Desde pequeña amé el mar, sus olas, el sonido, el hermoso paisaje y los secretos que esconden sus profundidades.
Siempre amé el mar y creo que con el tiempo supe apreciarlo más.
De lejos lo veía, su vaivén tranquilo.
Y cuando podía sumergirme en el, era como si me abrazaran de la forma más cálida posible.
Creo que si me sumergiera ahora en sus brazos, lloraría a más no poder.
Porque necesito un abrazo ahora, que no sé qué hacer.
No sé dónde quedó la niña risueña que fui ayer.
No sé dónde estoy, y menos a dónde voy...
(Pero hay algo que puedo asegurar, me voy volver a levantar.)
ESTÁS LEYENDO
Últimas Palabras
PoesiaTengo una promesa que cumplir Mis últimas palabras fueron esa promesa Se las dediqué a ella, que tanto me amó Ahora, la nueva versión de mi las trajo de regreso Para hacerlas realidad. Entre mis poemas tristes y versos felices, Dios está conmigo y c...