El ángel de la libertad

Tortura

Estampo sus asquerosos labios sobre los míos, cerré mi boca lo mas fuerte que pude, pero el insistía en seguir haciéndome sufrir, era salvaje la manera en que lo hacia. Me moví desesperadamente para que me soltara, para que me deje en paz, era tan repulsivo y desagradable, su mano libre aterrizo nuevamente en mi pierna. Yo comencé a sacudir mi cuerpo, mi cara, mis piernas, todo para que saliera de encima, las lágrimas no ayudaban, ya que me hacían más débil, más vulnerable. El sujeto no quería detenerse. Hasta que escuche un disparo, sangre salto por mi rostro, alguien disparo al sujeto que me estaba maltratando.

Había un muerto sobre mí, un cuerpo sin vida, no podía creerlo. Me quede inmóvil, quieta, en shock por lo que había pasado, no podía creer toda esta locura.

-Estos hombres, caramba- Dice el que supuestamente era el jefe, ese el que me había golpeado por primera vez. El estaba limpiando un arma, este tipo mato al otro, a uno de los suyos. Yo no reaccionaba, mi cabeza no me lo dejaba, estaba enfocada en el hombre muerto encima de mí, ni siquiera podía sacarlo de mis piernas por el shock. El jefe camino hasta estar enfrente mío, quito con una patada al individuo- Ellos no entienden que Paige y tu son mías- No podía verlo, miraba cualquier cosa menos sus ojos, tenia tanto horror por lo que me fuera a hacer. ¿Y mi hermana? ¿Le hicieron lo mismo que a mí? ¿Cómo esta ella? ¿Y Connor?

-¿Y Paige?- Le pregunto sin aliento, esperando que el tipo que le toco, no haya llegado hasta el nivel mas horrible.

-Shh- Me calla acariciando mi mejilla- Ella esta bien, solo agrandamos un poco más su herida, así le queda mejor, la deja más brava- Dice de forma divertida ¿Pero que le sucede a estas personas?

-¿Qué le hicieron?- Esta vez si me anime a enfrentarlo- ¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué hacen esto?- Las preguntas no pudieron hacerse esperar, salieron de forma atolondrada y suplicante por una respuesta.

-Ya lo sabrás, cuando papá vuelva a llamar te avisare- Me dice mostrándome el teléfono de Paige y quitándome un poco las gotas de sangre que tenia en la cara, la sangre del sujeto que el mató, luego bajo las escaleras.

-¿Y Connor?- Le pregunto pidiéndole que me responda.

-Odiaras a ese muchacho, no es para ti Daphne- Me responde con una sonrisa en su repulsivo rostro ¿Por qué lo odiaría?

-Espera ¿Cómo esta Connor? Por favor, respóndeme. No te vayas- Le suplique, le rogué pero el no me hizo caso, solo me levanto sus hombros, restándole importancia a mis suplicas.

Me dejo aquí sola, con el reflecto apuntándome en el rostro. Estaba perdida, la cara me dolía más que nunca, no llevó al sujeto muerto, lo dejó junto a mi, boca abajo. Esto era una pesadilla, ni en las peores, imagine algo así.

Mi incertidumbre por saber algo de mi hermana y Connor era gigante, comencé a gritar, entré en un cuadro nervioso, estaba como loca, pataleaba y lloraba, quería desatarme y huir con mis dos pilares. Quería volver todo como antes.

Estas personas no conocen el amor, no saben lo que es el cariño ni la importancia de la vida humana, acaban con nosotros como si fuéramos simples insectos, simple hormigas, no les interesa si tenemos a alguien esperándonos en casa o si tenemos un futuro por delante. Solo matan, es lo único que saben hacer, para lo único que nacieron, no son mas que errores de la vida, por que ellos no conocen lo que es la vida, no saben lo que es tener a una hermana, no saben lo que es amar a una persona, no saben lo que es luchar por tus sueños y mucho menos saben lo que es tener una familia, ya que nunca tuvieron una.

No eran más que unos cobardes terroristas, que atacan a escondidas, sin previo aviso, sin dar la cara.

Esperar para morir o para vivir es horrible. Intuir que todo se acabo era peor.