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arabella snow.

Camine con tranquilidad por el barrio francés mientras trataba de dejar mi mente en blanco, hace unos momentos había estado en la mansión Mikaelson y había discutido con Nik, la discusión había sido tan fuerte que Rebekah tuvo que meterse para evitar que nos matáramos entre nosotros. Sabia de sobremanera que Nik me quería como a una hermana pero a veces me sacaba de quicio y me daban ganas de matarlo.

Ahora estaba por ir a ver a Camille, en el poco tiempo que llevaba aquí en Nueva Orleans ella se había convertido en una muy buena amiga para mí. Si tuviera que decir quiénes son mis verdaderos amigos podría contarlos con los dedos de las manos e inclusive me sobraría una mano completa. No es que fuera antisocial, es solo que al vivir entre vampiros debes acostumbrarte a no tener contacto con humanos ya que podría ser su perdición y más si Klaus está enojado.

-¿Perdida?-salte en mi lugar al escuchar una voz detrás de mí.

Gire para ver de quien se trataba pero no había nadie, ¿Qué demonios? Sacudí la cabeza levemente pensando que tal vez solo era mi imaginación y seguí mi camino al bar donde trabajaba la rubia. No habían pasado ni cinco minutos cuando sentí una mano en mi brazo, rápidamente me gire para enfrentar a la persona pero mis palabras se quedaron atascadas en mi garganta al ver de quien se trataba. Parpadee un par de veces y trate de alejarme pero fue en vano, no podía hacer nada.

-Un pajarito me dijo que en tu sistema hay sangre de vampiro, no lo creo...

-¿Qué quieres? ¿Qué haces aquí?-pregunte tratando de permanecer fuerte y no comenzar a llorar.

-Vamos cariño, ¿Acaso crees que nunca me daría cuenta de que vives con los originales? Sabes, te vi discutiendo con Klaus y como hace unos minutos Rebekah te dio su sangre en una pequeña botella para que curaras las heridas que su hermano te había hecho, ¿Ya la tomaste?

-Eso no te importa-apreté los labios en una fina línea.

-Deberías tomarla.

En un abrir y cerrar de ojos me había quitado mi bolso y había sacado el frasco con la sangre de Rebekah. Balanceo el frasco entre sus manos antes de acercarse a mí.

-Acabemos con esto, amor.

Una sonrisa macabra se formó en sus labios indicándome que era momento de correr, y eso hice. Corrí por la calle tratando de dejarlo atrás pero fue inútil, ahora él era un vampiro. Mis pies dejaron de tocar el suelo haciéndome chillar mientras pataleaba para que me soltara, lo escuche gritar que era hora del show antes de sentir como me obligaba a beber la sangre de Rebekah. Me dejo caer al suelo y tiro de mi cabello haciéndome mirar al frente donde estaban Klaus, Hayley y Rebekah, esto no estaba bien.

-Mira Arabella, hoy vas a morir y tu amado Elijah no está-lo escuche susurrar.

Rebekah y Niklaus avanzaron hasta nosotros pero ya era tarde, sabía lo que vendría ahora, iba a convertirme en vampiro y nadie podría evitarlo.

-Antes de morir debes saber que fueron los vampiros los que mataron a tu familia, por eso Elijah te acogió en su casa, para eliminar la culpa.

Después de eso sentí el filo de un cuchillo rasgar mi garganta. Lleve mis manos a la herida como si eso ayudase de algo pero yo sabía que no serviría de nada. Mi cuerpo cayó al suelo y mis ojos se cerraron. Después todo fue oscuridad.

▽△▽△

Abrí los ojos tomando una bocanada de aire y me senté en la cama, ¿Dónde estaba?

-Al fin despiertas-gire mi cabeza a un costado para ver a Rebekah-, mis hermanos estaban como locos.

-¿Tus hermanos?-pregunte confundida.

-Oh, sí, Elijah regreso-dijo con una pequeña sonrisa-. Está enojado con nosotros por dejar que esto te pasara.

-¿Peleo con Nik?

-Como no tienes idea-la rubia dejo salir un suspiro-, pero no te preocupes, esta vez Nik acepto que fue su error y se dejó golpear de Elijah.

-Eso no me reconforta-admití-, ¿Dónde está mi celular?

-Aquí-agarre el celular de sus manos y revise los mensajes de Camille-, le dije a tu amiga la rubia que estabas cansada y cancelabas su encuentro.

-Gracias, Bekah.

-Cuando quieras, Bella, te dejare sola.

Rebekah salió de la habitación después de dejar una bolsa de sangre sobre la mesita de noche indicándome que si quería podía beberla. Me levante de la cama de un salto y me puse mis zapatos antes de salir al balcón. Mire al jardín y respire profundo antes de bajar, cuando mis pies tocaron el suelo comencé a correr alejándome de la casa, necesitaba alejarme. Me detuve cuando llegue al edificio donde vivía y subí las escaleras lo más rápido que podía. Entre a mi departamento y respire profundo sintiéndome a salvo aquí.

Mi mente comenzó a proyectar las imágenes de lo que había pasado horas atrás y no pude evitar comenzar a llorar, tenía que ser una mentira, tenía que serlo. Lance la mesita de centro contra una de las paredes y agarre el pedazo de madera más afilado de había quedado, no podía convertirme en un monstruo, no podía.

i'm sorry. ( elijah mikaelson )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora