Últimas palabras

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Las últimas palabras que te pronuncié, 

fueron una promesa.

Ser mejor.

No para ti, ni para los demás; sino para mi.

Porque tú sabías que antes de poder reparar a alguien, debía reparar mis heridas primero.

No puedes ser médico, si estás enfermo.


Y lo entendí, después de tantos años, lo logré entender.

Y ya estoy en eso, porque conocí a el que puede curar cualquier enfermedad,

en tu alma,

en tu corazón,

en tu vida.


Y soy nueva, estoy completamente nueva; feliz de poder ser aquello que sólo tú veías en mi.


Cumpliré con mis últimas palabras.

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