La vida en la calle.

¿Que me pasa?

Al día siguiente fui al gimnasio un rato. Y allí estaba mi preciado amigo enfadado porque no le llame luego de la cita.
- ¡Ya puedes ir soltando las cosas!- dijo enfadado con los brazos cruzados.
- ¿Y si no quiero?- dije riendome por la actitud que tenia.
- Por favor- dijo poniéndose de rodillas.
- No. - dije secamente para molestarle un poco.
- Se lo diré a la señora Garcia como no me lo digas. -dije mirando a la mujer que estaba andando en la cinta.
- Ni se te ocurra que es muy pesada y luego no se despega.
- Voy a contar hasta 3....1....2...- le interrumpí con miedo de que llegara al 3, sabia que era capaz de hacer cualquier cosa para sonsacarle la información.
- Vale te lo diré. Fue súper bien pero tengo un cacao mental.
- Sueltalo todo paso por paso.

Le explique que Hubo y yo nos fuimos a un bar que esta cerca de mi casa y que estuvimos halando. Y que al final de la cita me sentí feliz y tenia ganas de besarle, pero en ese infante me interrumpió:
- ¿Como que tenias ganas de besarle? ¿Y le besaste? - soltó con alegría y con ganas de saber la respuesta.
- No. - dije arrepentida.
- ¿Como que no? ¡Porque! - dijo mientras se ponía las manos en la boca y con los ojos como platos.
- Porque tengo miedo de que me rompan el corazón otra vez. -solté en voz bagita y con la cabeza agachada porque me arrepentía. En la conversación me dio la sensación de que era la chica adecuado pero y si me rompe otra vez el corazón.
Y durante todo el día estuve calentándose la cabeza.