22 Capítulo

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-¡Mierda Scott!-la cara hinchada de Liam daba mucho a que desear. Al parecer el moreno le había puesto las fresas en el licuado de frutas que se había hecho el rubio provocando que su voz se volviera ronca y su cara se hinchara.-¿Quien te dijo que me pusieras fresas en el licuado?

-Nadie, bebé.

-Entonces. ¡¿Por qué madres me pusiste fresas si sabías que soy alérgico?!

-¡Ah! ¿Eres alérgico?

-Hazte el gracioso.-Se llevó una mano al pecho de una forma que pareciera ser dramática, pero que se veía afeminada desde el punto de vista de Liam.

-¿Yo?-Ahora tenía cara de indignado.

Genial.

Ahora tengo ronchas en la cara.

Estúpido Scott.

Enseguida buscó en los estantes de medicina de la cocina en la casa McCall pero los medicamentos se hallaban en la parte del último cajón, haciendo que el se agachara, dando una vista muy sensual a su conyugue.

Su trasero siempre había sido una fuente de atención para todas las personas y al parecer no fue la excepción porque de otra manera no se podía explicar que Scott se le quedara mirando de más, pero ¡Hey! nadie lo puede culpar.

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-¿Es enserio?

-Muy enserio. Mamá ¿Cómo se te ocurre dejar a Kánima con Stiles?

-Dos cosas. Número 1: se llama Alpha no Kánima.  Y número dos: ni que te fuera a matar al perro.-Stiles tuvo que rodar los ojos.

No mames, uno que hace una acción buena y los demás se quejan.

-¡Ahí por favor! ¡Tú lo que quieres es hacerle daño a Kánima!-el moreno abrazo de forma posesiva al perrito, acercándolo a su pecho desnudo y bien trabajado (y no es que Stiles lo haya mirado, claro que no, es sólo que tiene ojos y Derek no es tan mala vista).

Dirigió su mirada hacia el cielo como implorando que algo cayera sobre su esposo para acabar con su tortura.

-¡¿Me vez cara de sádico?! ¡No lastimaría ha Alphita nunca!-el perro ladró en afirmación y Derek lo miró como si fuera un traidor. Últimamente llevaba viendo demasiado gente de parte de Stiles y no se valía.

¿Tú también pulgoso?

-¡A ver paren ya! ¡Relajen el pene!-la voz potente de Talia al fin se había escuchado, y es que estaba más divertida masajeándose con su esposo, con quien estaba teniendo una charla muy interesante sobre tener una noche ellos dos solos.

Solitos, del verbo "no molesten perras".

Sin molestos matrimonios.

Sin gritos.

Sólo una casa de campo.

Una botella de champán.

Música sensual.

streep tees.

Y lo más importante: sin ropa.

Pero todo eso se vio interrumpido cuando los "seres que respiran" que tenía enfrente, empezaron con sus peleas.

-¿Ya están más tranquilos?

-Si.

-Aja.

-¡Muy bien!-su emoción salía por el trasero.-Porque hoy no voy a estar Derek, me voy con tu padre.

We married with the enemy II Sterek y Sciam IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora