{Hace 2 años}
Mi respiración era entrecortada, literalmente me encontraba entre la espada y la pared, la espada era el chico que dijo amarme tanto que daría su vida por mí, pero como siempre, me había utilizado, un chico más a la lista. Y la pared, era un acantilado lejos de la ciudad de Georgia, un acantilado en el cual sí vas con la persona que amas de día, lo ves realmente hermoso, pero sí vas una noche realmente tenebrosa, no creo que se vea un poco lindo.
Byron Wale se encontraba frente a mí, sus ojos ámbar ya no eran los mismos, los veía en un verde cristalino oscuro, ese Byron me daba pánico. ¿Dónde había quedado el chico romántico, cariñoso, atento?
Él me miraba directo a los ojos, tenía una mirada tan penetrante que llegue a sentir que miraba mi interior, mi pánico. Podía ver la sonrisa macabra que llevaba, ese gesto no me convencía de que algo buena iba a pasar.
-¿me tienes miedo pequeña? -susurro roncamente mientras se acercaba a mi oreja.
No podía articular una palabra, el miedo me tenía congelada.
-Vamos -susurro- hoy dejarás de ser una pequeña chica.
Esa oración hizo que lo empujara, dándome el paso a estar lejos del acantilado, traté de correr pero lo único que hicieron mis piernas fue caminar a paso rápido. Chillé cuando Byron me agarro del brazo y me acorraló contra un árbol.
-No trates de huir que no te servirá de nada -beso mi mejilla.
En otra ocasión lo hubiera encontrado muy lindo de su parte, pero ahora me daba asco, tanto que cerré los ojos para poder pensar en otra cosa.
-No trates de hacerlo que no podrás- abrí los ojos de inmediato.
¿Acaso podía leer la mente?
-Sí cariño, eso y mucho más.
-¿Qué eres? -susurré.
-¿Y si lo ves con tus propios ojos?
Retrocedió, pero sin quitarme la mirada, tenía los brazos abiertos, su mirada estaba en el cielo, el círculo llamativo se encontraba oculta por esas nubes grises.
-¿Ves cómo la luna está por salir?- dirigí mi mirada hacia ella, exactamente estaba por salir -en unos momentos conocerás al verdadero Byron Wale- sonrió.
Yo me quede estática en mi lugar, sentía el frío entrar en mi cuerpo a través de mis poros, pero eso no me importaba en lo absoluto.
Mire hacia arriba, donde la luna empezaba a asomarse de su escondite, escuche un gruñido, baje la mirada hacia Byron que se agarraba el pecho, su cuerpo se inclinó hacia adelante, bruscamente subió la mirada hacia mí, me sonrió y fui capaz de ver como sus ojos cambiaban a un color oscuro. Siguió retorciéndose, de sus brazos salía cabello, mucho a decir verdad, cada vez me daba más miedo, era un momento traumante para mí, nunca debí de salir con él, nunca debí de haberlo conocido. Quedó en el suelo, sus manos y rodillas en ello, su cuerpo de encogía y cambiaba de forma, o podía dejar de verlo, aunque quisiera no podía. Su rostro se transformó, tenía cabello por todas partes, le salía hocico y dientes puntiagudos, de allí me di cuenta que no era un simple humano, sino que era un hombre lobo.
