13. Dos épocas

2 0 0
                                    

-¿Todos listos?-preguntó Sam, todos sentimos y nos agarramos de las manos

Cien años atrás serían demasiado para mí, solo podía llevarnos como máximo 80 años atrás. No era mucho tiempo pero no podía tampoco esforzarme de más. Llegamos a un nuevo tiempo, nuevos golpes aparecieron. Estábamos en una época invernal, la civilización se veía un poco dañada, había sufrido una guerra. Miré mi reloj marcaba 8051, las casas estaban algunas construidas, otras seguían construyéndose.

Una mujer se me acercó hablando un idioma desconocido para mí. Sara, Oliver y yo parecíamos de otro mundo. Mariana, intercambiaba palabras con la señora.

-La señora es alemana-dijo Sam-Estamos seguramente, después de la Primera Guerra Mundial

-Gabriella, no quiero presionarte pero ¿no podrías habernos mandado más lejos?-preguntó Mariana nerviosa-No me agrada este tiempo

-Hago lo mejor que puedo-dije

-Estamos en 1930-dijo Derek-Todavía faltan nueve años, tenemos tiempo

El frío nos envolvió, todos caminamos juntos. La mayoría de las personas, se nos quedaban observando debido a nuestra ropa era demasiado futurista y podrían vernos como espías de otro país. Tendríamos que encontrar nueva ropa, Derek y yo liderábamos el grupo; detrás de nosotros estaban Mariana y Sam cuchicheando y hasta el final iban Sara y Oliver. No sabía que era peor, el frío invernal o que ellos estuvieran juntos.

Por eso, me había prometido no enamorarme. Tiempo atrás me habían roto el corazón, un chico de mi vecindario había ganado mi corazón pero luego, lo rompió. Desde ahí había prometido no volver a enamorarme, luego llegó Oliver y él era distinto o al menos eso creía.

Sara se acercó corriendo hacia mí, tocó mi hombro pero le aparté la mano, no quería hablar con ella. Había confiado en Sara pero ella me había traicionado. Me pasé al otro lado de Derek y Sara nuevamente volvió atrás.

-Tarde o temprano tendrás que hablar con ellos-dijo Derek mientras salía vapor de su boca

-No hay nada que hablar-dije yo, copos de nieve caían del cielo rozándome la piel y provocándome escalofríos

-No seas una niña, tienes que afrontar tus relaciones

-¿Desde cuándo te importan mis relaciones?-pregunté enarcando una ceja-Tú mismo lo has dicho, esto es sólo trabajo

-Mira, entiendo que estés dolida y tengas todas tus hormonas adolescentes al mil pero tu adolescencia acabó el día que el reloj te escogió-Además, tus latidos normales son molestos ahora imagina los tristes

¿Desde cuándo Derek se había convertido en una especie de psicólogo? Él tenía razón, no podía seguir comportándome como una niña. Suspiré, un edifico bastante viejo apareció en medio de la plaza en la que caminábamos. Derek y yo nos vimos intrigados ya que de ahí, salían ciudadanos con ropa y comida a repartir.

-Vamos-dijo Derek-Si tenemos suerte, este es un comedor común

Derek y yo caminamos hasta ahí, una señora nos analizó dudosa. Derek habló con ella, al parecer le dijo algo para que la señora nos guiara hasta el edificio. Derek caminó y le seguí de cerca. Los otros, seguían detrás de nosotros pero ya no hablaban. Varias mesas de comedor talladas en madera aparecieron, las risas se hicieron más fuertes con cada paso que dábamos. La gente, intercambiaba y compartía su comida con los otros. Niños, hombres y mujeres comían una chica de nuestra edad apareció de la nada, nos examinó al extraño grupo y detuvo al final su mirada en Derek, ella movió exageradamente sus pestañas y le sonrió coqueta a Derek. Podía no entender el idioma pero, entendía que se comía con la mirada al chico que tenía a mi lado.

El tiempo sobre mí #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora