Madison pov's.
Hoy era mi primer día de preparatoria, me había levantado antes de que la alarma sonará incluso. Mi emoción se podía notar a kilómetros a la redonda, no tan solo porque tenga una sonrisa más grande que la del gato de alicia en el país de las maravillas, si no porque no paraba de hablar sobre ello.
Y la única que me podía escuchar en estos momentos era, mi amiga la pared, sí, estaba hablándole a mi pared, ya que mi madre aún está dormida seguramente, y de todas formas no creo que quiera escucharme, y también esta mi perro que se había ido como una bala al oírme empezar a hablar sobre esto, así que solo eramos yo y la pared.
—Me han contado que la comida es mucho mejor en la preparatoria, y adivina...—pause y me mordí el labio emocionada mientras miraba a la pared, esperando una respuesta, pero no la obtuve así que sólo lo solté, —¡puedo elegir la comida que comeré!, ¿¡te lo imaginas?!, puedo elegir la comida. —
Suelto un suspiro, me lanzo a mi cama y susurró: es tan genial.
Oigo unos pasos acercarse y de inmediato me enderece en la cama quedando sentada en ella, mire fijamente la puerta de mi habitación.
Mi madre abrió la puerta y soltó un chillido al ver mi cara de unicornio drogado. Sonreí aún más y solté una risa de maniática.
—¡Estoy lista para la preparatoria, mamá!. —grito emocionada y mi madre me mira aterrorizada.
Bueno, mi madre sabía que había estado esperando entrar a la preparatoria desde que apenas tenía siete años, así que se relajo al comprender mi emoción.
—Está bien, cariño, ve a servirte el desayuno. —dice mi madre mucho más relajada.
Me levanté de un salto, cogí mi teléfono de la mesilla de noche junto con los auriculares, y luego la mochila que estaba sobre mi escritorio.
Salí dando saltos de mi habitación mientras hacía mi baile del pulpo feliz, me dispuse a bajar por las escaleras, pero tan solo al pisar el primer peldaño un poco mal, caí por las escaleras rodando. Mi pobre teléfono salió volando junto con los auriculares y mi mochila.
Mierda, siempre mi mala suerte por delante.
¿Ustedes creen que caerme por la escalera de la manera para idiota e ilógica posible me detenida?, ¡pues no!. Me levanté del suelo, dando un brinco, levante todo lo que había caído de los manos y seguí mi camino hacia la cocina, como si nada hubiera pasado.
Al llegar mi madre estaba ahí con el teléfono en la mano y tecleando como si su vida dependiera de ello. Me encogí de hombros y miré mi desayuno; un pan con huevo frito encima y un vaso de leche, excelente.
Comí tan rápido que ni el campeón de los juegos de comer veinte hotdogs en dos minutos se lo hubiera creído.
—Maria Antonieta se quedó con Alfredo de los Ramos del trébol. —suelta mi madre indignada mirando su teléfono.
Ruedo los ojos. Novelas de madres.
Me acerco a ella y le beso la mejilla.
—Nos vemos. —me despido alegremente.
—Adiós, ten un buen día cariño. —se despide de igual manera, pero sin alejar la mirada de su teléfono.
—Claro que sera un buen día, lo sé. —hable para mi misma.
Se sorprenderán al ver lo optimista que soy muchas veces.
Salgo de mi casa sando saltos. Freno un momento, conectó los auriculares a mi teléfono y pongo una canción aleatoria, pongo la mochila en mi espalda, y emprendo el camino hacia la escuela.
Wiggle de Jason Derulo y Snoop Dogg sonaba por mis auriculares, y eso solo se significa una cosa;bailar como nunca.
—Weco, weco, weco, weco. —exclamaba mientras bailaba y caminaba a la vez. —tu tu tu shuinn. —seguí hasta que me encontré frente a frente con un abuelo que llevaba auriculares y también estaba bailando.
Nos miramos, sonreímos cómplices y empezamos a bailar juntos. Mientras que el abuelo hacia twerk y yo movía los brazos y los pies con sincronizar increíble una abuela nos miraba desde el otro lado de la calle.
El momento exacto cuando me puse a hacer twerk junto con el abuelo, la señora abuela nos lanzó su bastón y le dio justo al abuelo en el trasero.
—¡Ordinarios!. —grito asqueada, le levante el dedo de corazón y le saque la lengua, la señora me miró aún más indignada y se fue con la cabeza en alto.
Me encogí de hombros y miré al abuelo que estaba en el suelo quizás muerto.
Saqué mi teléfono de mi bolsillo, y vi la hora; 8:45AM, no puede ser verdad.
—¡Voy tarde!. —grite desesperada. —¡mierda!. —vuelvo a gritar y salgo corriendo.
Corrí y corrí como nunca, esquivé dos triciclos, un columpio, y ahora me encontraba corriendo en dirección hacia una gran vaca que estaba en medio de la calle.
Solo queda una opción y tú sabes cual es. Corrí aún más rápido y salte sobre la vaca, la cual solto un sonido en cuanto la monte.
—¡Ahre vaca, a la escuela!. —grité dándole una nalgada a vaca para que empezará a correr.
La vaca corrió más rápido de lo que yo pensaba, por lo cual me abracé a ella como una desquiciada para no caer.
—No me dejes caer vaca. —le digo a la vaca en el oído.
Y por fin, sin darme cuenta de cuánto había pasado ni de cuantas leyes del tránsito había quebrantado, yo estaba en frente del edificio de la preparatoria.
Estacioné a mi vaca en el amplio estacionamiento del lugar, y esta empezó a cagar como nunca, pobrecilla sí que tenía ganas de ser del baño.
Nadie se hallaba en el estacionamiento, así que pase rápidamente a los dentro del edificio.
Al entrar pude sentir a el olor a limpia pisos y droga entrar por mis fosas nasales, me encantaba.
A pensar de la hora muchos estudiantes estaban aún en los pasillos, tal como lo imaginé, rebeldes sin causa.
Di un paso esperando un poco de atención, necesito que sea como me lo imaginé, pero nada, tosi, nada, rodé los ojos y me dispuse a caminar hacia mi casillero, el cual me sabía de memoria, la ubicación y el número. Antes de entrar, me estudié los mapas de la escuela, y también repase cada una de las cosas que debía aprender como mi horario, mi número de casillero y también su combinación.
Camine sin esperar mucho más, pero paso lo que yo sabía que pasaría, caí de cara al suelo al tropezar con una botella de agua que se hallaba en el suelo.
Excelente.
Oí risas, y los pasos de la gente acercarse.
Me di la vuelta un tanto aturdida, y reí, todos son tan desgraciados que ahora me prestan atención.
Una chica se me acercó y me tendió la mano para que la tomara, la tome con fuerza y me levanté con su ayuda.
—Deberías fijarte por donde pisas, este lugar está lleno de trampas. —me dijo, yo asentí y empecé a limpiar mi ropa con ambas manos.
—Creme lo tendré en cuenta. —suelto una risa al decir eso y ella me sonríe. —Soy Madison Jones. —me presente amablemente.
—Yo soy Noah Bennet. —la chica castaña clara me vuelve a sonreír.
Creo que tengo una amiga.
¡Bien!, ¡no sere una antisocial!.
Esta historia continuará luego de unos comerciales...
• ¡espero con muchas ansias que les haya gustado el capítulo!, pueden comentar que les parecio, y cuál fue su parte favorita de todas. el capítulo va en especial para madamfancy ya que ella fue la creadora de la hermosa portada que tiene esta historia...¡y me encanta!.
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Club de los problemáticos
Teen FictionMadison esta preparada para entrar a la preparatoria, pero con su nivel de mala suerte, quizás pase a ser más problemática de lo que ya es. Bienvenida al club de los problemáticos Madison. portada hecha por; @madamfancy.