C U A T R O

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Estábamos en casa solos. Mi padre se había ido de viaje de negocios, y mi madre se había ido con él.

Dejaron a dos adolescentes solos durante un fin de semana, ¿en qué estaban pensando?

Nada más irse nos pusimos a ver una película. El mal ambiente entre los dos que se había creado en las últimas semanas se palpaba en el aire.

—¿Por qué estás saliendo con ella? —Me aventuré a preguntar sin pensar en las consecuencias.

Sé que aquella pregunta lo alertó, pero ni me digné a mirarlo. No quería ver su cara, no podía.

—¿Estás celosa? —Volvió a repetir aquello que me hacía tanto daño.

Lo estaba. Realmente lo deseaba, y ahora él era de otra.

No contesté, otra vez, pero esta vez sí que lo miré, con suplica en mis ojos, con pena y dolor.

Y no dijo nada más, simplemente se acercó a mí y me besó.

Entonces aquello se intensificó y empezó a quitarme la ropa, y yo a él, y el resto ya lo sabéis.

Lo hicimos muchas veces en muchos lugares.

Fue el mejor fin de semana que había tenido en toda mi vida.

Era lo que siempre había querido, tal vez no tan rápido, pero lo tenía a él, y era yo la que estaba a su lado en la cama, y no Miku, y eso me hacía sentir muy feliz.

Pero el lunes llegó y todo volvió a la normalidad.

Ambos prometimos dejar lo que había pasado en secreto. Si alguien se llegaba a enterar las cosas se pondrían difíciles.

Miku se acercó a mí ese mismo lunes para preguntarme que le había pasado a Gumo, quería saber por qué no contestaba a sus mensajes.

Tuve que morderme la lengua para evitar contarle la verdad y que se complicasen las cosas.

Ahora él era mío, y Miku tan solo era una muñeca rota.

Usé la excusa de que había estado enfermo, a lo cual no quedó muy convencida, pero me dejó en paz.

Gumo y yo acabábamos de empezar algo muy oscuro, y no lo íbamos a dejar solo ahí.

Pacify her ❝Gumi x Gumo❞Where stories live. Discover now