Inicio

339 43 29
                                    


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Días antes:

Tras cinco años desde aquella conversación en aquella playa con tan hermosa vista hacia el mar, volví a ver a quién en algún momento me amo. Me amo tanto que permitió que lo lastimara, dejando de lado su dignidad y orgullo, y aunque en esos momentos no podía corresponderle, siento que hice bien a no decirle que me había enamorado de él poco a poco, quizás mi corazón hizo bien en tardar en reconocer que ese jovencito había conseguido apoderarse de él, logrando que Ace, permaneciera en mi mente como un buen recuerdo y pensando que eran ciertas las palabras que Sabo me dijo en aquella ocasión, "Si yo no puedo darte esa felicidad que tenías con mi hermano, encuentra a alguien que sea capaz de dártela"

Fue en ese momento en que me di cuenta, que no necesitaba de otra persona para ser feliz, porque esa persona estuvo siempre frente a mí.

Había aparecido ante mí el día del funeral de mi ex novio y a gritos confesaba sus sentimientos por mí, pero en ese momento no me era posible de ninguna manera, corresponder a esas palabras.

Sin embargo, después de un tiempo, decidí darle una "oportunidad" y desde entonces lo único que hice fue lastimarlo más y más.

Mentiría si dijera no me lastimaba a mí mismo también, mientras hería a quien tanto me amaba, ese hombre me dio todo de él y yo seguía sin querer abrirle mi corazón, pero eso cambio cuando me cito a aquel café aquella noche. Esa noche ya estaba teniendo una lucha interna en la que mis sentimientos por Ace y el amor de Sabo por mí, peleaban a muerte por vencer al otro, lo que al final terminó siendo el amor de Sabo por mí el gran ganador.

Esa noche en la playa quería decirle que él había ganado esa batalla, que había logrado cambiar esos sentimientos de amor hacia Ace, en un hermoso recuerdo, que a partir de esa noche quería que él cuidara de mí.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que no note que el teléfono del taller de arte del cual soy profesor sonaba.

-Profesor... profesor...- una de mis estudiantes me regresaba a la realidad – el teléfono está sonando- me dijo y la mire un momento perplejo, antes de contestar.

Me levanté de mi silla detrás del escritorio y fui hasta el ventanal de la sala, donde junto a él se hallaba una pequeña mesita en la que estaba el teléfono.

-Taller de Arte "El Fénix", buenas tardes- conteste, y me sorprendí al reconocer aquella voz, pues no pensé que llamaría y menos a mí, pues tenía entendido que había dejado la ciudad hacía unos meses con su novio.

-Mugiwara- dije algo perplejo, y corrí el visillo del ventanal para mirar hacia fuera – ¿Cómo has estado? ¿A qué se debe tu llamada?-

-Ha pasado ya un tiempo ¿no? Pues estoy muy bien y muy feliz de hecho, por esa razón te llamé-

No querías LastimarmeWhere stories live. Discover now