Luego de haber salvado a la pequeña Lucy, volví al campamento. Sabía que había hecho las cosas mal y no debí haberme metido, pero de haberlo hecho, ella hubiese muerto.
Entre en mi tienda y busque en mi arcón, un vestido seco para poder cambiarme. Deje que mi cabello se secase solo, ya tendría tiempo de peinarlo, pero primero lo primero, hablar con Aslan.
Comencé a caminar por el campamento hasta llegar a la tienda de mi padre. Al entrar, lo encontré, revisando un gran mapa de Narnia. Levantó su mirada amberina y me indicó que entrase. Hice una rápida reverencia y me acerqué a él.
-Alanys, ¿Cómo están? ¿Están cerca?-preguntó impacientemente.
-Los tres están bien, ya cruzaron el río. Tuvimos un pequeño inconveniente pero nada que no se pudiese arreglar.-conteste.
-¿Inconveniente? ¿Cómo cuál?- se acercó a mí, a paso lento y armonioso.
-La Guardia de Lobos, los encontró. Pero Peter pudo sacarlos de ahí. Tuve que lanzarme al río para rescatar a Lucy. Sé que dirás que no debí haberlo hecho, pero no podía permitir que solo llegasen dos de los cuatro reyes.-me defendí antes de que pudiese decirme algo.
-No voy a castigarte si es lo que estás pensando, solo que hubiera preferido que no te entrometieras, pero aún así hiciste lo correcto.- me aseguro haciendo que me quedase más tranquila.
Luego de haber conversado un rato, grande murmullos nos interrumpieron.
-Están aquí.-pensé mirando a mi padre.
-Así es, hija mía. Sal tú primero, ya te alcanzo.-me levanté del suelo y me despedí con un beso en su melena.
Al salir de la tienda, todos los narnianos, estaban contemplando a los futuros reyes de Narnia. Les sonreí a los tres para darles algo de confianza, mientras me colocaba al lado de Oreius, un centauro que lucharía hasta el último segundo de su vida por su patria.
-¿Solo tres? ¿Dónde está el cuarto como manda la profecía?-me susurró disimuladamente.
-Hemos venido a ver a Aslan.- anuncio la voz de Peter, sin dejarme contestar.
Me quede mirando a Peter, se lo veía tan tenso y abrumada al tener los ojos de todos los narnianos sobre él. Deje de mirarlo cuando una de las solapas comenzó a moverse. Oreius se inclino, mientras que yo coloqué una de mis rodillas en el suelo. Todos los narnianos hicieron lo mismo, mire de reojo a los tres hermanos y sonreí al ver que nos copiaban. El Gran León apareció, dando un suave gruñido indicó que todos se levantasen. Con la más mínima señal de cabeza, me coloqué a su lado.
-Bienvenido Peter, Hijo de Adán.- anuncio.- Bienvenidas Susan y Lucy, Hijas de Eva. Bienvenidos castores, tienen mis agradecimientos, pero una pregunta, ¿Dónde está el cuarto?-
-Por eso estamos aquí.- respondió Peter envainando su espada.-Necesitamos su ayuda.-
-Tuvimos problemas en el camino.- agrego Susan.
-Nuestro hermano fue capturado por la Bruja Blanca.- explico Peter. Los combatientes comenzaron a murmurar sobre la reciente confesión.
-¿Capturado? ¿Cómo es que eso paso?- preguntoAslan, dirigiendo un poco su mirada a Susan.
-Él los... traición, Su Majestad.- dijo el Castor por encima de los murmullos.
-¡Entonces nos ha traicionado a todos!- exclamo Oreius, haciendo que los narnianos comenzaran a quejarse.
-¡Basta!- rugió Aslan, mientras todos iban callándose.- Estoy seguro de que hay una explicación.-
-Fue mi culpa.- reconoció Peter.- Fui muy duro con él.- dentro de mí, la ternura comenzó a florecer al escuchar su sinceridad.
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Las Crónicas de Narnia: El León,la bruja y el ropero
RandomBueno espero que les guste esta historia,la escribo ya que es otra de las tantas sagas que me gustan. Esta historia está basada en los libros de C.S.Lewis,yo solo tome los personajes e invente otros. Si les gusto Comenten y den like