Capitulo 5: ¿Evolución o simple coincidencia?

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Ignoré el grito y me apresuré, llegue a un almacén mientras notaba que la nieve estaba totalmente derretida al punto que varios charcos se habían formado, en mi camino solo habían restos carbonizados de personas lo cual hizo que los buscara desesperado hasta que los encontré, de los dos grupos solo quedaban 5 personas, Elizabeth estaba tirada en el piso intentando detener la hemorragia de Oliver con la ayuda de otros 2 soldados, que para su suerte, pertenecían al color azul mientras que Romeo se mantenía en guardia con su cuchillo en la mano izquierda, el lugar se encontraba lleno de rastros de fuego. Frente a ellos se encontraba un joven, su edad no llegaba a mas de 15, tenía las manos, los parpados y la mandíbula quemadas, como si le hubiera caído agua hirviendo, las mejillas estaban cocidas con un especie de hilo metálico color negro oscuro, él chico daba miedo de tan solo verlo.

—¡ALÉJATE DE ELLOS!-grité.

Romeo al verme sonrió y se dejo caer, era evidente su cansancio, cuando toco el suelo corrí presuroso a ayudarlo luego lo deje al lado de Oliver y mire triste a Elizabeth cuando ella me devolvió la mirada desvié mis ojos hacia la herida de Oliver, su estomago estaba al descubierto.
Intente calmarme, pero, no podía hacerlo mi sangre esta hirviendo de la rabia, el chico se me quedo viendo como intentando descubrir quien era yo.

—Oye, tu eres como ese chico y yo ¿verdad?-dijo alegre.
Nos divertiremos tanto, ojala dures más que el otro -señalo a Oliver.

Dí un pisotón tan fuerte que en el suelo quedo grabado la silueta de mi zapato.

—¿Esto te parece divertido? Acaso jugar con la vida de los demás ¿Se te hace entretenido?-pregunté.

—No te entiendo -dijo confundido.

Sus palabras lo único que hacían era enfurecerme, mi respiración era pesada y mis músculos se sentían tensos, como si todo mi cuerpo gritara "anda hazlo, necesitamos liberar estrés".
Me acerque lentamente mientras me daba cuenta que en su cara se dibujaba una gran sonrisa y ambos corrimos en la misma dirección, nuestros puños chocaron y se transformaron en un agarre.

—Tu eres mucho más fuerte que ellos-dijo.

—Te podre un alto aquí y ahora-dije.

—Eres fuerte, pero no tienes los mismos trucos que yo.

La pupila de sus ojos comenzaron a tornarse rojas, su manos empezaban a arder y no me soltaba, de pronto el color rojo de sus manos se convirtió en una llama de gran intensidad.

—No te esperabas esto ¿verdad?.-dijo sonriente.

Las llamas se volvieron violentas y comenzaban a propagarse por mi traje, golpee con mi rodilla su pecho haciendo que me suelte y alejándolo un par de metros.
Me quite el saco y la camisa dejando mi torso desnudo que, gracias a la ropa estaba intacto.
Mis guantes parecían estar bien, me coloque en guardia rápidamente.

—¿PORQUE DIABLOS NO ME DIJERON QUE PODÍA HACER ESO?-grite.

Giré mi cabeza y me dí cuenta que estaban desmayados, Oliver se encontraba con vendajes y parecía que su vida ya no corría peligro.
No me di cuenta al principio pero se me había hecho raro que no sintiera frío, lo mire, aún mantenía esa sonrisa y una idea cruzó mi mente.
—¿Si él puede crear fuego? no es muy loca la idea que pueda aumentar la temperatura del lugar.-pensé.

—¿Que tal si peleamos en un lugar mas amplio?.- dije.

Comenzó a reírse.

—No quiero, sera mejor que me derrotes rápido o tus amigos morirán por el calor.-dijo.

Corrí hacia a él al ver que mis sospechas eran ciertas, sus puños estaban al rojo vivo, intento golpearme pero yo lo esquive mientras yo intentaba conectar un gancho a su mandíbula, él lo esquivaba e intentaba sacarme de equilibrio con una finta.
Decidí no esquivar su patada a mis piernas para golpear su mandíbula.

O.M.A.DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora