Capitulo 2

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*ring ring ring ring ring*

La maltidata alarma otra vez.
De mala gana la apago de un golpe. 8:00 a.m. Por que diablos suena la alarma un sábado a esta hora?
Seguro olvide apagarla ayer, que raro.
Me levanto y voy a la ducha, necesito un baño para despertarme del todo.
Al salir me coloco la ropa interior y me pongo crema hidratante en las piernas.
Abro el armario para agarrar una remera y shorts cualquiera total no tenia planeado salir de casa.
Al bajar me encuentro con mi madre desayunando sola.
- Buen día mamá - digo de mala gana. Levantarme temprano y mas si he dormido poco en la noche me pone de mal humor.
- te encuentras bien hija? - dice preocupada. Seguro me veo fatal con las ojeras y la cara de amargada pero que mas da, no es como si fuera a conocer a un chico lindo. Solo estoy en mi casa.

- supongo que dormí poco y sabes que eso me molesta -

- esta bien. Quedate a almorzar,comeremos en familia. - solo asentí con la cabeza y volví a mi cuarto en busca de un libro que leer.

Estaba sentada debajo del único árbol que se encontraba en el patio de mi casa con el libro entre mis manos pero por alguna razón no podía leerlo, mis pensamientos divagaban.
Mi madre, Eva, se encontraba lavando los vegetales en la cocina. Desde aquí podía observarla. Ese rostro fresco y amable que la caracterizaba, sus rizos cafes que caian por sus hombros y su infaltable delantal amarillo. De chica solia robárselo y jugaba a que era una cocinera con las ollas y cucharas, cuando me descubria se reia y se sentaba a observarme con una sonrisa en el rostro. Tuve una infancia feliz se podra decir, sin preocupaciones, con el amor de mis padres y mi perro Sam.
Como es la vida no? Yo tengo padres que me quieren y en el orfanato hay un montón de niños. A veces me enojo con mi mama, con mi padre no tanto pero también lo hago, pero al final del día son ellos los que me dieron la vida y están. Eso es lo importante que están.
No son padres en el momento en que un bebe se halla en el vientre de una madre sino cuando esa nueva vida nace y crece junto a ellos. Es mi forma de pensar, quizás este mal o este bien. No lo sé. Pero de algo estoy segura y es que si el destino no quiso que permanezcas junto a esas personas es porque te mereces algo mejor al lado de otras.
Es lo que siempre le digo a Amara.
Y es sorprendente su reacción. Me dice que no le importa quien haya sido su madre sino quien será. Solo tiene 3 años.
El grito de mi padre diciendome que la comida ya esta lista hace que vuelva a la realifad.
Al entrar me encuentro a mi hermano Luca discutiendo con mi madre, de seguro algo malo hizo. Es mas chico que yo pero con la madurez de un adulto.
La comida transcurrió amena, charlas sobre que hicimos en la semana, como nos va en el trabajo y cuantas materias ya sabe que se lleva a rendir Luca. Lo de siempre se podría decir.
Luego del almuerzo Luca se encontraba nervioso, se sentó en el sillón de la sala de estar y papá me informó que querían tener una conversación conmigo, supuse que seria algo sin importancia. Ellos no eran los tpicos padres que hacían mucho drama, siempre preferían hablar para solucionar todo. Incluso cuando hacia algo mal, no es que fuera una chica problemática pero una que otra cosita he hecho. Me senté junto a mi hermano y pude observar que en sus rostros se reflejaba preocupacin y tisteza. Que podra ser tan malo? Seguro la que se mando Luca ahora es grave porque con lo que respecta a mi no hice nada según recuerdo.
Fue entonces cuando la noticia de que era adoptada cayo sobre mi  como un baldazo de agua fra. Mi padre intento explicarme todo pero había oído suficiente por ahora. Sali corriendo de mi casa con lagrimas en las mejillas. Como era esto posible? La gente siempre me solia decir que era parecida mi mama, que tenia unos ojos verdes como los de mi padre.
Tanto que me enfoqué en la situación de Amara y de todos esos niños termine involucrada. Muy involucrada.
De todos modo que es lo que me afecta tanto? Yo tengo un pensamiento claro sobre este tema. Ahora sé porque mi madre insistió tanto en que conociera y entablará conversaciones con los niños del orfanato. Estaba de algún modo preparándome para la verdad. Típico en ella. Pero es que no se que me pasa, tal vez es el hecho de la mentira lo que me afecta, el que hayan esperado tanto o no lo sé. Me encuentro tan confundida que me da dolores de cabeza.
Corriendo con la mente en cualquier otro lugar no me percate que estaba cruzando la calle y que un coche venia hacia mi. Todo lo que recuerdo de ese momento fueron luces, vocinas y gritos de la gente. Pero ya era demasiado tarde, el coche me había arrollado.  
Desperte muy adolorida y desorientada. Los ojos me pesaban, cuando pude abrirlos lo primero que vi fue el rostro un chico medio rubio que me dejo atónita. Era muy lindo y sobre todo esos ojos mieles que detonaban pánico.
Una enfermera interrumpio mis pensamientos al  poner una pequeña linterna sobre mi rostro, mas especficamente en mis ojos. No se que me pasaba pero no poda expresar palabra alguna, solo observaba como esta mujer hacia su trabajo y me revisaba para anotar todo en una libreta. Escuche que me preguntaba un par de cosas pero al no obtener respuesta le dijo al chico que era normal por el shock del accidente.
En ese momento recién caí en cuenta que me encontraba en un hospital y que haba tenido un accidente?. Lo ultimo que recuerdo es que sali de mi casa corriendo hacia no se donde.
- Te encuentras bien?  dijo una voz ronca a mi lado. Era el chico. Pero de todos modos, quien es el? sera el doctor? Sea quien sea esta haciendo que me duela la cabeza por pensar tanto. Solo me limite a asentir con la cabeza. lo estaba? Claro que no, sentía un fuerte dolor en la pierna derecha, en todo el cuerpo en realidad.
- Mira yo lo lamento, iba distraido pero tu tienes que fijarte mejor para cruzar la calle. - dijo con un tono molesto.
-Lo siento, no se que me paso yo... - en ese momento la puerta se abrio dando paso un señor mayor con una chaqueta blanca, el doctor. Justo cuando pude responderle al desconocido me interrumpen. - Bien, por suerte no sufriste lesiones graves. solo un par de golpes que si tomas la medicina que te he recetado  ni los sentiras - dice el doctor sonriendo. si no me paso nada grave, por que siento como si una piedra gigante aplastara mi cuerpo? - Puedes irte cuando desees pero deberas hacer reposo para recuperarte. Hasta luego - dice antes de salir de la habitacion.
Ahora me encuentro sola y con mil preguntas rondando por mi cabeza, no puedo evitar que un par de lagrimas salgan al recordar la conversacion con mis padres. Me pregunto si sabran que estoy aqui, por el momento estoy muy triste y se puede decir que enfadada con ellos por haber esperado 19 años para contarme la verdad. Recuerdo que de pequeña mi tia Luci solia decirme que mis padres tenían que contarme un gran secreto y que cuando llegara el dia no me enojaría con ellos y los seguiría amando. Me hizo prometerlo. Por supuesto con la inocencia de una niña de siete años ni imaginaria que fuera algo tan importante para mi. La puerta se abre rapidamente y de nuevo el chico entra y se para al lado mio. - como te llamas? - pregunto directamente, algo muy comun en mi. No me gusta dar vueltas, voy directo al grano. Él sorprendido de que esas fueran mis primeras palabras me responde que se llama Justin, hasta su nombre es lindo. De seguro esperaba que estubiera furiosa por chocarme pero la verdad es que no,  me encontraba deslumbrada por su belleza.
- Te llevare a tu casa, vamos. - me ayuda a levantarme y me pasa una bolsa roja. - he pedido que te compren ropa, la que traias puesta se rompio y estaba sucia. nuevamente, lo siento. - dijo serio. Desde que que lo vi tenia la misma expresion de preocupacion. En silencio y como pude camine hacia el baño para colocarme la ropa. Quien fuera que compró esto tenia buen gusto, me quedaba un poco grande pero estaba bien.
Una vez que me puse los jeans, la remera y las zapatillas sali para ver que Justin se encontaba sentado en el sillon muy concentrado hablando por telefono. Un momento, estaba hablando italiano?, parecia enojado. Las palabras salian rapido y con fluidez de sus labios. Seguro estaba mirandolo como una niña a un dulce, es que su belleza y misterio me atraian. - Bien podemos irnos. pasaremos por mi casa primero. - dijo saliendo de la habitacion. Solo lo segui en silencio, me daba un poco de miedo también. Al llegar al estacionamiento del hospital, me abrio la puerta de un coche negro de alta gama. Se ve que era de una familia con dinero.
El viaje hasta su casa fue en silencio, extrañamente no uno incomodo. Se que es riesgoso ir a la casa de un desconocido pero no tenia miedo. bueno... no tanto.
- esperame aqui, solo debo arreglar un asunto y luego te llevare a tu casa - dijo seguro. Estaba apunto de abrir la puerta cuando sin pensarlo tome su mano para frenarlo.
- eh... puedo quedarme un rato contigo? - dije suspirando. - Verás cuando pasó  lo del accidente yo... yo salia de mi casa por un problema que tube con mis padres y no me apetece volver alli. -  pareció pensarlo muy bien y solo se limitó a asentir con la cabeza. Debe pensar que estoy loca y en realidad un poco lo estoy.

Cuando entramos me tomó la mano y subimos las escalares corriendo para entrar en lo que seria su cuarto. De seguro no quería que sus padres me vieran y pensaran cualquier cosa.

- Quedate aquí y por lo que más quieras no te muevas ni hagas ruido. Regresaré pronto - dijo soltando mi mano. Todo este tiempo estuvimos cogidos de la mano y no me di cuenta. Es extraño, toda esta situación lo era.
Me sente en la comodisima cama y me dispuse a observar. Las paredes blancas y los decorados en azul le daban un toque fino al cuarto. Tenia dos fotos nada más. Una de una señora parecida a el que supongo seria su madre, aunque yo me paresco a Eva y resultó no ser mi madre; y otra mas pequeña de él con una bebé. Sera padre? Por dios que cosas piensas Ivy.
La puerta se abrió de golpe y nono era justamente Justin quien estaba tras ella.

Secrets [Justin Bieber]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora