Paige Parker

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-¿En que diablos estabas pensando?- Gritó mi mamá, deteniéndose para apuntarme con su escuálido dedo índice. Ella estaba caminando ida y vuelta delante de mí, yo me encontraba en el sofá, con una postura un poco relajada para la situación, pero con ella no podía mostrarme así, tenía que aparentar que realmente estaba apenada- Nos humillaste Daphne-

-Habíamos confirmado tu presencia en esa inauguración, fue tan vergonzoso tener que quitar tu silla- Dijo mi padre enfadado mientras se frotaba la sien.

-¿Por qué?- Me anime a preguntarle, ¿Porque era mi presencia tan importante en eventos como ese? No creo que al arquitecto Thomas Jackson le importe si estoy o no en la inauguración de su monumento a Lincoln. Mi madre se detuvo.

-¿Por qué?- Se pregunto a si misma mi madre- Oh déjame pensarlo cariño-Hizo un gesto simulando recordar algo, un poco exagerado, luego empezó a buscar algo dentro de su bolso- Por esto- Grito mientras tiraba una revista en la pequeña mesa de cristal que se encontraba en medio de los dos sillones. Tome esta, "Al ángel de la libertad ¿Le importa mas divertirse o Estados Unidos? La joven promesa no asistió a la gran inauguración del monumento a Lincoln. Descubre más en la página 2" Ay por favor, ¿Es broma? ¿Hay gente que en serio lee estas cosas? Solo por que no fui a una tonta inauguración. Fue la primera vez que falte a un evento como este. No quiere decir que lo haya hecho apropósito, tenía asuntos más importantes para mí.

Estoy indignada al saber que hay gente que se preocupa en inventar tantas cosas, y mas aun saber que existen personas que creen esas estupideces.

-Mamá ganamos, ¿No... te alegra... escuchar eso?- Le conté, como aclarando por que estaba "divirtiéndome", solo que cuando le hice la pregunta, mi voz se quebró un poco, ella no noto la marca en mi frente, no leyó el mensaje que le deje, no se intereso por mi sonrisa al entrar, no le importe esa noche, solo le importo la imagen, como siempre lo hace.

-¿Qué ganaste Daph? ¿Dejarnos en ridículo?- Me pregunto sentándose en el sofá del frente mientras se tapaba la cara. Sin dejar hablar a mi padre.

No podía creerlo, ahora si perdí a mis padres, no los reconocía, definitivamente estaba sola en esta gran casa. ¿El poder cambia a las personas? ¿El dinero lo hace? ¿La fama? Pues, aunque me pese decirlo, no. Eso no lo hace, a mi no me hiso nada. Tal vez mis padres siempre fueron así, quizás nunca les importamos Paige y yo. Simplemente hay padres que no merecen serlo. Ellos eran uno de esos.

Tire la revista junto con la pequeña mesa de cristal, enloquecí. Le grite a mi madre por primera vez, les reclame a mis padres por los últimos años, por mi miseria, por mi decaimiento, por mi infelicidad, por todo. Y luego, como de costumbre, me encerré en mi habitación, esta vez con llave. Ya me canse.

Me canse de fingir, me harte de seguir ordenes, me canse de ser la hija del presidente, de ser solo una marioneta mas, un eslabón en la cadena de mi padre, me canse de que me traten como una cosa y no como una persona, me desviví para que mi padre me prestara atención, para que mi madre vuelva a ser la que era, para que solo me dediquen unos cálidos abrazos y unas lindas palabras cuando estaba mal, pero no. Nunca les importe ¿Nunca me quisieron? Solo esperaba que esta semana pase rápido. Esperaba la llegada de Paige, y la final.

Por suerte así sucedió. La semana se fue volando. Acudí obligadamente a tres cenas junto con mis padres, tuve mas sesiones con Marie de lo que esperaba, ella esta haciendo las cosas muy bien conmigo, pero le tuve que contar sobre mi accidente en el baño, prometí que no lo volvería a hacer, ella prometió no decírselo a mis padres. También entrene toda la semana hasta el viernes a la mañana y me junte con Connor la mayor parte. Salimos con Lily, ella se convirtió en una gran amiga en tan poco tiempo, espero que no sea como esas otras interesadas amigas que tuve.

El ángel de la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora