U N O

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Tic tac.

Las agujas del reloj resonaban en mi cabeza.

El viejo aparato situado detrás de mi había permanecido en nuestra familia desde hacía generaciones. Siempre lo había admirado, hasta ahora.

Cada ruido que hacía aquel cachivache me daban más ganas de romperlo.

El tiempo pasaba lento, nunca lo había sentido tan pesado.

Al fin entró por la puerta él. Con su pelo verdoso, su típica camisa mal colocada, sus pantalones negros y su habitual desgana por andar. Pero esta vez era diferente. Pese a su siempre ahí expresión de seriedad, esta vez algo era diferente.

Su mano izquierda se posaba en la cadera de una chica, alta, delgada, guapa, con el pelo largo y ondulado. Todo lo que yo no era y quería ser.

La maldije en mi interior y me levanté con mi mejor sonrisa para saludarla. Ella hizo lo propio y me dio un abrazo.

—Ahora seremos como hermanas. —Bromeó con una voz aguda y escandalosa.

Quería irme de allí, realmente lo odiaba. ¿Por qué de repente mi hermano había traído una chica a casa?

No entendía el porqué, pero quería que rompiesen. No estaba bien, era mi hermano, tal vez no de sangre, pero sí de alma.

Estaba enamorada de mi hermanastro y él acababa de empezar una relación con una desconocida.

Pero esto no iba a acabar ahí. Él era mío, y no iba a dejar que nadie más lo tuviese.

Pacify her ❝Gumi x Gumo❞Where stories live. Discover now