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Presentamos a los primeros personajes de esta historia: un ruso loco (como todos), un alemán y un japonés. Ellos tres decidieron hacer una convención de bebidas alcohólicas junto con un irlandés, que en ese momento estaba ocupado con unas hadas e iba a tardar. La convención se hizo en Irlanda.

Todo iba bien, el ruso bebiendo vodka. El alemán no era el típico serio que ama trabajar, era el loco que bebe cerveza todo el día y baila mientras habla con seres imaginarios; porque todos sabemos que existen solo dos tipos de alemanes. El japonés obviamente estaba ahí porque los demás estaban ahí, él solo sigue la moda occidental.

En una competencia que hicieron por ver quién bebía más ganó el ruso; según él las cervezas son para niños. Después el japonés se quedó viendo mientras el alemán y el ruso bailaban.

Llegó un inglés volando en su unicornio. El unicornio cansado de éste se quedó con los demás.


El ruso, el alemán y el japonés borrachos contaron sus historias que nunca vivieron, pero se imaginaron por el efecto del alcohol.

-Estaba tranquilo durmiendo hasta que un dinosaurio entró en mi casa y comenzó a quejarse porque Edison quería privatizarle el oxígeno- dijo el alemán.

-Eso está mal, Tesla cobraba menos por el oxígeno- dijo el ruso con algo de razón, ya que Edison fue un estafador que solo quería ganar más dinero y el dinosaurio necesitaba ayuda. Lo que está mal, es que Tesla quería hacerlo gratis. Pero ya, no hablemos de esto.

-Olvidemos eso, y ahora que tenemos botellas hagamos el reto de la botella.


Los otros dos aceptaron, el ruso porque podía y el japonés por estar de acuerdo.

Fue una muy mala idea del alemán. Las botellas tenían demasiado líquido como para que caigan paradas. Igual, se rompieron.

El ruso decidió empujar al alemán y al japonés a los vidrios rotos, y murieron. Es ruso, puede hacerlo. Lo hizo para llegar antes al final de arcoiris y quedarse con la olla de oro. Peleó con el inglés estaba ahí. El ruso ganó, ya que es ruso, pero el unicornio rápidamente se llevó consigo el oro cuando el ruso se distrajo con el dinosaurio sin oxígeno. El ruso enojado se puso a bailar, pero no fue suficiente. Se comió los restos del alemán y el japonés, y se comió vivo al irlandés que recién llegaba. Hace mucho que no probaba carne humana, tenía un sabor diferente... es que los alemanes, japoneses e irlandeses no saben muy bien según los rusos.

Al menos el alemán y el japonés que se amaban murieron juntos.


Al final se quedó ahí, bailando entre los vidrios con el dinosaurio que se hizo su mejor amigo, ya que ninguno pagaba nada. Aunque comenzaba a extrañar a sus otros tres amigos, ¿quién le pagaría el vodka?

Ante esta duda existencial, el ruso se hizo amigo de un finlandés, que se encontraba cerca del lugar en ese momento. Le pagó el vodka y el ruso fue feliz, hasta que llegó un checo.


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