Mejor aléjate.

-Capítulo 40- Luna de miel.

Esto es increíble!!!

Mientras dejan las maletas en la habitación, abro las puertas de cristal que hay a lo largo de toda la pared, justo frente a la cama. Solo puedo dar unos pasos porque está la piscina, alrededor de la habitación no se ve nada, hay total privacidad y tiene unas vistas increíbles.

-Contenta?- Me abraza desde atrás rodeándome la cintura y pegando su mejilla a la mía.

-Muchísimo, mira esto! Es increíble- Le acaricio las manos hasta llegar al anillo y sonrío.

Noto como me sujeta con más fuerza y de repente da un salto dentro de la piscina.

-Jeison!!!!-

-Empecemos a divertirnos de una vez- Tira de mí y me besa.

Tiramos fuera del agua toda la ropa y nos apoyamos en los escalones cuando ya estamos totalmente desnudos.

-Me asegurare de que disfrutes cada segundo de este viaje. Te lo mereces por aguantar a mi madre- Empieza a besarme el cuello y yo, con gusto, le deshago ese pelo repeinado que llevaba en la boda.

-Tú también te lo mereces-

-No he dicho que no lo vaya a disfrutar contigo- Separa más mis piernas y las lleva a su cintura.

Empezamos a hacerlo a un ritmo calmado y poco a poco va subiendo la intensidad, me incorporo un poco sujetándome a los escalones. Aquí no me tengo que preocupar por quien nos escuche, nadie nos va a decir nada.

-Cambio- Se levanta y se sienta en los escalones, yo me subo sobre él y lo beso. Sus manos me mueven a su antojo.

Meneo las caderas adelante y abras, arriba y abajo, y disfruto de sus reacciones.

-De verdad quieres esto para siempre?-

-Más que nada-

-Bien- Sonreímos y volvemos a besarnos.

(...)

Las horas van pasando pero lo único que cambia en la posición, de la piscina hemos pasado al suelo, al sofá, a la mesa, a la cama...

Me duelen las piernas y empieza a escocerme la garganta, realmente me ha hecho olvidar todo y sé que este día lo vamos a recordar por mucho tiempo.

He perdido la cuenta de cuantas veces hemos llegado al orgasmo, pero la última acaba conmigo. Ruedo por la cama para que me suelte y me quedo boca arriba, tengo tanta calor que siento como la piel me arde.

-No me puedo mover, pero tengo sed-

-Ya somos dos- Lo miro, tumbado boca abajo y con los ojos cerrado, ni siquiera tengo energía para levantar el brazo y acariciarlo.

-Piedra, papel o tijeras- Jugamos y pierdo yo, así que me toca levantarme e ir a la nevera a por bebida, de paso cojo una bolsita de algo. Lo dejo todo en el borde de la piscina y me meto.

-Cabrona- Se levanta a rastras y se tira. Solo con los brazos y la cabeza fuera del agua fresquita empezamos a picar algo.

-Mira la luna, es preciosa-

-Si- Ambos sonreímos.

Le acaricio la barbilla y nos miramos a los ojos, este es el momento más increíble que hemos tenido, esa conexión, el sitio...

-Gracias por hacer siempre todo lo posible por mí, sé que soy complicada-

-Si nofueras así la vida sería muy aburrida-