustada

- te traje esto - dijo dándole un pote con una pasta que olía a pescado.

- ¿qué es esto? - le dijo mirando dentro

- es pasta de pescado, debes comer mucho por la cría - Gabriela trago saliva, había que decirle, se pondría triste.

- Malia, no soy como una sirena, mi cuerpo no esta adaptado todavia para sostener un bebé en él

- ¿qué significa eso? - preguntó Malia con su corazón latiendo rápido

- que no sobrevivio, ayudo que me cayera por las escaleras...

- ¿ves? debiste estar conmigo, yo te habría cuidado - dijo molesta

- aunque no hubiera pasado el accidente el doctor dijo que probablemente no lo pudiera haber llevado a termino por mi edad.

Malia se sentó en la cama, Gabriela pudo ver sus ojos llorosos, si para ella que no sabía que estaba embarazada y que hubiera sido un problema con 11 años tener un bebé se sintió un poco desilucionada, no podía imaginarse lo que sentía Malia que seguro su cabezita era mas basica y pensaba en desendencia. Gabriela la abrazo y ella le devolvió el abrazo.

- te amo - le dijo la mujer

- yo tambien te amo - le contestó la niña

- entonces supongo que tendre que esperar un par de años para que podamos tener crías.

- no, Malia vete de vuelta al mar si se enteran van a lastimarte de echo cualquier ángel te haría daño

- no, a menos que tu vengas conmigo

- no puedo

- salí a buscarte y no me ire sin ti.

- no seas terca podrían matarte - le dijo un poco desesperada Gabriela por convencerla. Pero la terca criatura negaba con la cabeza cruzandose de brazos

- yo no puedo vivir bajo el agua

- no te preocupes por eso, yo hare un nido cerca de una isla y te dare de comer - Malia lo decía como si fuera tan fácil.

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