Capítulo 2: Iniciando

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Elizabeth me tomó de la muñeca y a tirones me sacó de la habitación, Oliver colocó a Romeo en su hombro y se lo llevó cargando mientras reía.
Lo seguía con la mirada hasta que lo perdí de vista en una esquina.
Me soltó abruptamente y con una seña me dio a entender que caminará a su lado, caminamos un buen rato sin decir una palabra hasta que se empezaron a escuchar gritos de esfuerzo.

—¿Cuantos años tienes? -pregunte- te ves bastante joven.

Ignoro mi pobre intento de romper el hielo y siguió caminando.
Llegamos a un amplio campo en donde se encontraban entrenando una ridículamente grande cantidad de personas, la seguí hasta un lugar despejado y se colocó enfrente mio.

—Ahora pelearemos -dijo firmemente- necesito saber hasta donde llegan tus habilidades.

—No quiero no tengo nada contra ti.-respondí.

Ella volteo por un momento y me miró seriamente.
Su mirada me asustaba y hacía que un escalofrío recorriera mi espalda.

—Está bien -tartamudee.

—Dios santo ella si que me asustaba-pensé.

Tome mi habitual postura de boxeo mientras me preparaba para pelear.

—¿Qué haces? ¿Que tipo de posición es esa?.-preguntó confundida.

La posición de mis brazos era diferente al estilo común, mis brazos estaban más arriba de lo normal cubriéndome la cara.

—Este es el estilo que mi entrenador me enseñó, uno que se acomoda perfectamente a mi.-dije.

Ella tomó una posición defensiva sin responder, con su puño izquierdo cerca a su pecho y el derecho extendido al frente.
Arremetió contra mí haciendo una finta con el puño derecho e intentando conectar el izquierdo con mi plexo solar, pero levante mi pierna derecha cubriendo el golpe y dejando espacio para lanzar un gancho hacia su barbilla, pero, a duras penas, ella lo esquivo dejando un pequeño raspón.

—Lo siento me deje llevar.-dije avergonzado.

Ella aprovecho mi descuido y conecto 3 golpes consecutivos, uno en el plexo solar con el brazo izquierdo, dando un giro con el codo derecho a mi costado y el último fue un gancho a la barbilla con el brazo izquierdo.
Aquellos golpes fueron demoledores dejándome tirado en el suelo como un trapo, apenas podía moverme, pero logre incorporarme y limpiarme el polvo haciéndome el rudo.

—Wow -se escuchaban susurros a lo lejos- toco a la bruja escarlata.

—Realmente lo hizo ¿verdad?.

—¿Quién es el nuevo?.

Ella los ignoro y se me acercó.

—Nunca debes cometer ese error de nuevo, jamás debes subestimar a tu rival.-dijo.

Se acercó y me tomo del cuello de la camisa.

—¿Entendiste? -dijo soltándome-.

Ella se volteo y empezó a caminar haciéndome la misma seña de antes para que la siguiera.

—No te subestime -dije adolorido- solo es que jamás pensaría en lastimar a una chica tan hermosa como tu.

Ella se detuvo en seco, el tiempo suficiente para que yo me acercará un poco, cuando la distancia entre nosotros fue menor, ella reanudó su caminata.

—17.-dijo.

—¿Que?.-pregunte.

—Mi edad, es 17.

—Vaya, me equivoque por poco -pensé.

—Te daré un breve recorrido, será mejor que logres recordar todos los lugares para que evites perderte.-dijo.

O.M.A.DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora